La línea cronológica recorrerá 20 kilómetros desde Carrasco hasta la rambla Sur y representará 4.000 millones de años. Esta idea se plasmará en el proyecto ganador del concurso Tira del tiempo y la vida, que insertará 26 figuras de acero en varios puntos de la rambla. Se trata del primer hito hacia la construcción del Museo del Tiempo, un proyecto cultural que se instalará en el predio de la ex compañía del gas y que busca promover el conocimiento científico.

La aparición de la Tierra, de la vida, de los ecosistemas; las diferentes etapas de la evolución de los organismos vivos; y la aparición de la herramienta, del fuego, de la autoconciencia y del símbolo son solamente algunas de las efemérides de la historia del planeta que se representarán sobre la rambla.

La propuesta tenía “un extraordinario desafío”, ya que se situaba en un Monumento Histórico Nacional y aspirante a Patrimonio Histórico de la Humanidad, explicó a la diaria Ernesto Espósito, director de Patrimonio de la Intendencia de Montevideo (IM), quien integró el jurado del concurso. Pero además, se trata de un espacio identitario para todos los montevideanos, expresó.

Durante la presentación del proyecto, que se realizó el viernes en la IM, Ricardo Ehrlich, ministro de Educación y Cultura, manifestó que la rambla es un ejemplo de cómo el territorio puede generar sentido de pertenencia, ya que este espacio expresa la historia tanto de la sociedad como de la ciudad. Además de este desafío simbólico, también había un reto arquitectónico: “Hay un sector desde la escollera Sarandí hasta las canteras del Parque Rodó que es una obra de arquitectura absolutamente extraordinaria, desde el diseño a su calidad constructiva”. Si bien la construcción de la rambla data de alrededor de hace 90 años, Espósito aseguró que a diferencia de otras obras, la rambla se percibe como atemporal. Sumado a esto, ha soportado factores climáticos extremos y se ha mantenido en buenas condiciones, añadió.

Por eso, para Federico Bergamino y Natalia Campos, autores del proyecto ganador, el mayor desafío fue pensar en cómo insertar las efemérides sin perturbar el espacio, pero sin que pasen desapercibidas. Bergamino expresó que la idea surgió del “respeto” hacia la rambla y que el objetivo era insertar algo que tuviera su protagonismo, que despertara la curiosidad, pero que a su vez que no interfiriera, porque “a todos nos gusta la rambla como está hoy”.

Lograr que los hitos se vean como una unidad y no como objetos dispersos fue otro de los desafíos, por lo cual se contó con una visión sistémica de la intervención. Pero además, el diseño de la representación tuvo su complejidad. Como las efemérides aluden a eventos prehistóricos, los jóvenes pensaron en el fósil como ícono de este período y a partir de este elemento interpretaron las diversas efemérides. Actualmente, ya están plasmando estos hitos en el acero. A partir del trabajo de este material se obtiene un dibujo en bajorrelieve que representa cada uno de los eventos históricos. La idea busca despertar la curiosidad de los transeúntes para que se animen a interiorizarse en la propuesta, aseguró Campos.

Para imaginarlo, el proyecto sustituirá algunas de las baldosas de granito de la rambla. “Estudiamos los diferentes sectores y nos pareció que la forma más adecuada de intervenir era tratar de perjudicar lo menos posible el pavimento, sobre todo el de granito”, indicó la joven, y añadió que la idea es sustituir las lozas de granito por otras de acero corten, que además tiene una coloración similar al granito. De esta forma, agregó Bergamino, no se rompe la trama del pavimento.

“El jurado entendió que esta propuesta tenía un enorme mérito”, expresó Espósito, y agregó que la iniciativa logró un punto de equilibrio entre la preservación y la innovación. Los jóvenes forman parte del colectivo Cubón, un grupo que integran tres compañeros más de la carrera de Arquitectura y que tiene como fin participar en diversos concursos de carácter urbanístico. “Estamos muy a favor de los concursos porque es un mecanismo democrático que permite que accedan estudiantes; entonces tratamos de presentarnos a todos los concursos que nos resultan interesantes”, explicó Bergamino.

Ciencia social

Ehrlich calculó que si en 20 kilómetros se representan 4.000 millones de años, se condensan 20 millones de años por cada metro. “Va a haber que caminar despacito”, bromeó. En este sentido, la ubicación de las efemérides varía según los años que represente cada zona de la rambla. Así, en Carrasco habrá pocos íconos, pero en los últimos tramos de la rambla estarán bastante cerca, indicaron los jóvenes.

Además de la IM y del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), participa en la propuesta la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) por medio de la Embajada de España, que financiará alrededor de 80.000 dólares para la elaboración de las placas de acero, mientras que el costo de implementación será cubierto por el gobierno departamental, pero aún no se tiene el cálculo exacto, contó Andrea Vignolo, directora de Cooperación Internacional y Proyectos del MEC.

Para Ehrlich, el futuro del país depende del conocimiento y de la cultura; por eso, el acceso es el factor que marca la diferencia entre los países. De esta forma, se obtiene un impacto en el desarrollo tecnológico y en la propia sociedad, aseguró el ministro, y añadió que se busca la integración de las ciencias con esta propuesta que “quedará integrada a la imagen de la ciudad”.

Por su parte, la intendenta Ana Olivera comentó que en sus inicios la ubicación del Museo del Tiempo iba a ser en el viejo Mercado Central. Al igual que la ex compañía del gas, este edificio será recuperado y en los próximos días se realizará su licitación, según la jerarca. Olivera manifestó que la recuperación de edificios ha sido el leitmotiv de los cinco años de gobierno a nivel patrimonial, y con respecto a la rambla, aseguró que se realiza un “trabajo silencioso” de preservación. La Intendencia prevé comenzar la instalación de la Tira del Tiempo para después de Semana de Turismo.