La cancillería aplicará la máxima de las sanciones para el diplomático Gustavo Schiavo, involucrado en el otorgamiento irregular de 96 visas a ciudadanos chinos. Según confirmaron ayer a la diaria fuentes del Palacio Santos, el canciller Rodolfo Nin Novoa tiene “la determinación” de pedirle al Senado lo que en la jerga del servicio exterior se conoce como “venia de destitución”. En los hechos, se trata de una solicitud que se cursa a la cámara alta para remover a funcionarios que cometen ilícitos. Según publicó El País, Schiavo está siendo indagado por la Justicia penal respecto de la concesión de permisos para el ingreso al país sin ceñirse a la normativa dispuesta por las leyes migratorias uruguayas. Por este tema, el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, dispuso en setiembre de 2014 su regreso inmediato desde España, el nombramiento en su lugar de la diplomática Marion Blanco y la realización de un sumario con separación del cargo. La investigación del ministerio, a cargo del procurador Daniel Rognoni (un administrativo con fama de riguroso que revista en el Departamento de Asuntos Jurídicos de la cancillería), aconsejó en setiembre de este año la presentación de una denuncia ante la Justicia penal y la tramitación de una venia de destitución. Durante su pasaje por la cancillería, Schiavo se desempeñó como cónsul de Uruguay en Pekín (China), Seúl (Corea del Sur) y Valencia (España). Cuando volvió al país, Schiavo preguntó al director general de Relaciones Exteriores, Gustavo Álvarez, el motivo de su regreso. La respuesta fue: “¿Dónde preferís estar preso, en España o en Uruguay?”.
Schiavo fue detenido el miércoles por una brigada de la Dirección de Información e Inteligencia. Desde entonces se encuentra declarando ante la jueza Julia Staricco, que en los próximos días resolverá si lo procesa con prisión por reiterados delitos de cohecho, fraude y tráfico de personas, tal como solicitó la fiscal del caso, Ana María Tellechea. La Policía sospecha que el diplomático uruguayo actuaba en connivencia con un empresario chino para el otorgamiento de visas a ciudadanos de esa nacionalidad. De hecho, según informó El País, una de las cuestiones que investiga la Justicia uruguaya es si Schiavo percibía dinero por cada visa otorgada. Según informó anoche el Poder Judicial, la defensa del diplomático solicitó nuevas pericias antes de que la jueza resuelva. En el ínterin, Staricco le concedió ayer la libertad, aunque, al mismo tiempo, ordenó el cierre de fronteras.