La Cámara de la Economía Digital del Uruguay (CEDU) y el Centro de Posgrados de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA) de la Universidad de la República organizaron ayer la conferencia denominada “Nuevos modelos de negocio en la economía digital”, en la que expusieron Carlos Lecueder, director de un estudio que administra varios centros comerciales del país; Max Cortés, gerente de Expansión de Uber Latinoamérica; Gabriel Oddone, socio de CPA Ferrere; Diego Vallarino, docente de posgrado en Sistemas de Información de las Organizaciones de la FCEA; y Juan Grompone, ex asesor del Plan Ceibal.

Lecueder dijo que si bien lo de él es hacer “ladrillo y mezcla y ponerle adentro locales comerciales”, Montevideo Shopping Center (MSC) tiene desde el 5 de abril de 1999 un “shopping online”, por medio del cual no se han conseguido “resultados favorables”, y ahora integra la CEDU. Opinó que el futuro de los negocios está en la “combinación de canales de ventas”, con un cliente que va a ir de internet al local comercial y al revés, todo el tiempo.

El representante de Uber dijo que el negocio fue posible gracias al desarrollo de las aplicaciones móviles, el GPS y las redes 3G. “Eso es lo fascinante de la economía digital. No hay que necesariamente inventar una gran idea. Cosas que ya conocíamos, normales, que quizá no nos llamaban la atención, se vuelven oportunidades impresionantes y son inspiración para todos. Todos tenemos la posibilidad de ser los desarrolladores del próximo Uber”, expresó. Luego aclaró que Uber “es una empresa de tecnología” y no “de transporte”, y que no compite con el transporte público y el taxi, sino que está “en contra de que el individuo tenga su propio vehículo”. Cortés informó que la empresa llegó a estar en 361 ciudades de 66 países en seis continentes en sólo cinco años, y que en Uruguay en sólo tres semanas ya tiene 6.000 socios, 27.000 usuarios registrados y 35.000 solicitudes, algo que calificó de “números impresionantes”. Según un mapa de solicitudes que mostró, éstas se concentran en el Centro, Pocitos, Punta Gorda, la zona del MSC, el Aeropuerto Internacional de Carrasco y Zonamérica.

Oddone opinó que “los costos de las transacciones están siendo interpelados”, básicamente por los costos de almacenamiento, la velocidad de transmisión de datos y la penetración de los instrumentos digitales, y esto implica que “muchos jugadores” pueden conseguir “la información perfecta” para tomar una decisión. Se refirió a los problemas que tienen los estados para identificar a los sujetos tributarios en estos negocios y puso el ejemplo de la llegada de Uber, por la que “Uruguay pidió tiempo para ver qué hace”. Dijo que este nuevo modelo de negocios ha provocado el surgimiento de una extensa agenda temática en los acuerdos comerciales más recientes, uno de cuyos temas centrales es la protección de los datos de los usuarios.

Vallarino habló de cómo se puede analizar los datos casi en tiempo real, lo que genera una ventaja enorme para los negocios. “¿Por qué, cuando termino de ver una película en Netflix, me quedaría a ver también la que me ofrece después?”, se preguntó, como un ejemplo de ese análisis de los datos personales. Para Vallarino, las empresas deben preocuparse por “el momento cero”, que es cuando el cliente adopta la decisión de consumir, y eso lo hace luego de informarse y ver todo tipo de productos similares al que quiere.

Por su parte, Grompone explicó que el mundo está entrando en una nueva fase de la economía capitalista, que sustituirá a la “fase comercial e industrial” que se conoce, y que en ese cambio profundo de la economía aparecen “negocios nuevos”, como Google, “enfoques nuevos de viejos negocios”, como Amazon, y negocios que están “apenas comenzando”, como las redes sociales.

Según Grompone, la computadora, la principal protagonista de estos cambios, “es un autómata universal”, es decir que puede automatizar cualquier proceso automatizable, que es todo aquello que “tiene una descripción precisa”. Sin embargo, no pueden procesar lo que no se puede automatizar, como “la intuición o las labores creativas”. Sostuvo que “todos los negocios que tienen un alto nivel de automatización están condenados a desaparecer”, así como “los intermediarios”, porque “es más fácil poner en contacto a un productor con un consumidor”, y advirtió que se “pueden hacer fábricas sin trabajadores humanos”, porque está en crisis el modelo industrial. “El mayor desafío de esta nueva fase es que en la educación se enseña según el modelo de fábrica, donde todos empiezan a la misma hora, salen a la misma hora, se visten igual y estudian lo mismo, y ese modelo está en crisis”, concluyó.