Este fin de semana ingresó el que estiman será el último pedido de 40.000 litros de leche a la empresa Ecolat, distribuidora de los productos de la marca Parmalat, que este viernes ratificó en un comunicado el cierre de sus operaciones en Uruguay. Según el dirigente Heber Figuerola, la leche se acabará “a más tardar el martes”, por lo que, mientras se encargan de procesarla, los trabajadores continúan buscando alternativas a su situación e intensifican las medidas de lucha. Figuerola dijo a la diaria que los trabajadores del sector fueron convocados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) junto a otras carteras para tratar el jueves las “perspectivas de la industria”.
La empresa Ecolat, del grupo peruano Gloria, divulgó el viernes un comunicado de prensa en el que hace un resumen del proceso de negociación llevado a cabo con el gobierno y “otros actores clave” que finalizó en el cierre de sus operaciones en el país el jueves. Para la empresa, ya estaban “quebrados el principio de autoridad y la relación de confianza con los trabajadores, imprescindibles para continuar la operación”, por lo que el final ya era previsible. No obstante y mientras “contactan a productores y clientes para coordinar los aspectos operativos de la finalización de las relaciones comerciales”, anunciaron que “cumplirán con todas sus obligaciones”, lo que “supone un proceso que llevará unos días”.
Por su parte, los trabajadores del sector, nucleados en la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea están “indignados y preocupados”, afirmó Figuerola, frente a esta situación que “deja 400 familias en la calle”. De momento hay varias líneas abiertas: Figuerola sostuvo que los trabajadores realizarán “una serie de medidas complementarias” que consistirán en “movilizaciones y paros” como jornadas preparatorias hasta la asamblea del martes 24 de febrero, cuando se decidirá sobre la realización de un paro de 24 horas en el sector.
Figuerola resaltó la actitud de los productores, que “se mantuvieron al firme a pesar de las distorsiones y la inestabilidad” de la empresa en el proceso. De momento, los trabajadores están procesando 40.000 litros de leche que ingresaron a la planta y se sumaron a 10.000 de remanente, que, estiman, durarán hasta “el lunes o martes” cuando, “salvo que haya un giro de 180 grados -prácticamente imposible-”, la empresa no reciba más y la leche pase a derivarse, a pedido del Instituto Nacional de la Leche (Inale), a las plantas de Conaprole, Calcar y otras menores. “Nos resulta muy difícil”, dijo Figuerola, pero explicó que lo harán “porque lo importante es preservar los productores”.
Por otro lado, la Federación, los trabajadores y el sindicato del sector se reunirán este jueves, convocados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con diversas autoridades del Inale y de los ministerios de Industria, Energía y Minería y de Economía y Finanzas, para conversar sobre las “perspectivas de la industria láctea”. Según el dirigente, tanto en los jerarcas salientes como entrantes del gobierno hay una actitud proactiva de buscar “un camino de apertura y negociación” que podría desembocar en la autogestión por parte de los trabajadores o en la búsqueda de un inversor.