El Sindicato Único de Automóviles con Taxímetro y Telefonistas (SUATT) mantuvo ayer un paro de actividades desde las 17.00 y por tres horas, en protesta por el procesamiento sin prisión de uno de sus afiliados, que amenazó a otro taximetrista con matarlo si hacía la denuncia por agresión. Consideran que se trata de un caso más de persecución contra el sindicato por parte de la Policía y el Poder Judicial, en el marco de un conflicto que mantiene con la patronal por la reestructura que impulsa en especial en el sector de telefonistas, y cuestionan que se haya procesado al dirigente “basándose únicamente en la palabra” del agredido.

Esta situación se constataría, según un comunicado público, con “la constante presencia de policías de particular en la inmediaciones de las paradas, lavaderos, bases, etc, sacando fotos, fichando compañeros, realizando interrogatorios irregulares y metiéndole el peso a la gente como forma de marcar su presencia e intentar amedrentarnos”.

Los integrantes del SUATT se preguntan “por qué se procesa sin ningún elemento a un trabajador ejemplar, organizado sindicalmente, referente ético y moral de su gremio”, y “por qué se elige creerle a un individuo que no solamente es un carnero, con toda la carga de traición hacia los suyos que estos tiene, sino que además miente descaradamente”.

El mensaje agrega: “Condenamos firmemente la actitud mandadera y reaccionaria de la Justicia y la Policía que sale a perseguir trabajadores y a garantizar el poder patronal, y denunciamos la complicidad de varios medios de comunicación, en especial el diario El País, el semanario Búsqueda, los programas Esta boca es mía y Cámara testigo, que se prestaron un día sí y otro también a estas maniobras”. “No estamos dispuestos a permitir que se nos siga persiguiendo y anunciamos por este medio el comienzo de una gran campaña por el desprocesamiento del compañero y por el fin de la represión a los trabajadores”, sostuvieron.

Ayer al mediodía el juez Juan Carlos Fernández Lecchini procesó sin prisión al integrante del SUATT por el delito de violencia privada, le ordenó 90 días de trabajos comunitarios y estableció la prohibición de acercarse a la casa del agredido o a un radio de 200 metros a su alrededor.

El taxista denunció que fue agredido el sábado 10 de enero por varios integrantes del sindicato que lo acusaban de ser “carnero”, porque estaba trabajando cuando el sindicato estaba movilizado. Luego denunció a un dirigente en particular porque le hizo una llamada al celular para exhortarlo a que retirara la denuncia que había hecho por la agresión: “Le dijo que lo que le había pasado se debía a que era un carnero y que eso le pasaría a todos los que ‘carnerearan’; le dijo que sabía dónde vivía y la familia que tenía y que si no retiraba la denuncia, lo matarían”, señala el auto de procesamiento del juez. Además, en su escrito Fernández Lecchini señala que el procesado buscó un teléfono público para hacer la llamada en un intento por no ser identificado y que tiene motivación para amenazarlo, porque considera al agredido “una de esas personas que no se arriesgan a tomar una medida sindical pero luego aprovechan las ventajas que se derivan de ella”. “Las amenazas, las violencias morales fueron para que retirara la denuncia que había hecho por la golpiza que se le había propinado el día anterior. Y para que en el futuro los ‘carneros’ como él se atuvieran a las consecuencias y supieran lo que les pasaría”. El agredido “se ha mostrado afectado, con miedo [...], con rabia por la situación, con desilusión, con ganas de dejar la ocupación de taximetrista”, agrega el juez.