Preocupaciones

El Comité Central Israelita del Uruguay (CCIU) ha focalizado su servicio informativo en las consecuencias de la publicación original del diario Haaretz y los episodios que se han generado en los últimos días. Ayer, por ejemplo, en la portada de su sitio de internet aparecían varios artículos periodísticos con las repercusiones que ha tenido este incidente diplomático; las dos noticias más destacadas en el sitio del CCIU eran un artículo que escribió el periodista Gabriel Pereyra en El Observador y otro que publicó su colega Ana Jerozolimski en Montevideo Portal ”.

Los hechos que se originaron tras la publicación del diario israelí Haaretz del jueves 5 siguen siendo sumamente confusos, a pesar de que el canciller Luis Almagro brindó ayer detalles de los episodios que terminaron con la salida del país del funcionario iraní Ahmad Sanad Gol, el 7 de diciembre de 2014. Por otra parte, y entre todas las hipótesis que maneja el gobierno, no está descartado que las disputas internas entre los servicios de inteligencia israelíes estén, de alguna manera, relacionados con los episodios ocurridos el 24 de noviembre -cuando se encontró un maletín vacío cerca de la ex sede de la Embajada de Israel, sobre Bulevar Artigas- y del 8 de enero, cuando se detectó un artefacto en las inmediaciones del World Trade Center (WTC), donde se ubica la nueva sede diplomática israelí.

Ayer Almagro, en El Espectador, aportó un nuevo elemento -la presencia de una persona que descendió de un carro tirado por caballos en la cercanía de la embajada- y profundizó en otros que ya se habían mencionado en el comunicado que emitió el viernes el gobierno.

El ministro explicó que en las filmaciones de seguridad que le entregó la embajadora de Israel, Nina Ben-Ami, se observó un automóvil con matrícula diplomática de la Embajada de Irán y que unas semanas después mantuvo una reunión con el embajador de ese país para manifestarle “su desagrado” ante la coincidencia. El embajador iraní le explicó que el diplomático se atiende en una clínica de ojos en esa zona y que ése fue el motivo de su presencia en el lugar. Al respecto Almagro señaló: “No era admisible esta casualidad y no quiero más casualidades de este tipo nunca más”. Respecto de la salida del diplomático iraní, el ministro confirmó que el diplomático dejó el país el 7 de diciembre y agregó que, a raíz de este episodio, el Ministerio de Relaciones Exteriores solicitó al Ministerio del Interior “protección especial” para la embajada y los diplomáticos israelíes. “No ha habido amenaza iraní, prevengo sobre una circunstancia y una situación. A mí no me gustan esas casualidades y ordeno que se cumpla con mayor vigilancia. No hay una amenaza, pero son hechos raros”, concluyó.

“Maniobra sionista”

Además de sus relaciones con legisladores de todos los partidos, el funcionario iraní Ahmad Sanad Gol tenía vínculos con Unidad Popular. Gustavo López, dirigente de ese partido, admite esa relación, pero matiza versiones que circularon estos días. “Nos vinculábamos con él y con otros funcionarios iraníes, pero nunca recibimos ningún tipo de apoyo del gobierno de Irán”, señaló.

López reconoce, sin embargo, que no son “neutrales” en el conflicto entre Irán e Israel. “Estamos del lado de la paz, y en este conflicto la paz es Irán y la guerra es Israel. Esto es otra maniobra del sionismo israelí para ocultar la masacre en Gaza”, opinó.

Nuevas hipótesis

El Ministerio del Interior no ha interrogado al hurgador que menciona Almagro y tampoco piensa hacerlo por ahora, ya que no se ha presentado ninguna denuncia en su contra. Fuentes del Poder Ejecutivo explicaron a la diaria que en la filmación que entregó la seguridad israelí efectivamente aparece, en medio de la lluvia, un carro tirado por caballos al lado del contenedor de basura, pero no puede verse el momento exacto en el que es colocado el portafolio.

Al tratarse de imágenes captadas desde un predio diplomático, el Ministerio del Interior no puede incautar las cámaras y debe manejarse sólo con el material que entregó Ben-Ami. Ese día, el portafolio fue detonado por efectivos militares con un cañón de agua y las pruebas pasaron a manos del Servicio de Material de Armamentos del Ejército, mientras que el artefacto que se incautó cerca del WTC consistía en un celular, un MP3 y una mecha.

Las autoridades uruguayas sostienen que en ambos episodios se intentó medir la capacidad de respuesta de los aparatos represivos, tal como especuló en su momento el vocero del Ejército, Yamandú Lessa. En este nuevo escenario, subrayan que los dos casos se dieron en “pleno proceso de mudanza” de la sede diplomática de Israel y no descartan que estén, de alguna forma, vinculados a “controversias políticas” en la interna del servicio de inteligencia israelí, el Mossad. “Ellos tienen una discusión interna sobre si es más seguro tener la embajada en un búnker, como la embajada de Estados Unidos, o en un noveno piso de un edificio como el WTC. No hay forma de confirmarlo, pero que esa disputa esté relacionada con todo esto es otra de las tantas hipótesis que se pueden manejar”, dijo una fuente de gobierno.