A pesar del repunte del crecimiento de la economía en el tercer trimestre -dato que el Banco Central dio a conocer el martes-, el equipo económico pronostica que el año cerraría con un déficit fiscal mayor al proyectado inicialmente. El director de la Asesoría Macroeconómica de la cartera económica, Andrés Masoller, indicó que la pérdida será de 3,6% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra 0,3% mayor que la que sostiene el gobierno en su Presupuesto Quinquenal, aprobado ayer. Aun así, Masoller dijo que se mantiene la meta de llegar a 2,5% para el fin del período de gobierno. El incremento se explica “por una mayor caída de la recaudación, fundamentalmente”, producto de un menor nivel de consumo, el factor que “más preocupa” al gobierno.
“A quien cree que somos sólo los cajeros del gobierno: se equivoca profundamente”, afirmó Astori cuando pasó a hablar del Presupuesto. La metodología elegida para su armado -planificar incrementos del gasto sólo para los dos primeros años del período- “es un ejemplo de eso”, porque “nos permite tener la oportunidad, a mitad del período, de evaluar los resultados e incorporar las correcciones a partir de esa evaluación”. “Una señal de prudencia”, consideró Masoller.
En cuanto al aporte de las empresas públicas, Astori sostuvo que el Presupuesto “asegura” un “mejor aporte” de éstas, mientras que Masoller indicó que las reducciones fiscales “ya comenzaron a mejorar el resultado consolidado” de UTE, ANCAP, OSE y Antel, aunque no profundizó en ninguna.
Tensiones
Al día de hoy, los problemas macroeconómicos que acaparan la atención del ministro son tres: la presión inflacionaria, la competitividad y las tensiones sociales “asociadas a una fuerza política que repite por tercera vez un gobierno, lo que genera dilemas entre la continuidad y el cambio”. “Aparecen aspiraciones nuevas y eso genera tensiones en la sociedad, que tienen sus efectos desde el punto de vista económico”, explicó.
Los nuevos vecinos
“Saludamos con expectativas positivas al nuevo gobierno argentino”, dijo ayer Astori, con la “gran esperanza” de que la región “empiece a mejorar”. Dijo que los anuncios de desarme de licencias anticipadas de exportación y eliminación de trabas comerciales auguran un “camino auspicioso” para Uruguay, que además “suma fuerzas” para que el Mercosur llegue a “acuerdos con otros bloques del exterior”, “una necesidad imprescindible” según el ministro.
Por su parte, Bergara estimó que el nuevo escenario político argentino “no hace desaparecer el hecho de que la economía tiene tensiones macro a resolver”. “Quizá puedan venir algunas buenas noticias en cuanto al hecho de desmantelar algunas medidas que en los años anteriores nos habían perjudicado”, afirmó, sin entrar en detalles. “Eso está por verse…”, matizó.
Sobre el crecimiento de 1% del PIB entre julio y setiembre, Astori dijo que el dato “confirma que el país está con una desaceleración de su actividad”, pero aun así “la noticia es que seguimos creciendo”. El “importante comportamiento” de sectores “muy relevantes de la base productiva del país”, como la agricultura, la ganadería y la silvicultura, la industria y el transporte, indica que “seguirán creciendo”, afirmó, de acuerdo a “los indicadores que hemos analizado”.
Otro clima
La clave para seguir creciendo está en “un muy adecuado clima de negocios”, sostuvo Astori; dijo que para mantenerlo vigente “habrá que trabajar sobre los tiempos y costos de la burocracia pública y la posibilidad de ventanillas únicas en materia de permisos de construcción”, así como “mejorar los instrumentos de apoyo a la innovación” como los fondos de capital de riesgo, programas de internacionalización de empresas y capacitación de recursos.
A su turno, el subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Pablo Ferreri, apuntó que las inversiones que se promuevan el año que viene gozarán de una exoneración adicional de 20% del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE); si 75% de ésta se ejecutara antes de 2018, se le agregaría un 10% adicional.
En terreno de inversión, Ferreri aprovechó la ocasión para anunciar que “antes de fin de año” se lanzarán tres nuevos llamados por el mecanismo de PPP: una ferroviaria en Fray Bentos; y dos obras viales, una en Rocha, en tramos de las rutas 12, 54, 55 y 57, y otra en Colonia, en porciones de las rutas 9 y 15.
El ministro de Economía sostuvo que quedan dos “reformas pendientes” para encarar: el proyecto de zonas francas, que pasarían a llamarse “zonas económicas especiales” y que, con media sanción de Diputados, busca actualizar la legislación; y la reforma de la Caja Militar, que recauda 19% de las pasividades que paga, y que le representó al gobierno una pérdida de 315 millones de dólares en 2015.
Fuerza de trabajo
Masoller se refirió a las señales de desaceleración que está dando el mercado laboral. Estimó que el descenso del empleo implicó este año 40.000 puestos de trabajo, y esto se hizo notar en una caída en términos absolutos de cotizantes del Banco de Previsión Social, y también en un “mayor uso del subsidio de desempleo, por encima de los promedios históricos”.
Insistió en que estos datos “tienen que tomarse en cuenta en las negociaciones salariales”, aunque consideró que los acuerdos que se están alcanzando “suponen menores aumentos nominales en la mayoría de los sectores” y están “en línea con las pautas sugeridas por el Ejecutivo”. También indicó que resta cerrar 40% de los grupos.
El afuera
“Volatilidad” e “incertidumbre” son dos palabras que, para Astori, “sintetizan el contexto internacional”, pero de todas formas la ubicación de Uruguay en éste es privilegiada. Sobre este frente, Masoller puntualizó que “el peor momento” de la crisis internacional “lo estamos viviendo este año”, pese a lo que se prevé que Uruguay crezca por encima del promedio regional.
El equipo económico espera que el PIB uruguayo aumente 2% en 2015, y el director de la Asesoría Macroeconómica consideró que “en una región en la que todos están apuntando a la baja sus crecimientos, el de Uruguay es el ajuste de menor importancia”.
El presidente del Banco Central del Uruguay, Mario Bergara, volvió a transmitir, como un mensaje tranquilizador, que el proceso que se está viviendo, más que de crisis, es de “normalización de las condiciones financieras internacionales”. “Las tasas de interés van a subir en forma gradual y seguirán siendo tasas bajas en dos o tres años. Y China crecerá al 6%, no al 10%, lo que es muy decente; tampoco es que se viene la noche, sino que se sigue creciendo a una tasa interesante”, afirmó.
Masoller sostuvo que la “fortaleza” de Uruguay frente a este escenario desfavorable es su régimen cambiario flotante, y en este sentido, instó a “seguir utilizando esta herramienta”.