Se llama Revolución Batllista porque sus integrantes quieren recuperar las ideas de José Batlle y Ordóñez. Entraron al Parlamento por primera vez en esta legislatura y por la cuota de género que estableció que uno de cada tres lugares debía ser ocupado por una mujer. Así fue que Valentina Rapela, de la agrupación Vamos Orientales y electa diputada por la Lista 10 de Vamos Uruguay, se convirtió en la más joven de la casa de las leyes.
Ayer su agrupación presentó al nuevo sector, que tiene como postulados: la “equidistancia real y total tanto del Frente Amplio como del Partido Nacional”, por considerar que se encuentran en las “antípodas” del batllismo, la “salvaguarda de los derechos de la clase trabajadora y la clase media”, y la “lucha incansable por los derechos aún por conquistar”. También se plantearon “estar junto a la gente y sus problemáticas en los barrios los cinco años de corrido y no seis meses antes de las elecciones”.
El nuevo sector presentó un proyecto de ley sobre licencias por estudio. Se plantea agregar al régimen vigente dos días al año de licencia por estudio para los empleados privados que trabajen menos de 48 horas semanales, y tres para los que trabajen más de 48. Además prevé un día más de licencia por estudio “por cada materia salvada (con un máximo de cinco) a usufructuar en el año civil siguiente”. El proyecto acorta la antigüedad necesaria en la empresa para comenzar a ejercer el nuevo derecho, pasando de seis a tres meses, y aumenta de tres a cuatro días el fraccionamiento máximo de la licencia por estudio. El secretario general del sector, Guzmán Ifrán, aseguró que así “se tiende a igualar las oportunidades de progreso personal por medio del estudio de los trabajadores privados respecto de los públicos, así como entre los estudiantes que no necesitan trabajar para sustentarse mientras cursan sus estudios y los que sí lo necesitan”.