El gobierno está preocupado por el alto consumo de alimentos ultraprocesados y prepara un proyecto de ley para comenzar a etiquetarlos. El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, busca cambiar los hábitos alimenticios de los uruguayos para evitar el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes y otras afecciones cardiovasculares. “Hay toda una cultura de la comida rápida, de saciarse el apetito e interpretarlo como una alimentación adecuada. Hay que elegir los alimentos, hacer énfasis en la alimentación sana, en el consumo de frutas y verduras”, sostuvo Basso en rueda de prensa. El jerarca se mostró preocupado porque, según revelan las encuestas, los uruguayos vienen disminuyendo el consumo de frutas y verduras.
Además de impulsar el programa de “alimentación saludable” a nivel escolar, el gobierno se propone “trabajar para generar un proyecto que regule el etiquetado”. Basso dijo que se aprovecharán “las experiencias que existen en el mundo en busca de la más apropiada para que una persona vaya a un supermercado y pueda identificar cuáles son los alimentos con alto contenido de grasas, de azúcares y de sal”. Eso, sostuvo, permitirá tomar una decisión con más información.
La propuesta será acompañada con una “política de comunicación” que abordará los beneficios de la alimentación sana. “Si tenemos una alimentación saludable, seguramente podremos prevenir muchas enfermedades”, agregó. En Uruguay la obesidad afecta a 25% de la población adulta y las ventas per cápita de alimentos procesados crecieron 146% entre 2000 y 2013. Los uruguayos consumen 150 kilos anuales de estos productos, mayoritariamente refrescos. En 1999, el consumo por habitante era de 66 kilos por año.