Los trabajadores de la ONG Procul, que trabajaban desde hacía varios años por un convenio con el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU) y el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa), fueron informados el viernes de que desde este lunes no tenían más trabajo y que tienen la entrada prohibida a los centros de reclusión. Hace algunos meses, el sindicato de trabajadores había iniciado un conflicto porque también de un día para el otro les avisaron que la camioneta que los pasaba a buscar para ir a trabajar a la Colonia Berro dejaría de funcionar, y ante el escaso servicio de transporte público, ése era el medio de transporte que utilizaban.

“Consternados”

López también se refirió a la agresión que la semana pasada sufrió una funcionaria del Hogar Ser de la Colonia Berro, al ser quemada por un interno con jugolín hirviendo. El dirigente sindical señaló que la funcionaria tuvo quemaduras de 1º, 2º y 3º grado y los funcionarios quedaron “consternados”. Según López, lo ocurrido le sirve a SUINAU para ratificar la necesidad del cierre del Hogar Ser como centro de máxima seguridad y de reabrirlo como centro de emprendimientos productivos con los internos.

Además de en la Colonia Berro, Procul tenía presencia en el Centro de Ingreso de Adolescentes Femeninos y en el Hogar Desafío. Dentro de la colonia, Procul aportaba tutores educativos que iban de lunes a viernes en los centros cerrados (hogares Ariel, Sarandí, Ser y Piedras), mientras que en el resto de los centros la ONG estaba presente con talleres. Estos espacios eran la única instancia de reflexión que los jóvenes tenían exclusivamente dedicada al proceso de privación de libertad, porque los otros espacios están a cargo de Secundaria y del Servicio Paz y Justicia, pero se dirigen a que los internos incorporen herramientas para el mundo laboral.

El sindicato de trabajadores emitió un comunicado en el que explican que “el espacio educativo desarrollado en el marco de Procul implicaba un espacio educativo no formal reflexivo-artístico-creativo a partir del vínculo de los jóvenes con referentes positivos, con el fin de habilitar el desarrollo de sus potencialidades sin el estigma del delito, basado en la confianza y el respeto mutuo a través de talleres en variadas áreas (radio, cine, teatro, música, danza, artes plásticas) y el seguimiento diario de tutores pedagógicos”.

En el comunicado también se quejan de que oficialmente nadie les explicó los motivos del despido, aunque la diaria averiguó que el cese del convenio se debió a la disconformidad de las autoridades del INAU con algunos procedimientos administrativos de los responsables del convenio, y no al trabajo técnico. En el texto también reclaman por los derechos de los jóvenes, porque ante la ausencia “sin previo aviso” de los profesionales, se genera “un vacío del espacio educativo-creativo” que hace que los procesos queden “inconclusos” ante “referentes que desaparecen sin explicaciones y sin la posibilidad de hacer un cierre de las actividades”. “Esta ausencia niega los derechos de estos jóvenes, perdiendo abruptamente espacios de expresión, reflexión y libertad”, agrega el comunicado.

Ante esta situación, los ex trabajadores de Procul definieron crear una cooperativa para hacerse cargo de las actividades del convenio que cayó. Según declaran, priorizan la elaboración de un proyecto “con perspectivas de continuidad y profundización” de las tareas que realizaban, en diálogo con el Sirpa, “con el objetivo de que sea beneficioso para todos, principalmente para los jóvenes y sus necesidades”.

En diálogo con la diaria, el presidente del Sindicato Único de Trabajadores del INAU (SUINAU), Joselo López, explicó que el lunes tendrán una reunión con los trabajadores para tratar el tema. López adelantó a la diaria que como forma de “solidaridad de clase” desde SUINAU están dispuestos a “tender puentes” para que la iniciativa prospere si los trabajadores se comprometen a desarrollar una propuesta de calidad.