El colegio y liceo Gabriela Mistral, ubicado en Malvín, permanece ocupado por los trabajadores, en respuesta al envío a seguro de paro de una funcionaria. La medida “se lleva a cabo después de más de tres meses de arduos intentos de negociación, tanto a nivel bipartito como tripartito”, en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra). “La intransigencia del Consejo de Administración del Colegio en todas estas instancias y la decisión arbitraria de enviar al seguro de paro con la confirmación del no reintegro a una funcionaria del sector limpieza, sin argumentos, sin informes negativos ni sanciones previas y negando todo intento de acercamiento de las partes que hicimos como sindicato y que hizo el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social [MTSS] como mediador, nos obliga a tomar esta medida”, argumenta el comunicado del núcleo de base de esa institución del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep).

Gabriela Rivero, una de las delegadas del Sintep de la institución, explicó que la trabajadora despedida se desempeña en el colegio desde hace 17 años y es “la única afiliada al sindicato” de su sector. “La ocupación está trancando básicamente la toma de exámenes. Desde la Inspección de Institutos y Liceos se planteó la posibilidad de que se tomen los exámenes en liceos públicos de la zona, pero hemos tomado contacto con la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria para que los profesores se nieguen a tomarlos”, dijo Rivero. La delegada relató que hubo varias instancias bipartitas y luego tripartitas y que el 17 de diciembre se logró firmar un acta de acuerdo con el abogado de la fundación que gestiona la institución, pero al otro día el Consejo de Administración les comunicó que no compartía el acuerdo.

En cuanto a los argumentos de los empleadores, Rivero expresó que “primero plantearon que no se necesitaban tantas empleadas de limpieza”, después en el MTSS “dijeron que hay informes negativos de desempeño, aunque nunca se informó a la funcionaria ni se mostraron en la negociación”, y finalmente “adujeron un problema financiero”. “Si esta situación sigue igual, en febrero nos quedamos con dos empleadas de limpieza para un edificio de tres pisos, un gimnasio enorme y un anexo”, agregó. Los ocupantes están reuniéndose en asamblea todas las tardes y por el momento no han recibido “señales” desde el Consejo de Administración que permitan avizorar una salida al conflicto.