Antes de convertirse en un centro vinculado a ideas anarquistas, la casa en la calle Fernández Crespo esquina Cerro Largo albergaba al hogar Rescatate, un refugio para niños que administraba una agrupación franciscana en coordinación con el Instituto del Niño y Adolescente de Uruguay. Antes había sido un templo de la Iglesia Evangélica Alemana, propietaria del edificio, que lo alquilaba a los franciscanos hasta que el hogar se desintegró. En 2012, el grupo de ideas anarquistas La Solidaria ocupó el lugar. Hoy funcionan allí talleres, la cantina Café Subversivo, la Coordinación por el Cierre del Zoológico de Villa Dolores, la Asamblea Nacional Permanente en Defensa de la Tierra, el Agua y los Bienes Naturales, la imprenta del Periódico Anarquía y, esporádicamente, reuniones de Plenaria Memoria y Justicia. Los viernes de tarde en 18 de Julio y Tristán Narvaja se puede ver a algunos miembros de la agrupación en el puesto de libros sobre anarquismo que se arma entre la Facultad de Derecho y la Biblioteca Nacional.
Según un comunicado que difundió el domingo La Solidaria, el 30 de octubre les llegó un cedulón que instaba a desalojar la casa en 15 días hábiles a partir de esa fecha. Según los ocupantes, la iniciativa surgió de la nueva propietaria, una ciudadana chilena nacionalizada en Uruguay que este año compró el edificio y se mostró menos tolerante a la ocupación. Religiosos y anarquistas, sin embargo, tienen una historia de choques. En mayo de 2013, la Policía intentó desalojar a La Solidaria a pedido de sus propietarios pero sin una orden de allanamiento, según publicó Brecha una semana después del incidente; una semana después hubo un escrache en la sede de la iglesia, en la calle Jackson, que dejó como saldo un grafiti en la puerta de entrada.
Los ocupantes entienden que la instancia de desalojo se enmarca en “una auténtica persecución y caza de brujas dirigida contra diversos activistas y organizaciones sociales”. Una referencia no tan indirecta a los incidentes entre el Ministerio del Interior (MI) y militantes de varias agrupaciones en otro desalojo, el de la sede del Codicen, que dejó un saldo de diez procesados sin prisión por el delito de atentado. Desde 2013, Periódico Anarquía denunció escuchas, seguimientos e infiltración de la Dirección General de Información e Inteligencia del MI en varias marchas. En el comunicado del domingo, La Solidaria culpa también a los “tiburones inmobiliarios” que pretenden compartimentar las casas con patios amplios en varias viviendas. “Nos han golpeado, pero que lo sepan: somos buenos pugilistas, y devolveremos todos los golpes”, promete el texto.