“Everyone is the other and no one is himself”

MARTIN HEIDEGGER

Fabián Santarciel de la Quintana (Uruguay, 1971) y Rob Smorenberg (Holanda, 1993), ambos residentes en Ámsterdam y con una formación de base que integra teatro y mimo (título holandés para lo que aquí llamaríamos “teatro físico”), han trabajado juntos desde el año pasado en proyectos como Absent, rebel y Minuta 1, y titularon Us (nosotros) a la primera obra que crearon en colaboración.

¿Cuándo y dónde?

Us, dirigida e interpretada por Rob Smorenberg y Fabián Santarciel de la Quintana. Martes 24, miércoles 25 y jueves 26 de noviembre a las 20.30 en la sala Zavala Muniz del teatro Solís, ciclo Montevideo danza.

“Antes de que existamos, estamos juntos”, dice Peter Sloterdijk, autor de referencia en el proceso de esta obra. Abordado desde la lectura y desde la investigación corporal, el concepto de “nosotros” no alude en ella a la construcción de una subjetividad o un sujeto colectivo, ni a cuestiones de género (como podríamos intuir a partir de imágenes y elenco), sino al hecho de que somos con los otros, incluso antes de cualquier decisión de juntarnos. En los últimos años hemos visto muchas obras interesadas en pensar esta cuestión (Multitud, de Tamara Cubas; Una multitud singular, de Lupita Pulpo; LA MASA, de Federica Folco, por nombrar algunas). En menor escala y en forma de dúo, Us también dialoga con otras obras que, desde relaciones más íntimas y menos masivas, retoman la pregunta desde un pensamiento de cuerpos en relación.

Por otra parte, comenzó ayer y continuará hasta el domingo el 6º Festival Internacional de Contact Improvisation de Montevideo, con talleres, performances y docentes invitados como Karen Nelson (Estados Unidos), Marina Tampini e Iván Baucia (Argentina), y Graciela Figueroa, Catalina Chouhy y Ruth Ferrari (Uruguay). La convergencia en Montevideo del festival y Us abre la posibilidad de acercarnos a dos formas y formatos diferentes por medio de los cuales la danza piensa la relación entre cuerpos contemporáneos, percibiendo que, aunque indudablemente la experiencia escénica es clave para la danza, el conocimiento y la inteligencia que se desarrollan en el contacto pueden cobrar diferentes significados y espacios. Haciendo uso del recorte teatral y de las posibilidades de enunciación que el nicho de lo espectacular ofrece, Us propone investigar qué pasa con ese contacto cuando se sustrae del resto del mundo y se toma a la pareja como unidad de encuentro.

Si hoy la pregunta que resulta urgente parece ser cómo estar juntos con y en el mundo, el abordaje de Us toma la senda de lo teatral y de lo bipartito para explorar una relación aislada coreográficamente, pero que en su presentación producirá un encuentro con otros. Es decir, nosotros. En tiempos en que las potencialidades del “nosotros” y de las formas de construir (o hacer vivir) a los sujetos colectivos se debilitan, y en los que abundan dañinos usos y apropiaciones del término, resulta pertinente que la danza siga preguntándose sobre este tema y planteando, en el marco escénico, algunos problemas que afectan la vida cotidiana y a nosotros en ella. De eso hablamos con los coreógrafos.

-¿De dónde surge la idea de que “sólo por la presencia del otro pueden ser quienes son”, y cómo la trabajaron durante el proceso creativo?

Fabián: -Para nosotros, Us es una observación íntima de los momentos frágiles de contacto entre estos dos hombres. Es un encuentro físico y mental continuo en una convivencia volátil. Ellos buscan al otro y, mediante eso, a sí mismos. Partimos de la idea de que el individuo nunca está solo, sino que siempre incluye al otro y se orienta de acuerdo con él. Nos propusimos trabajar esa relación de coexistencia sin que existiera un lugar autolocalizante: es sólo en la relación/espacio que están y que son; cada uno está y es en el otro. Nos abocamos a explorar el espacio vacío, sin pasado ni futuro. Eso demandó (y lo sigue haciendo) estar de forma continua ocupados sólo en lo que ocurre en el momento, y en trabajar la idea de que en escena no existe nada más que el cuerpo físico y mental del otro. El resto no es importante. Lo que me resulta interesante en este proceso es la influencia que la reacción del otro tiene de manera extrema en mis acciones, y viceversa. En cada ensayo nos encontramos nuevamente en la posición cero, en el punto de partida. Ese comenzar una y otra vez es para mí, como performer, fascinante.

Rob: -Creo que el contacto consiste en dos acciones: una percepción sensorial del mundo y la reacción (física) a esa percepción, y ahí es donde el individuo adquiere su forma. En el proceso creativo tomamos esto como punto de partida. Pero como estamos percibiendo cambios en el mundo todo el tiempo, necesitamos crear circunstancias en las que el foco no fuera el mundo exterior, sino sólo el contacto entre nosotros. Para eso creamos un espacio vacío donde no existe pasado o futuro. Abordando el material por medio de ese entendimiento, terminamos por concentrarnos únicamente en el contacto.

-¿Por qué pensar el tema del yo y el otro mediante los cuerpos y la danza?

F: -Ese tema rondaba en nuestras cabezas. El punto de partida para este trabajo fue una serie de textos de Peter Sloterdijk, en el primer volumen de su trilogía Esferas, titulado Burbujas. De esos textos, que tratan sobre la microesfera, tomamos la idea de que la pareja, y no el individuo, es el principal modo de ser del ser humano. Según Sloterdijk, la coexistencia radica en el contacto de uno con el otro, que crea nuestra individualidad, nuestro mundo. Trabajamos la idea de que estos dos cuerpos unidos estén en búsqueda y creación constante; que el público tenga una experiencia mediante lo que estos cuerpos plantean. Buscamos que la pieza plante semillas que sirvan como provocadoras de asociaciones.

R: -Creo que la danza o el teatro son lugares donde siempre nos concentramos en las microesferas que Fabián mencionaba. La microesfera entre los performers, pero también la microesfera entre performers y audiencia. Ahí es donde la performance adquiere significado: no en las acciones del performer y no en el entendimiento de la audiencia, sino en el espacio donde estos dos elementos se encuentran. Gracias a la similitud entre este aspecto del teatro y el tema de nuestra obra, creo que el teatro es un buen lugar para presentarla. Y dado que este trabajo habla sobre un espacio -la microesfera en tanto lugar entre- trabajamos físicamente el tema, para hacer visible, por medio de nuestros cuerpos, ese espacio del que hablamos.

-¿Cómo surgió la colaboración entre ustedes?

F: -En 2014, mientras trabajaba como asesor artístico de Rob para su primera creación en la Escuela de Mimo, noté que nuestras fascinaciones en materia de teatro y formas de trabajo tenían muchos puntos en común. Eso me llevó a invitarlo a participar en una pieza mía [rebel] que venía trabajando desde 2013, y que estaba intentando transformar de unipersonal en dúo. Durante la presentación de la segunda versión, me fue evidente que juntos generábamos una química potente, y al mismo tiempo íntima, dentro y fuera de la escena. Así que se dio orgánicamente la decisión de trabajar juntos en la creación de una nueva pieza, Us. El diálogo entre nuestras diferencias y similitudes hace que esta colaboración sea, para mí, altamente atractiva y estimulante.

R: -Fabián y yo compartimos las mismas fascinaciones y preguntas. En nuestra colaboración encontramos espacios para darles forma teatral, para cuestionar esa forma y para cuestionarnos, a nosotros mismos y uno al otro.

-¿Qué especificidades creen que tiene el público uruguayo en relación con el tema que plantea la obra?

F: -Pienso que el tema es muy universal. Vi un extracto de la pieza Oscilaciones [de Rama y Lans] y encontré ciertos puntos en común con Us. Encuentro fascinante que procesos creativos en diferentes hemisferios tengan una misma resonancia. Creo que el público uruguayo se identificará con lo planteado. Durante el proceso, fue interesante que, si bien Rob y yo tenemos diferencias de nacionalidad, idioma, edad y orientación sexual, por nombrar algunas, al fin y al cabo el contacto es lo que nos une. Pienso en algo que dijo Robert Musil: “Ya no hay un ser humano entero frente a un mundo entero, sino un algo humano que se mueve en un líquido nutricio universal”.

R: -Concuerdo en que es un tema muy universal. Donde sea que estés, no te podés escapar del contacto con otros. Lo interesante es que ese contacto significará algo diferente en distintas culturas. Por eso me gusta concentrarme en lo que una pieza hace y no en lo que dice. El contacto siempre se torna significativo por tu experiencia de lo que hace contigo, y por medio de esa experiencia podés saber qué dice la obra. Esto vale para nuestra performance de Us y también para la vida real.