Montevideo será sede de la XI Reunión de Antropología del Mercosur (RAM), que se llevará a cabo entre el 30 de noviembre y el 4 de diciembre. Según explicaron la presidenta y el vocal de la Asociación Uruguaya de Antropología Social (AUAS), Betty Francia y Nicolás Guigou, respectivamente, este encuentro permitirá pensar sobre las antropologías del sur, sus prácticas y sus distintas visiones. El encuentro ya tiene inscriptos a 3.500 profesionales que se dividirán en 128 grupos de trabajo que analizarán diversas temáticas -salud, género, religión, política, drogas, ambiente, entre muchas otras-.

Este año RAM fue organizada por AUAS y el Departamento de Antropología Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE) de la Universidad de la República (Udelar).

La disciplina antropológica en Uruguay es cosa nueva: se fundó en 1976, mientras los dictadores “mataban a todo el mundo y cerraban todas las carreras”, afirmó Guigou. En ese entonces la antropología se basaba en concepciones relacionadas con la fenomenología nacionalsocialista. Después, cuando se reinstauró la democracia, la Universidad “los echó a todos”, contó Guigou, y se formaron equipos docentes con profesionales que habían estudiado en otro país y estaban regresando del exilio, y con extranjeros. “Un caso rarísimo”, señala Francia, y recuerda que en la región la antropología ya estaba tan instalada que fue, junto a las otras disciplinas del campo social, muy perseguida durante la dictadura.

Ahora la situación es otra y la perspectiva antropólogica social cambió radicalmente: hoy en día se realiza un “trabajo muy intensivo”, por el que los profesionales, incluso, se quedan a vivir con las comunidades que estudian. Guigou apuntó que es una disciplina que “no se evalúa por su nivel de practicidad”, y que intrínsecamente existe un “compromiso social” . A su vez asegura que la exigencia y la producción académica han aumentado a la par del ingreso de estudiantes, que “sube permanentemente”; hay entre diez y 15 egresados anuales y un total de 150 licenciados, más unos 20 que siguieron la maestría. Además, hace dos años que abrieron el doctorado y hay una muy alta inserción laboral.

Al respecto, Francia explicó que AUAS surgió precisamente porque identificaron varias falencias, y una de sus principales luchas fue para que se incluyera la disciplina en los llamados laborales públicos; “antes era una limitante, porque la única posibilidad de desarrollo era en la academia”, indicó.

Ambos antropólogos sostienen que Uruguay está en “un proceso atrasado respecto de la región”, no únicamente en su área, sino a nivel de la Udelar. Guigou señaló que justamente su disciplina es la que cuenta con más doctores en toda la Universidad. A su vez, afirmó que aunque se ha avanzado en algunos aspectos -por ejemplo, ahora hay un sistema de becas que permite investigar en exclusividad-, el “elefante” Udelar tiene otros “debes” que son “hasta graciosos”. Entre ellos señalaron que el Sistema Nacional de Investigadores no lista entre sus opciones esta disciplina; entonces, si un antropólogo se quiere inscribir, debe hacerlo como etnólogo. “Desde AUAS estamos peleando por algo que es muy básico”, acotó Francia. No se “adjudica por una cuestión ‘del programa’, para poder hacer una paramétrica internacional. Un bolazo”, resumió.