El Ministerio de Salud Pública (MSP) presentará hoy los Objetivos Sanitarios Nacionales 2020 que buscarán disminuir los “problemas críticos” que tiene nuestro país en materia de salud así como el acceso a ella. Es la primera vez que el ministerio se plantea objetivos estratégicos, metas concretas y resultados esperados a partir de la definición de una línea de base, adelantaron ayer a la prensa Jorge Basso y Cristina Lustemberg, ministro y subsecretaria del MSP respectivamente.

Se definieron 15 problemas críticos y a partir de ellos se trazaron cuatro objetivos sanitarios. El primero consiste en alcanzar mejoras en la situación de salud de la población. El segundo apunta a “disminuir las desigualdades en el derecho a la salud”. Basso explicó que quienes tienen mayor poder adquisitivo “sobreutilizan los recursos”, mientras que los que tienen menos, son menos demandantes, y señaló que para cambiar eso se requieren políticas proactivas. El tercer objetivo es mejorar la calidad de los procesos asistenciales. El ministro habló del trato hacia los usuarios, desde el primer contacto en la ventanilla, hasta el equipo de salud, y que el médico “escuche y que no se apure a agarrar el recetario”, aconsejó. Señaló que es fundamental escribir la historia clínica y que se harán auditorías al respecto “para evaluar la calidad”. De hecho, dijo que ya está haciéndose una primera auditoría en historias clínicas quirúrgicas. El cuarto objetivo es “generar las condiciones para que las personas tengan una experiencia positiva en la atención de su salud”. Basso explicó que los convenios colectivos que se han firmado incluyen el pago de una partida variable “para generar buenas prácticas”, lo que calificó como “una novedad”. Para avanzar en las historias clínicas electrónicas pero también para tener un reporte de las metas, el ministro anunció que la sobrecuota de inversión en 2016 estará dirigida a potenciar los sistemas de información.

Calidad de vida

“Más del 62% de los fallecimientos están vinculados a alguna enfermedad crónica no transmisible”, dijo Lustemberg. El MSP definió cinco objetivos estratégicos y el primero consiste, justamente, en “favorecer estilos de vida y entornos saludables y disminuir los factores de riesgo”. Entre otras metas, se plantea disminuir 20% los fumadores actuales en la población de 15 años y más; reducir a 5% la anemia moderada de los niños de seis a 23 meses, que hoy se sitúa en 8,1%; detener el sobrepeso y la obesidad; extender las prácticas de alimentación saludable y ejercicio físico; reducir la prevalencia de usos problemáticos de alcohol y de riesgos y daños asociados al uso de cannabis; racionalizar el uso de psicofármacos.

El segundo objetivo es disminuir la carga de morbimortalidad de las enfermedades no transmisibles prevalentes. En nuestro país, 62 personas cada 100.000 mueren por cáncer; la meta es reducir 4% las muertes en menores de 70 años. Hay metas para reducir la mortalidad neonatal, por sida, por violencia de género, por siniestralidad vial y por suicidios.

Mejorar el acceso y la atención de salud es el cuarto objetivo. Entre otras metas, se plantea disminuir la incidencia del embarazo adolescentes: la tasa de fecundidad específica actual es de 58,2 cada 1.000 nacidos vivos y la meta es reducirla a 48. Se plantea reducir 10% las cesáreas evitables; la cifra actual de cesáreas es de 44,3%, lo cual triplica las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

Se está construyendo una línea de base sobre la frecuencia de las alteraciones del desarrollo de niños menores de cinco años y se establecerán metas para disminuirlas, al igual que las discapacidades que pueden prevenirse. La cobertura de cuidados paliativos, que hoy está en 25%, se llevará a 40%.

El cuarto objetivo apunta a la seguridad del paciente, lo que implica reducir los errores evitables, las infecciones intrahospitalarias y estimular las buenas prácticas. El quinto apunta a mejorar el vínculo médico-paciente y la resolución de problemas en el primer nivel de atención.

Para que se cumplan los objetivos, se le fijarán metas a las instituciones de salud, que deberán ser cumplidas también por la Administración de los Servicios de Salud del Estado.