La insignia que abre cada grupo es su portaestandarte. Cada uno tiene el propio, diseñado en tela y con dibujos, nombres o leyendas. Marcas de identificación también son los colores con los cuales representan sus orígenes: Nigeria, Ruanda, Senegal, Benguela, Kenia, Camerún, entre otras naciones o tribus. Los reyes congos están de fiesta; Pedro Figari también.

Tras las banderas, que son varias, bailan niñas y niños. Lo saben hacer y disfrutan. Quiebran el aire y se mueren de risa. Como si fuera dispuesto por leyes generacionales, atrás vienen los más grandes. Mujeres y hombres que recrean diversos cuadros tradicionales de la raza negra. Hay brujos semidesnudos invocando espíritus, lavanderas con sus bultos que buscan el río, hay lanceros y lanceras kamba cuas (alguien representa a Soledad Cruz), las bailarinas agitan brazos y cinturas como en un vuelo; todos marchan tras la estela de los trofeos con forma de media luna y estrellas. Un escobillero hace malabares como cortina defensiva para las ondas negativas. La mama vieja se abanica y se florea con balanceos de abuela, y mientras aparenta felicidad nunca baja la cabeza, porque hay algo de la dignidad que no se pierde. El gramillero, viejo sabio embelesado por la señora, apenas puede con su chasis, pero no afloja. Algún yuyo mágico debe tener en la maleta. Cada uno con su estilo, los tamborileros no aflojan y las Marthas Gulartes bailan.

Ayer desfilaron por Isla de Flores las comparsas Reencuentro, La Facala, Los Nich, La Tangó, La Restauración, Senegal, Retumbe de Encina, Cenceribó, La Carpintera Roh, Makalé, Kilombo, LUC, Tucurucumbá, La Bomba, La Mazumba, Kimbara, Valores, Somalia, La Reductence, La Simona (que vino desde Fray Bentos) y Kilembe (que fue invitada). Hoy lo harán C 1080 (ganadora del Desfile de Llamadas del año pasado) Yambo Kenia, Tronar de Tambores, Elumbé, Sarabanda, La Jacinta, La Figari, Zumbaé, Elegguá, La Dominó, Mi Morena, Batea de Tacuarí, La Generación Lubola (desde Maldonado), Integración, La Gozadera, Uráfrica (de Durazno), Sinfonía de Ansina, Triniboa, Las Panteras de Benguela, La Fuerza, Serenata Africana, Nigeria, EP (invitada) y Puerto Sauce (también invitada). Todas recorren el mismo camino: salen desde las calles Carlos Gardel y Zelmar Michelini y recorren Carlos Gardel e Isla de Flores hasta llegar a Minas. El horario de comienzo aproximado es a las 20.00.

Candonga a las fronteras

Como muchos ritmos que existen en Latinoamérica, la esencia del candombe proviene de África. Es tocado por una familia de tambores, eso que comúnmente llamamos cuerda, y está integrada por chico, repique y piano, que se tocan individualmente pero en suma con el colectivo. Tienen su forma de ser tocados (por lo general con mano y palo) y al decir de Fernando Lobo Núñez: “Cada uno tiene una voz y una frase particular, con cierto yeito o swing que hace que los tres tambores queden unidos. Eso es lo que llamamos candombe”. Estas palabras, extraídas de un video disponible en YouTube que se llama “Historia breve del Jazz y Candombe fusión en el Uruguay”, se vuelven más significativas cuando el Lobo dice: “Fue mantenido por los negros de acá. Se toca particularmente acá. Lo que yo llamo 'autóctono', porque nadie me lo reclama”.

“¡Caramba!, si tiene fuerza”, dijo Manolo Guardia sobre el candombe, como el de Pedro Ferreira, que marca (y marcó para siempre) el compás. Pero antes, mucho antes de lo que encuadramos en el diagrama de la tangible, hubo otras fuerzas bravas que debieron romper varias barreras con el propósito de ser. Así sostuvieron por siglos el legado.

Hay relatos de Isidoro de María que narran historias del Montevideo de 1760 y pico. Los domingos “los amos permitían a sus esclavos que fueran a sus 'canchitas' alineadas a lo largo de la muralla que cerraba y cuidaba la ciudad. [...] Y así los cabindas, benguelas, marises, casanchez, moyolos, ukolos, etcétera, se reunían los domingos para sus cantos y bailes entonando sus cadenciosos yé, yé, yé, Calunga yé, eeé llumbá”*. O sea, se llamaban y se reunían cada uno con su nación (que estaban compuestas por religiosidad, espiritualidad, tradiciones familiares, formas de sociabilidad y, obviamente por manifestaciones artísticas amplias que abarcaban danza, coreografía, música, poesía y vestimentas). Oscar Montaño, historiador y activista afrouruguayo (y quien sintetizó esto en el sitio web www.candombe.com.uy), agrega que las Llamadas tenían como finalidad “citar” a quienes no habían concurrido con puntualidad a la visita de las autoridades nacionales.

En 1956 la Intendencia Municipal de Montevideo “oficializó” las llamadas por los barrios Sur y Palermo. En 2006, con la promulgación de la Ley 18.059, se declaró el 3 de diciembre como Día Nacional del Candombe, la Cultura Afrouruguaya y la Equidad Racial. En 2009 la Unesco declaró al candombe Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

*. Montevideo antiguo, de Isidoro de María. Montevideo, edición Amigos del Libro Rioplatense, 1938, p.279.