Tras la retirada de las candidaturas de los aspirantes guatemalteco y peruano, Almagro llega a las próximas elecciones como candidato único y con el apoyo de 19 países de los 34 que integran la organización. En un intercambio con representantes de los países miembros que tuvo lugar ayer en Washington, Estados Unidos, el canciller fue directo a sus prioridades desde el comienzo de su discurso: “América ha estado dividida. Es hora de reparar las heridas del pasado y construir una América unida y para todos”.

Su “objetivo primero” será “poner a la OEA al servicio de todos los americanos, sin discriminación alguna por razones de género, grupo étnico, pueblos indígenas, origen, extracción social, credo religioso, orientación sexual, discapacidad, condición migratoria, afrodescendientes, grupo etario, o cualquier otra condición o grupo vulnerable”.

Almagro sostuvo que el capítulo de género es “particularmente importante” en su “concepción hemisférica”, tanto desde la perspectiva de derechos como de “lo imprescindible del papel de la mujer como vector para el desarrollo de nuestras sociedades”. En este sentido, la igualdad de género, el “empoderamiento” de la mujer, tanto en sus aspectos de representación política como de participación económica, y la lucha contra la violencia basada en género serán prioridades en su gestión, si es elegido.

Darle “la credibilidad reclamada” a la OEA es otra de las banderas de Almagro, quien oportunamente procurará “construir una agenda común y basada en soluciones para el desarrollo y la seguridad”. Para esto, propuso el trabajo conjunto por “una sustentabilidad financiera y de gestión, alineando mandatos a prioridades” de la visión estratégica de la OEA, y “mayor convergencia con otros mecanismos regionales y subregionales”, cuya labor “no debe ser vista como un escenario competitivo, sino como una oportunidad para generar mejores canales de interacción dentro del continente”. “Debemos ejercer una coordinación para que nuestra agenda sea global y no solamente receptiva de las agendas de otros”, afirmó el candidato, que en caso de resultar electo abrirá un diálogo de consulta con los ex secretarios generales y con países y entornos estratégicos, con organismos multilaterales globales y regionales, y que recalcó que “en 2015 deberíamos dejar atrás definitivamente la OEA de la Guerra Fría”.

Para Almagro, “nuestras necesidades y problemas tienen su origen en nuestras propias faltas”, por lo que abogó por el respeto “a quien piense diferente”, la libertad de expresión y de opinión, la convicción de que todos somos iguales ante la ley, la igualdad de derechos económicos y sociales, así como por mayor solidaridad con “los más débiles y perseguidos”.

El candidato llamó a “fortalecer la independencia” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a crear un sistema regional de prevención de conflictos sociales, que podrían estar relacionados con proyectos mineros o productivos que tengan impacto en comunidades locales. También promovió la creación de un fondo de contingencia para desastres naturales con particular énfasis en el Caribe y Centroamérica, y un fondo de interconectividad tecnológica también en el Caribe.

Con respecto a otra de sus prioridades, el tema migratorio, sostuvo que su criminalización “debe ser desterrada del continente” junto a la pérdida de vidas de personas que se desplazan en busca de trabajo y mejores condiciones económicas. “El desarrollo con equidad fortalece y consolida la democracia, en tanto ambos son interdependientes y se refuerzan mutuamente”, señaló.

Las drogas ocupan otro capítulo que el candidato entiende que “nos involucra a todos”. “La 'guerra contra las drogas' no sólo no ha logrado solucionar el problema, sino que lo ha agravado exponencialmente y ha sumado muchos otros”, sostuvo, asumiendo que “no puede haber un traje, un modelo igual para todos en el problema mundial de las drogas”, ya que “su complejidad admite y necesita diseños que responden a la historia, la cultura, la tradición, las buenas prácticas y el entramado social de cada pueblo, comunidad o Estado”. Dijo que para la sesión especial de la Asamblea General de Naciones Unidas en 2016 la OEA debería generar “una instancia de posicionamiento político conjunto” respecto de este tema.

Por último, se refirió a la inclusión de Cuba en la OEA. Dijo que está “cada vez más persuadido [...] de que el reingreso efectivo de Cuba a la OEA se convertirá en un hito fundamental en la historia de nuestra organización”.