El alto representante del Mercosur, el brasileño Florisvaldo Fier, más conocido como doctor Rosinha, dijo ayer a Efe que considera “muy difícil” que se firme un acuerdo entre el Mercosur y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés). Hizo esta declaración en el marco de la conferencia “Uruguay y la región frente a los megatratados del mundo del Pacífico”, que organizó el Centro de Formación para la Integración Regional (Cefir). “Lo veo casi imposible, dadas sus características”, afirmó Rosinha, que añadió que el bloque regional debería dar el debate pero para eso le falta tener el texto del acuerdo, del que hasta ahora sólo se conoce “algunas partes”.
Uno de los expositores en la charla fue el ex ministro de Industria, Energía y Minería Roberto Kreimerman, que si bien dijo que Uruguay debe avanzar en “colocar su producción más allá del Mercosur”, esto se debe hacer “en combinación” con el bloque, ya que el esquema de negociaciones entre “grupos de países” obliga a que “para tener una fuerza importante, debemos tener dentro de nuestro ámbito regional una coordinación y una organización que nos permitan ir a los foros internacionales”. Kreimerman dijo que mediante estos tratados internacionales se genera que los países más desarrollados “tratan de lograr mayor rentabilidad imponiendo condiciones por medio de patentes, de normas sobre telecomunicaciones”, pero además fomentan que quienes cumplen el rol de “proveedores más baratos” busquen conservar esa sociedad, cumpliendo los requisitos para seguir siendo los más baratos. “Ese tipo de acuerdos tiene el riesgo grande de inhibir, de congelarte dentro de una posición y no permitirte un cambio de la estructura económica, reduciendo todo a la competitividad de un eslabón, hacer más baratos los insumos de un lado”, afirmó. A su vez, consideró que como en la región “no hay una visión consensuada de que el camino es el cambio de estructura económica”, se genera “un peligro bastante importante” al negociar tratados internacionales punto por punto.
Otro de los que se manifestaron en contra de los “megaacuerdos” fue José Manuel Quijano, quien cuestionó este tipo de tratados principalmente por los cambios en la forma de negociación (cerrada y no democrática) y en las obligaciones en relación a las empresas públicas y la propiedad intelectual. Pero tampoco fue optimista respecto de las alternativas. Aseguró que “después de Dilma [Rousseff]”, “el Mercosur que viene con [Mauricio] Macri” es “muy distinto” del actual, y deja esa opción “bastante cerrada o muy complicada”. “Tengo muy claro que no quiero el TPP, pero la opción regional está en la lona malamente, cayó por descrédito propio”.
El director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa de la Universidad de Montevideo, Ignacio Munyo, dijo en tanto que hay que “mirar con atención” el TPP y pensar si el acuerdo nos acerca o aleja de China, principal socio comercial de Uruguay, con el que actualmente no hay un acuerdo de libre comercio.