“No va a haber TLC con Estados Unidos”

El canciller designado, Rodolfo Nin Novoa, participó el martes en un ciclo de talleres organizados por el comando de campaña del candidato a la Intendencia de Maldonado Pablo Yuyo Pérez, donde descartó la posibilidad de firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos y, en cambio, dijo que el nuevo gobierno seguirá “profundizando lo que en el gobierno anterior se desarrolló bajo la sigla del TIFA”, un acuerdo marco de comercio e inversiones firmado en 2007 con la potencia del norte. “No va a haber un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos [primero] porque los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos son más beneficiosos para ellos que para nosotros, y segundo, porque la realidad comercial y política nos indica que no va a haber una gran profundización del intercambio comercial”, explicó.

En otro de los pasajes de su intervención, Nin habló de “realismo” a la hora de conducir la política exterior y dijo que “Uruguay y el Mercosur están quedando afuera del gran flujo de comercio internacional”. Para el canciller designado, “ese flujo se hace a través de modalidades de tratados de libre comercio o tratados preferenciales arancelarios”. “Parecería que hay una gran necesidad de hacer una suerte de sinceramiento [en el Mercosur]”, añadió. En diálogo con la diaria, Lescano insistió en la necesidad de “un sinceramiento del Mercosur” que pasaría, según dijo, por “hacer un balance crítico y autocrítico que hasta ahora ha sido muy escaso” y “explorar las condiciones para que alguno de los países miembro pueda tener comercio bilateral sin que esto signifique alterar las reglas del bloque”. “Uruguay no quiere ser el sepulturero del Mercosur [pero] tampoco podemos estar como estuvimos hasta ahora, con cambios en las reglas de juego”, subrayó, al tiempo que remarcó la necesidad de “seguir muy de cerca” la Alianza del Pacífico, a la que catalogó como “una experiencia exitosa”.

La ausencia de la presidenta argentina Cristina Fernández en la asunción de Tabaré Vázquez el próximo domingo sería solamente una anécdota si no fuera porque hace cinco años las relaciones entre Argentina y Uruguay pasaron por uno de los peores trances de la historia. Cinco años después de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya dictara la sentencia definitiva sobre la instalación de la ex Botnia (ahora UPM), y habiendo mediado una política de acercamiento entre los países del Plata que derivó en el levantamiento del corte de los puentes internacionales y el monitoreo conjunto del río Uruguay, algunas de las secuelas de aquel conflicto que tensionó las dos orillas aún siguen vigentes. Las más palpables: un consulado sin cónsul, un monitoreo sin resultados a la vista de los vecinos de uno y otro margen del río y una asamblea, la de Gualeguaychú, que cambió los medios pero no los fines.

La Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú programa para las próximas semanas “una marcha en caravana náutica en el río Gualeguaychú” que no se ha podido realizar antes “por la altura del río”, explicó a la diaria el asambleísta Juan Veronesi. Si bien la consigna sigue siendo “Fuera Botnia”, los asambleístas han cambiado el tenor y la dirección de sus reclamos. Ahora, dicen, se trata de “reclamar a las autoridades municipales y provinciales por la instalación de equipos sensores para el control de la contaminación atmosférica que nos prometieron”. Si antes veían al gobierno argentino como un aliado, ahora los asambleístas critican el “silencio cómplice” del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri.

El 15 de agosto de 2008, el consulado uruguayo en Gualeguaychú fue ocupado. La toma de la sede diplomática se extendió por tres horas y se levantó tras una votación que la Asamblea realizó dentro del propio consulado. Aquella medida de fuerza, una más en la escalada entre los dos países, abroqueló al espectro político uruguayo. Hace tan sólo algunos meses, consultado en plena campaña electoral por la polémica generada en torno a sus afirmaciones sobre el pedido de ayuda militar a George Bush en pleno conflicto por las papeleras, Vázquez recordó aquella ocupación como “un hecho terrible”. Lo hizo en una entrevista que el periodista Jorge Traverso le realizó en el programa Hora pico.

Más de seis años después de aquel episodio, el consulado uruguayo en Gualeguaychú sigue sin un jerarca a cargo. A diferencia de las ciudades de Colón, Córdoba, Buenos Aires, Mendoza o Rosario, hasta el momento ningún funcionario de cancillería fue nombrado al frente de esa sede diplomática. El designado embajador en Argentina, Héctor Lescano, confirmó ayer a la diaria que ocupar esa vacante estará “en los primeros lugares de la agenda en materia de designación de funcionarios”.

Almejas y diferencias

Otra de las heridas abiertas en la relación con Argentina está vinculada al monitoreo de UPM y el río Gualeguaychú, ordenado por el fallo de La Haya. Cinco años después, la delegación argentina ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) sigue negándose a publicar los informes. “Eso está trancado, no hubo avances. Uruguay ha propuesto mecanismos para destrabar la situación y no hemos logrado coincidir con los planteos de Argentina. Ellos se niegan a publicar los resultados”, explicó a la diaria Luis Hierro, integrante de la delegación uruguaya. Mientras tanto, el comité científico binacional sigue realizando mediciones en ambos márgenes del río Uruguay.

Hasta el momento, los científicos ingresaron 48 veces a la planta, igual número de inspecciones hubo en la desembocadura del río Gualeguaychú y se realizaron 30 monitoreos generales en las 26 boyas ubicadas a lo largo de 20 kilómetros entre las localidades de Nuevo Berlín y Las Cañas (al norte y sur de la fábrica, respectivamente). El martes, los técnicos estuvieron en UPM y ayer se encontraban recabando muestras en el margen argentino para luego enviarlas al laboratorio canadiense que analiza el material. Para difundir las muestras, el gobierno de Fernández exige desde hace tres meses nuevos requisitos. Particularmente uno: poner en práctica lo que se denomina “el monitoreo biológico”, que trata de la colocación de 12 boyas con almejas acumuladoras en el río. Esta alternativa estaba prevista en los acuerdos de 2010 como una “tarea experimental”.

“Al no haber evidencia científica en el mundo que permita comparar los resultados, Uruguay ha sostenido que, antes de hacer esa tarea experimental, hay que publicar los resultados que tenemos de la secuencia de los últimos cuatro años. Pero Argentina dice que no está completo el monitoreo, por lo que no lo podemos publicar”, afirmó Hierro.

La “línea Sendic” y el nuevo embajador

Las declaraciones que motivaron, hace más de tres años, el alejamiento temporal de Vázquez de la actividad política pública aumentaron la desconfianza en el entorno de la presidenta argentina, más proclive a tender puentes con Raúl Sendic, explicaron a la diaria fuentes de la embajada argentina en Montevideo. Durante su pasaje por la presidencia de ANCAP, el vicepresidente electo estableció lazos de amistad con Axel Kicillof, por entonces viceministro de Economía. Encuentros informales entre ambos generaron acercamientos entre el gobierno uruguayo y el argentino.

Vázquez, por su parte, se reunió tres veces con Scioli durante la última campaña electoral: una en Buenos Aires, otra en Colonia y la última en Montevideo, el día de la segunda vuelta electoral. Postulado a las elecciones de este año, el gobernador de la provincia de Buenos Aires guardó siempre cierta distancia de la presidenta. Ya en el traje diplomático, Lescano afirmó a la diaria que la línea de la embajada será “de apertura hacia un arco político amplio”.