El fin de semana se estrenó en todo el mundo la adaptación cinematográfica de la novela Cincuenta sombras de Grey, que contiene escenas de sexo mostradas en forma bastante explícita. “Esto es una muestra de que cuando la pornografía se adorna lo suficiente, las mujeres que llevan más de 30 años de casadas pueden acercarse a ella”, aseguró el propietario de una sala cinematográfica. El empresario aseguró, de todas maneras, que no vio la película, por lo cual “todo esto que estoy diciendo puede ser un disparate”.

Si bien Cincuenta sombras de Grey fue un éxito de taquilla, no logró batir el récord de espectadores en su primer fin de semana en cartelera. El récord que sí rompió fue el de personas que no fueron a ver una película en su primer fin de semana. “Hay cerca de 35.000 personas que fueron al cine y a la salida se pusieron a hablar de la película, por supuesto. Pero también hubo 400.000 personas que se dedicaron a hablar del tema pero dejando bien en claro que no leyeron el libro ni vieron la película, y tampoco piensan hacerlo”, explicó el responsable de una empresa distribuidora. Entre estas personas se calcula que hay 100.000 mujeres con escasa formación cultural a quienes les daría vergüenza ir a ver una película con escenas de sexo explícito, y otras 100.000 mujeres intelectuales que se avergonzarían por ir a ver una película que tiene tanto éxito a nivel masivo.

En el ambiente de la crítica cinematográfica se dio una situación muy diferente. Un crítico aseguró que en la función de prensa, tanto él como sus colegas estaban “enganchadísimos” con la película. “Cuando pasan los bodrios iraníes de tres horas todo el mundo se echa una siestita. Pasar de eso a esta porneta es un salto brutal. Por primera vez, los críticos van a escribir sobre una película que vieron en su totalidad”.

Varias voces feministas criticaron al film, en algunos casos porque cosifica a las mujeres, y en otros porque se considera injusto que las mujeres tengan que pagar el precio de una entrada de cine para ver pornografía, mientras que los hombres pueden ver todo tipo de materiales pornográficos en internet.