La Cámara de Representantes aprobó la ley que crea el Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC), con votos del Frente Amplio, el Partido Colorado, el Partido Independiente y la mayoría del Partido Nacional. Hubo dos votos en contra: el del diputado de Unidad Popular, Carlos Pérez, y el del nacionalista Aldo Lamorte. La frenteamplista Macarena Gelman fue la encargada de la exposición de motivos.
El diputado frenteamplista Enzo Malán dijo que el SNIC “busca cambiar la división sexual del trabajo”. Su compañera de bancada Lucía Rodríguez acotó que significa generar una “mayor equidad entre hombres y mujeres”.
El frenteamplista Óscar de los Santos aseguró que se trata de “un proyecto innovador e incorpora corresponsabilidad entre Estado, familias, mercado y sociedad”. José Querejeta, también del FA, aseguró que para que se sostenga el sistema el país tiene que “generar riquezas por encima de la media que crece”, y está obligado a que en el corto plazo se discuta “algo que sacamos de agenda, que es la distribución de la riqueza”; indicó que el SNIC “no se sostiene en términos presupuestales si no lo discutimos”.
Desde el Partido Colorado Walter Verri aseguró que “lo que está bueno es que la ley universaliza el derecho a ser cuidado”. “No importa la condición social y económica; iguala y da la misma oportunidad a todos, porque hoy funciona para quien puede pagarlo”, agregó. “Aunque le faltan muchas cosas” que deberá resolver el Poder Ejecutivo en la reglamentación, “es un proyecto de avanzada”, sostuvo.
La diputada colorada Susana Montaner aprovechó la ocasión para señalar que la ley tiene “espíritu batllista” y, por ende, aprobándola “vamos por el camino correcto”.
Heriberto Sosa, del Partido Independiente, aseguró que el SNIC “cubrirá la obligación de atender a las personas en situación de dependencia”; sin embargo, señaló que por el Presupuesto “algunos tendrán el derecho en el futuro”.
El diputado de Unidad Popular, Pérez, adelantó que su voto sería negativo porque es una ley “cáscara”, con “criterios mercantiles”, y que implica confiar en el Poder Ejecutivo porque se da “un cheque en blanco” respecto del financiamiento. Pérez aseguró que “los sistemas populares van a quedar excluidos, ya que van a seguir accediendo quienes lo vayan a pagar”.
Pablo Abdala, del Partido Nacional, aseguró que el proyecto sistematiza “un conjunto de esfuerzos que hace bastante tiempo lleva a cabo el Estado”. Sin embargo, aseguró que esperaba “un proyecto más ambicioso en cuanto a sus definiciones”. Álvaro Dastugue, también nacionalista, manifestó el voto a favor pero aclaró que el proyecto “no alcanzó el mínimo de nuestras expectativas, no alcanzó a ser el tan ansiado buque insignia”, y dijo que más bien parecía ser el Titanic. “Esperemos que no tenga su mismo final”, comentó.
Su argumento “más importante” en contra del proyecto fue que haya quedado relegada la posibilidad de que la familia reciba parte de las prestaciones que se destinarán a cuidadores: “La familia no tiene la posibilidad de ejercer un cuidado de calidad, sino que tendrá que acatar las autoridades del Estado en lo más íntimo que uno tiene”, lamentó.