El sexto debate del ciclo La crisis del capitalismo: una mirada desde la izquierda, organizado por Cuadernos del Taller, fue ayer y buscó contestar las preguntas: “¿Qué izquierda? ¿Qué Frente Amplio [FA]?”. En La Huella de Seregni, sede del FA, expusieron Álvaro Portillo, Carmen Beramendi, Rodrigo Arocena, Alejandro Sánchez y Pablo Anzalone.

Portillo aseguró que el proyecto frenteamplista está “materializado” porque se pudo poner en práctica un conjunto de ideas sobre qué hacer con el país, pero “el proyecto no se termina ahí y hay que ponerle un nuevo horizonte”. Agregó que en ese tema hay una “luz amarilla”, teniendo en cuenta el “resurgir de una derecha sin ideas pero que se jacta de que va a sustituir a los gobiernos progresistas” en Latinoamérica. Para Portillo hay que “inaugurar un nuevo proyecto político”, repensar el modelo de desarrollo económico, “consolidar una participación que vaya más allá de los límites de la democracia representativa”, e imaginar “un nuevo proyecto cultural” de vida que revierta el consumo y el individualismo. El sociólogo propuso recuperar “el relacionamiento” con los adherentes mediante correo electrónico y generar un área de formación y estudio destinada fundamentalmente a los jóvenes.

Beramendi dijo que quiere una izquierda “radicalmente democrática”, igualitarista, con nuevos estilos de liderazgo y que rescate el lugar del “conflicto” como “motor del crecimiento” político transformador. La ex diputada criticó las visiones exclusivamente economicistas de la igualdad y dijo que hay que “transformar las reglas del juego del relacionamiento con la sociedad”. “Nos metimos muy poco con la riqueza. Hay que empezar a mirar a los ricos, hay que acortar la brecha y la concentración de la riqueza”, agregó.

Por su parte, Arocena afirmó que los gobiernos del FA representan “el tercer batllismo” de la historia de Uruguay y aseguró que está emergiendo un nuevo tipo de sociedad, la del conocimiento, y que eso requiere “afrontar la debilidad ideológica de las izquierdas”. “Si no se puede generar desarrollo inclusivo basado en el conocimiento, estamos jorobados”, opinó el ex rector de la Universidad de la República, y señaló dos “asignaturas pendientes”: la transformación del Estado y de la educación.

Sánchez hizo hincapié en que las izquierdas deben preguntarse si están para “la acción política permanente” o para “ganar gobiernos cada cinco años”, lo que “no quiere decir que eso sea malo y hasta necesario”. Pero si la izquierda “sólo se prepara para ganar el gobierno en las próximas elecciones, está abandonando la disputa por lo bueno y lo malo, lo nuevo y lo viejo, lo moderno y lo atrasado, es decir, disputar el sentido común que genera un statu quo que decide qué es lo que está bien y lo que está mal”. Para el presidente de la Cámara de Diputados, esta disputa por el “sentido común”, durante un proceso de más de 40 años, fue la que permitió evitar que la mayoría de la gente siguiera votando partidos que defendían los intereses de una minoría.