Rodeado de niños y escoltado por participantes del plan, Mujica fue avanzando poco después de las 10.00 en el predio de cuatro manzanas ubicado en Ciudad del Plata, a donde irán a vivir 94 familias de los alrededores. Hasta ahora se han mudado seis familias que tenían órdenes de desalojo y a fin de mes podrán mudarse otras diez. “En siete meses hicimos 16 casas”, explicaron a la diaria dos participantes que destacaron que hay otras 22 en marcha. El ritmo fue excepcionalmente rápido porque los dormitorios se hicieron con módulos prefabricados (y acondicionados) donados por la empresa Montes del Plata. A ellos agradeció Mujica allí, y luego, cuando llegó a Luis Batlle Berres, nombró a cada una de las empresas y personas que hicieron donaciones al plan. El presidente de la comisión directiva del Plan Juntos, Carlos Acuña, explicó que 14% del financiamiento del plan correspondió a donaciones y 86% a aportes estatales.

Tanto en Ciudad del Plata como en el barrio formado en el cruce de Luis Batlle Berres y Camino de las Tropas y en la Cachimba del Piojo, los carteles de recibimiento daban las gracias a Mujica por la oportunidad de haber accedido a una vivienda. Él devolvió el reconocimiento a los vecinos, les agradeció el “coraje contra viento y marea” y les recordó que “el mejor agradecimiento es pelear para que se mantenga” el plan.

“Hay no menos de 5.000 familias que están precisando una casa de éstas, y si rascamos en la hondura del país puede llegar a 7.000, 8.000, y hay que darles una respuesta y chau”, afirmó en rueda de prensa. El presidente electo ha manifestado su intención de que el Plan Juntos deje de depender de Presidencia de la República y pase al ámbito del MVOTMA, pero hasta el momento las autoridades del plan no han recibido la comunicación oficial de que esto vaya a ocurrir. Mujica aseguró que Vázquez le transmitió su decisión política de mantener el plan, pero poco se conoce más allá de ese titular.

Para eso debe modificarse la Ley 18.829, que creó el Plan Juntos, en octubre de 2011, como un órgano desconcentrado de Presidencia de la República. La futura ministra de Vivienda, Eneida de León, explicó que un equipo de abogados y asesores trabaja en el tema, estudiando cuál será la nueva institucionalidad que se le dé al proyecto.

Hoy por ti, mañana por mí

“Tal vez lo pongan con presupuesto en la órbita de Vivienda, está bien, pero el presupuesto frío no le duele a nadie, o mejor dicho, nos duele a todos pero no nos damos cuenta”, expresó Mujica a la prensa, y siempre que pudo hizo énfasis en el concepto de solidaridad. “O nos disponemos a crear una vivienda para que esos gurises se críen en otras condiciones, o seguimos nosotros con un problema crónico intentando no verlo, porque hay muchas formas de crueldad, la peor es la que mira para el costado y se desentiende”, dijo en Luis Batlle Berres. Allí se explayó en que los seres humanos estamos sometidos a “dos fuerzas colosales”: el egoísmo y la solidaridad. Dijo que esa contradicción existirá siempre y destacó que el Plan Juntos buscó despertar solidaridad. Distinguió ese concepto del altruismo: “El concepto de solidaridad significa que te doy para que tú puedas de alguna manera devolver, no a quien te dio sino al conjunto de la sociedad [...]. Significa hoy por ti, mañana por mí”. Más tarde, en la Cachimba del Piojo redondeó la idea: “Si se crían en una casilla amontonados, sin un baño, sin la posibilidad de bañarse, sin los recursos más elementales que tiene la civilización contemporánea, no nos quejemos si después salen gurises resentidos, porque la sociedad no les dio otra cosa que una cachetada. Ellos no tienen la culpa de haber venido al mundo ni de las injusticias que hay en este mundo; soportan, por lo tanto hay que tener un espíritu abierto y cultivar la solidaridad para poder entregar respuestas a la gente”.

Consultado por la prensa sobre el futuro del plan, el presidente comentó que “alguna transformación es natural que tenga” y añadió: “Confío en que le van a dar alguna forma que pueda seguir explotando la solidaridad y no se tranque con el burocratismo del Estado; ése es el problema”.

Para que el componente de la solidaridad siga presente, Mujica anunció que pondrá a consideración del nuevo gobierno una propuesta que le transmitió un empresario: que en las facturas estatales -de UTE, de combustible, especificó- se incluya un 0,2%, o 0,3% que pueda ser redescontado por el contribuyente a fin de año. Aseguró que “como somos los uruguayos”, a fin de año mucha gente no va a ir a cobrar lo descontado, y afirmó que con eso podrían construirse entre 3.000 y 4.000 viviendas por año. Evaluó que ésa sería una “financiación más estable, que permitiría trabajar sistemáticamente”.

En cuanto al otro problema, el del riesgo de burocratizar el plan, opinó: “Ojalá se encuentre una formulación por la que todo esto tenga la claridad que tiene que tener toda cosa que debe ser controlada, pero que no caiga en la parálisis de los sellos que tranquen y que no se puedan hacer cosas. Me temo que va a ser más fácil hacer una casa que arreglar el papeleo de algunos lugares”, expresó en Luis Batlle Berres, en un predio que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca había cedido a la Jefatura de Policía de Montevideo hacía más de 40 años y con el que nunca se había hecho nada, reclamó el presidente.

Entre vecinos

Los participantes, en su mayoría mujeres, agradecieron no sólo la oportunidad de contar con una vivienda, sino haber aprendido a construir una casa y vivir “una experiencia fortalecedora y provechosa”. Resaltaron la oportunidad de tomar decisiones y el conocimiento que ahora tienen entre vecinos que antes ni se conocían; valoraron la participación, la unión y los aprendizajes compartidos.

Mujica insistió en que “tiene que haber un control colectivo de la gente” para evitar que estas casas se vendan “por cuatro vintenes”. “Le pido a la gente que recibe este beneficio que sea vigilante, que no se enajene”, manifestó. Les pidió, además, que “no miren los defectos con la lupa: no hay que caer en el chusmerío de la cosa chica, hay que mirar lo grandioso de la causa y aprender a soportar los defectos que tenemos”.

En la Cachimba del Piojo lamentó no haber llegado a construir más casas; de las 150 proyectadas recién hay cuatro habitadas.

En diálogo con la prensa, Acuña expresó que si bien la meta inicial era más ambiciosa, hay que considerar que el proyecto surgió de cero y que “había que probar la herramienta con los vecinos, pensando en que ellos sean los verdaderos protagonistas”. Afirmó que “se necesitan más recursos, pero los recursos se consiguen dando pruebas ciertas de que la herramienta sirvió y los vecinos se comprometen”.

En diálogo con la diaria, Acuña señaló que “el modelo ha demostrado que sirve”, y ha resultado ser ejecutivo. A su entender, “no se puede desmontar” la base del plan, que se apoya en tres pilares: la participación vecinal, la coordinación interinstitucional pública y la solidaridad.