¿Qué es?

El objetivo del programa es que las personas con discapacidades severas dispongan de un asistente personal que las apoye en las actividades básicas de la vida diaria, como “levantarse de la cama, higiene, vestido, alimentación, movi- lización y desplazamiento, trabajo, estudio y recreación, entre otras”. Así lo estableció la Ley 18.651, de 2010.

El Estado aporta hasta 6.000 pesos líquidos mensuales para que los beneficiarios o sus familiares contraten a un asistente personal que trabaje 70 horas mensuales.

El Banco de Previsión Social es responsable de registrar a los beneficiarios y a los asistentes personales y administrar los recursos financieros que le asigna el Ejecutivo.

Los interesados deben inscribirse en el Mides llamando al 0800 3223, y luego los equipos técnicos del ministerio evalúan la situación. Tal como sucede con la pensión por invalidez, el beneficio no toma en cuenta la situación económica de la persona, sino únicamente el grado de discapacidad.

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, y la directora del Programa Nacional de Discapacidad (Pronadis), María José Bagnato, darán hoy una conferencia para presentar resultados parciales del Programa de Asistentes Personales para Personas con Discapacidad Severa.

Los datos son del 22 de enero y habían sido presentados parcialmente el 6 de febrero; hoy se darán detalles de dónde residen y qué edades tienen los beneficiarios. Hasta esa fecha el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) había habilitado a 1.414 personas para recibir un asistente personal. De ellas, 600 habían recibido el dinero para pagarles a los trabajadores. Olesker explicó a la diaria que la diferencia entre 600 y 1.414 puede deberse a que aún se esté culminando el trámite en el Banco de Previsión Social (BPS) -que es el que desarrolla el programa luego de que los equipos técnicos del Mides certifican que la persona está en condiciones de recibir el beneficio- o puede ocurrir que todavía no hayan conseguido un asistente personal. Hasta el 22 de enero se habían registrado 1.238 asistentes.

Pueden ser beneficiarias las personas que cobren pensión por invalidez por discapacidad severa por el BPS (hay 17.000 personas en esa situación) pero en esta primera etapa el programa se acotó a las personas que estén en mayor situación de dependencia. La Rendición de Cuentas de 2013 destinó 11 millones de dólares para ejecutarlo en 2014 y otros 11 millones para 2015. Inicialmente preveía abarcar a alrededor de 2.500 personas, pero luego se redujo a 2.132. Olesker explicó que se consideró que era posible que la cantidad de asistentes no cubriera la demanda, y por eso se habilitó a que pudieran presentarse empresas de acompañantes. Para que los asistentes de esas empresas cobren los 6.000 pesos líquidos, además de los aportes el BPS debe cubrir el IVA, y es por eso que la cifra de posibles beneficiarios descendió a 2.132.

A futuro

De acuerdo a una Encuesta de Dependencia ordenada por el BPS y el Mides, la consultora Cecilia Rossel determinó que de las 17.851 personas que cobraban en 2012 la pensión por invalidez, alrededor de 40%, cerca de 6.900 personas, estaban en situación de dependencia severa. Olesker puntualizó que en este tercer período de gobierno debería cubrirse ese 40%. El ministro sostuvo que ese horizonte se completará cuando se implemente la segunda etapa, que está prevista en el Sistema Nacional de Cuidados, y que apuntará a llegar a todos los dependientes severos. El programa de Asistentes Personales formará parte de la Dirección Nacional de Cuidados.

Olesker manifestó que las organizaciones de personas con discapacidad han expresado su satisfacción por la implementación de este apoyo. Aun así, algunos de los aspectos de la propuesta han sido criticados por las organizaciones. Los asistentes personales no pueden ser familiares de los beneficiarios (padres, abuelos, hermanos, hijos, nietos, tíos, sobrinos, primos) ni tener lazos de afinidad hasta el segundo grado (suegros, cuñados, nueras). Quienes critican ese impedimento señalan que nadie conoce mejor al beneficiario que quien está con él, y que en muchos casos significaría un aporte para la propia familia. Olesker reconoció que es una “objeción discutible” y manifestó que el debate se dio también dentro del Pronadis. Pero defendió lo que se resolvió: dijo que el programa fue concebido como apoyo a las familias para alivianar el trabajo que tienen diariamente, y comentó que además ningún dependiente severo se atiende con 70 horas mensuales, por lo que no se desplaza al familiar.

La otra crítica que recibe el programa es que los familiares deben cubrir el salario vacacional y el aguinaldo del asistente personal, y que muchas familias no pueden hacer ese aporte. Olesker dijo que hasta ahora se han presentado muy pocos casos de este tipo. En cuanto a posibles cambios, comentó que cuando esté implementado el Sistema Nacional de Cuidados “habría que pensar el salario base, ver si los 6.000 pesos mensuales estimulan la profesionalización del trabajo o no”.

Olesker resaltó que el programa pudo implementarse pese a los obstáculos iniciales. Entre ellos indicó que la Ley de Protección Integral de las personas con discapacidad era difícil de reglamentar, y por eso se fue haciendo por partes (la hora del capítulo de asistentes personales llegó en julio de 2014). Valoró que pudo implementarse en este período pese a no haber sido incluida en el presupuesto quinquenal, y avaló el trabajo de Pronadis, que realizó recorridas por el interior que tuvieron un saldo positivo, puesto que 700 habilitados -cerca de la mitad- no residen en el área metropolitana.