La sesión de la Cámara de Diputados del 2 de diciembre generó preocupación entre algunos legisladores. “No hubo prácticamente temas”, describió el diputado del Partido Colorado (PC) Conrado Rodríguez. Lo actuado por el plenario aquel día no dio ni para un comunicado de prensa: apenas la clásica media hora previa, más un planteo del diputado nacionalista Omar Lafluf, en el que buscó infructuosamente que la cámara tratara como tema político la conflictiva relación entre la Intendencia de Río Negro y sus municipios.
En concreto, en lo que va de este año se aprobaron 34 leyes y otras cuatro vienen en camino: el Presupuesto Quinquenal, la que establece la “tolerancia cero” al consumo de alcohol para conductores de vehículos, la transformación del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa) en el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente, y un proyecto de ley que extiende la ciudadanía a los nacidos en el exterior que sean nietos de uruguayos. Las sesiones ordinarias terminarán mañana y, de ser necesario, se convocará a un plenario extraordinario el lunes 21 de diciembre.
En los primeros seis meses de la administración del ex presidente José Mujica, un Parlamento con idéntica conformación (mayoría parlamentaria) aprobó 55 proyectos de ley. En aquel momento se votaron normas que, entre otras cosas, definieron cuáles eran los municipios de todo el país, modificaron la carta orgánica del Banco Central, establecieron medidas especiales de apoyo para el sistema penitenciario del país y crearon el Instituto Nacional de Logística. A su vez, en ese momento se encontraban en estudio algunas iniciativas como la modificación de la carta orgánica del Banco República y el régimen de participación público-privada.
Pero a pesar de la opinión de los legisladores sobre la producción legislativa, en lo que va de este período legislativo también se aprobaron proyectos impulsados por el Poder Ejecutivo: la creación de la Secretaría Nacional de Deportes, la Fiscalía General de la Nación, el Sistema Nacional de Cuidados y el Fondo para el Desarrollo, además de ajustes impositivos como el aguinaldo del Impuesto a la Renta a las Personas Físicas y la generalización del Impuesto de Primaria. Otras iniciativas todavía están a la espera de ser aprobadas, como el Sistema Nacional de Competitividad, que “descansa en un cajón”, describió el diputado nacionalista Pablo Abdala.
“El presidente marcó un determinado paquete que se ha cumplido a medias y de manera insuficiente”, dijo este legislador, criticando, por ejemplo, que en las modificaciones del IRPF “no se aumentó el mínimo no imponible y no se establecieron nuevas deducciones como se prometió en la campaña electoral”. Para Abdala, el hecho de que el gobierno tenga mayorías parlamentarias es lo que fija la agenda legislativa: “Estamos siempre a la espera de lo que el gobierno paute como definición de su propia agenda”.
El coordinador de la bancada de representantes del Frente Amplio, Carlos Varela, admite que la producción legislativa viene siendo menor, pero sostiene que la causa de eso es que la fuerza política ya ha legislado sobre los principales temas del país durante sus dos períodos de gobierno anteriores. “Durante diez años estuviste legislando sobre una cantidad enorme de temas, y lo que queda ahora es ajustar lo que se hizo, pero va a haber menos cosas para votar”. También destacó que las “demás funciones” del Parlamento se están realizando mejor que hace unos años: “Articular con la sociedad, recibir reclamos de grupos sociales y controlar al Ejecutivo son tareas que se hacen permanentemente, y en ellas no se ha disminuido el trabajo; por el contrario, se ha acrecentado. Creo que hoy la gente siente que tiene más posibilidades que antes de llegar al Parlamento y ser escuchada”.
El diputado Daniel Radío, del Partido Independiente, también comparte la apreciación de que el plenario de la Cámara de Diputados no viene a buen ritmo. “Está flojo. Es verdad que no avanza la cosa”, aunque, sostuvo, se está trabajando fuertemente en las comisiones parlamentarias, lo que “se ve menos”. El diputado considera que el problema es que, por un lado, “siempre se prioriza lo que envía el gobierno”, pero, por otro, ocurre que el gobierno “no está enviando tanto”. A esto se suma que a veces “los proyectos se trancan por falta de acuerdo en el oficialismo”.
El que está contento con esta escasa producción legislativa es el diputado herrerista Jaime Trobo: “Cuanto más se legisle, peor”, es la máxima del ex ministro de Deporte, que justifica su axioma de una sencilla forma: “porque hay mayoría absoluta”. Al igual que Varela, el diputado destacó todas las tareas del Parlamento que no implican la producción legislativa: “Investigar, constatar, denunciar injusticias, revelar a la opinión pública... Por suerte, para todo eso no se necesitan mayorías, y la actuación ha venido siendo satisfactoria”.