Con un estilo musical comparable con el de bandas de rock alternativo como Pixies, Sonic Youth y Los Planetas, los de Él Mató a un Policía Motorizado son los creadores de un rock de guitarras filosas, bajos predominantes y letras que se tambalean continuamente entre el minimalismo y la honestidad más brutal.

Luego de dos discos -Él Mató a un Policía Motorizado (2004) y La dinastía Scorpio (2012)-, ambos editados por el sello independiente argentino lastra, y tres EP aun más llamativos -Navidad de reserva (2005), Un millón de euros (2006) y Día de los muertos (2008)-, la banda sigue de gira acumulando cada vez más seguidores y definiendo un estilo que alguna vez se denominó “indie barrial” y que combina referencias musicales relativamente oscuras (el kraut rock de los años 70, el rock alternativo lo-fi de los 90) con la simpleza referencial de sus entornos más inmediatos, el cine de horror y ciencia ficción, y un espíritu lo más alejado posible del esnobismo con el que suele relacionarse a lo indie. Fueron apadrinados hace años por J, el cantante de la banda española Los Planetas, quien les abrió las puertas al mercado español y, como devolución de favores, el año pasado lograron que viajaran por primera vez a La Plata para tocar juntos. Todo parece posible para Él Mató. Cuesta creer la velocidad con la que estos cuatro amigos del liceo encontraron su voz. Antihéroes modernos en una época de cinismo extremo en la que el antihéroe se ha convertido en el nuevo héroe y tomó las riendas en el imaginario popular.

En este contexto, Santiago Motorizado es el arquetipo perfecto del antihéroe del rock: un pibe de barrio, despreocupado, barbudo, desprolijo, futbolero y sentimental. En resumidas cuentas, un buen pibe. Todo lo contrario a lo que el imaginario popular dictamina sobre una estrella de la música. Es que los cánones han cambiado, el imaginario ya no es el mismo. Lejos de sentirse en ese pedestal musical, Santiago, además de continuar con Él Mató, hace unos años decidió comenzar un proyecto solista. Dejó el bajo y lo cambió por una guitarra, pero siguió cantando sus canciones. El único problema de tener un universo tan claramente marcado con Él Mató es la cantidad de canciones que quedan afuera. Canciones de otro contexto, tal vez incompatibles en el mismo marco espacio-temporal. En diciembre Santiago pasó por Montevideo con su puñado de canciones para presentarlas por primera vez acá. El sábado 21 de febrero, aprovechando sus vacaciones, decidió volver a presentarse en Bluzz, esta vez acompañado de su amigo de la infancia Koyi. En el marco de este nuevo show, la diaria tuvo la oportunidad de conversar con Santiago Motorizado.

-¿Cómo estuvo la fecha de diciembre en Bluzz? ¿Era la primera vez que te presentabas solo en Montevideo?

-Era la primera vez solo en Montevideo. La verdad es que estaba un poco nervioso y ansioso, pero todo salió perfecto. Nekro y Mauro fueron dos anfitriones de lujo, unos verdaderos genios; fue una jornada inolvidable. El bar estaba lleno y la gente parecía disfrutar.

-Esta vez venís con Koyi como invitado, un artista que acá no se conoce mucho. ¿Cómo lo presentarías?

-Es un amigo de la infancia y es el primero de nuestro grupo de amigos que empezó a hacer canciones. Así que para mí es una influencia directa. Hace unas canciones increíbles, simples pero cargadas de mucho sentimiento.

-¿Qué te llevó a encarar un formato solista?

-Siempre estoy haciendo canciones, pero muchas veces siento que algunas no encajan en el universo de Él Mató a un Policía Motorizado, así que las separo y las dejo para estos momentos más solitarios. Aunque también toco con bandas que van rotando. Además, tengo canciones guardadas para otros proyectos, más extremos. Vamos a ver qué sale de eso.

-¿Cómo tomás el proceso de adaptación de las canciones de Él Mató a formato solista?

-Muchas veces, cuando toco en formato solista, me piden canciones de Él Mató, pero la idea es tocar este otro set, aunque tampoco me gusta hacerme rogar. Es un momento en el que uno se encuentra en un lugar extraño y divertido, pero como soy muy blando termino cumpliendo con los pedidos.

-¿Cómo surgió la relación de la banda con J, de Los Planetas?

-Cuando Los Planetas vinieron a Buenos Aires, alguien les pasó nuestros discos y J se hizo bastante fan de la banda. Fue algo hermoso. Luego, cuando fuimos a España, nos vino a ver y nos hicimos muy amigos. La verdad es que son unos genios; buenas personas y grandes artistas. En 2014 pudimos cumplir el sueño de tocar con ellos en nuestra ciudad, La Plata, y fue algo hermoso e inolvidable.

-Dado que la banda ha alcanzado una gran masividad, supongo que a la hora de componer canciones debe ser complicado manejar la presión. ¿Cómo la llevás?

-No, hay una presión primera, que es hacer canciones que les gusten a los chicos. Ésa es mi máxima presión. Si a ellos les gusta está todo bien. Si después les gustan a nuestros seguidores o a quien sea, mejor. Claro que uno siempre quiere gustar, pero no hay que mezclar ese sentimiento con el proceso creativo.

-Hace un tiempo recorrió las redes un video en el que tenés la chance de encontrarte con el actor Seth Rogen. ¿Cómo fue eso?

-Lo hice para hacer reír a mi novia. Estábamos de vacaciones en Nueva York y Seth Rogen daba una conferencia en el NY Times. Fuimos, y el dato clave es que regalaban cerveza en la entrada, así que me animé a hacer esa tontería. Fue divertido.

-¿Qué queda de ese pibe que entró a estudiar el bachillerato de Bellas Artes en La Plata en el Santiago Motorizado que sos hoy?

-Creo que mucho. Me río de las mismas cosas, sigo escuchando los discos de Los Ramones, me gustan las mismas comidas y me entusiasma mucho la salida de la nueva película de Star Wars. Fui acumulando experiencias y aventuras muy hermosas y divertidas.

-En tus letras hay una continua referencia al abismo, al terror, al fin de los tiempos, pero también a los afectos y a la cotidianidad. ¿Cuánto hay de autobiográfico en ellas?

-Seguramente mucho. Me gusta mezclar lo cotidiano con algo fantástico, ajeno, mezclar cosas que a priori parecen antagónicas en las letras y en la faceta musical y estética.

-Se habla mucho de que la escena platense, tal vez por saturación, se está homogeneizando. Es decir, que las bandas cada vez se parecen más entre sí. ¿Cuál es tu visión al respecto?

-No me parece a simple vista, pero puede ser. Tendría que analizarlo mejor, con las bandas nuevas que fueron saliendo. Más allá de todo, me sigue entusiasmando mucho.

-Para una banda como Él Mató, que desde lo independiente ha conquistado todo lo imaginable y más, ¿qué se ve en el futuro?

-Seguir haciendo esto. Cuando hacés algo que te gusta mucho, lo más simple es seguir haciéndolo hasta el final.