Los trabajadores de Greenfrozen (ex Calagua) estudian presentar otra denuncia, esta vez contra el empresario argentino Jorge Rottemberg, dueño de esa firma, por considerarlo responsable de la pérdida de los 380.000 kilos de alimentos congelados que aún se conservaban en las cámaras de la planta industrial, ubicada en Bella Unión, departamento de Artigas. Pablo Dávila, representante de los trabajadores, explicó que la semana pasada hubo “una fuga de amoníaco en la sala de máquinas”; las personas que quedaron a cargo no pudieron solucionar el problema y “recibieron la orden desde Buenos Aires de que se apagara todo”. La empresa cerró a fines de 2014, dejando sin trabajo a 140 personas, de las cuales 80% son mujeres.

Desde febrero, los trabajadores ocupaban la planta para preservar la maquinaria y la mercadería, la única fuente de la que podrían cobrar parte de sus créditos laborales, pero el mes pasado alcanzaron un acuerdo ante la jueza letrada de 1º Turno de Bella Unión, Carla Gómez, para desalojar la planta. Según Dávila, las personas que quedaron a cargo de la sala de máquinas carecían de los conocimientos para atender ese tipo de emergencias. Como consecuencia, se perdieron cebollas, zanahorias, brócolis, coliflores y arvejas a granel, aptos para el consumo humano, de cuya venta los trabajadores esperaban cobrar parte de los 26 millones de pesos de créditos laborales adeudados, motivo por el cual iniciaron la primera demanda judicial.

Ante el silencio de la empresa luego del accidente, los propios trabajadores constataron que ya no se escuchaba el sonido de la sala de máquinas desde el exterior y además solicitaron a UTE que verificara si había bajado el consumo de energía eléctrica de la planta, lo que fue confirmado por el ente. Dávila expresó que fue una decisión unilateral de la empresa, que “no fue capaz” de consultar a los trabajadores sobre lo que se iba a hacer. “Ellos prometieron en el acuerdo que eso se iba a cuidar”, agregó.

El miércoles 11 se realizó la primera audiencia por la demanda entablada por los trabajadores. La empresa se presentó dividida en dos: Greenfrozen (la planta industrial) y Frutos del Norte (que emplea a los trabajadores rurales), negando que pertenezcan al mismo grupo económico, pero los trabajadores aseguran lo contrario y presentaron pruebas al respecto. Dávila dijo que como hubo diferencias entre lo que demandan ellos y lo que reconocen las empresas, la jueza pidió recibos de sueldo como prueba y convocó a una nueva audiencia, que se realizará en febrero del año que viene, después de la feria judicial.