Virginia de Malvín: Hola, señor, te escribo porque nuestro hijo Mateo pasó a primero de escuela y todavía no sabemos si mandarlo a escuela pública o encaminarlo en un colegio de los tuyos. En este caso, debería ser de los “baratos”, porque no nos da para el Seminario. Otra cosa, te soy sincera, además de la plata nos serviría uno que no tenga que ir mucho a misa, porque tiene muchas cosas: taekwondo, tenis, inglés y expresión plástica. Si fuera pública, ¿a cuál lo mandamos? Hay una que nos queda cerquita, pero (no es por nada) van todos los nenes del cantegril y su ritmo de aprendizaje puede retrasar el de Mateo. Eso me dijo la maestra de primero que me la encuentro en el Devoto.

Il capo di tutti i capi. Vicky, te conozco desde hace tiempo. Vos fuiste al principio al Sagrado Corazón porque tenías media beca que te había conseguido el patrón de tu mamá que estaba en la directiva. Después no pudieron pagarla y te rajaron. Yo te pregunto: ¿te fue mal en la pública del barrio? Veo que tenés casa y coche, la trabajás de regio, batís chicos y colegio. Y tenés marido. Vos querías eso, ¿o no? Pero como no me quiero calentar te voy a pasar dos piques. Si hablás con Rosario del Centro Comunal y le decís que estás interesada en trabajar en la comisión de padres, te puede colocar en la pública buena. Ella es la mamá de la mejor alumna de quinto. Si no rinde ese tip, te cuento que cerca de Montevideo Shopping hay un privado barato. No rompe los cocos con mis enseñanzas y siempre hay lugar para estacionar de mañana.


Sandra de Wisconsin. Dios, le escribo por lo siguiente. El otro día fui a la iglesia porque me sentía un poco nerviosa, y el cura me dijo que mi problema era que estaba poseída por Satanás y tenía que hacerme un exorcismo. Yo le dije que tan mal no me sentía, que no podía ser para tanto, porque tampoco era que tuviera ganas de salir a matar gente, pero igual me llevó a mi casa y me acostó en la cama. Ahí me puso un camisón blanco, porque según él, en todos los exorcismos las muchachas poseídas llevan camisón blanco. Me empezó a tirar agua bendita y como no llevaba soutién, bueno, como que se me veía todo. Ahí me puso una mano en la cabeza para que no me girara 180 grados. Después me agarró de las muñecas y se acostó encima de mí, para evitar las convulsiones (la verdad es que no tengo idea de qué convulsiones me estaba hablando, yo estaba de lo más relajada). El caso es que me pareció que se estaba haciendo el vivo así que le metí un rodillazo en la entrepierna y lo tiré por la ventana. Pero después me entró la duda y se me ocurrió que a lo mejor yo estaba interpretando mal la situación. ¿Tú tienes idea de qué puede haber pasado?

Il capo di tutti i capi. Mirá Sandra, si es el cura que yo pienso, hiciste bien en pegarle, porque efectivamente es un degenerado. Lo único que puedo decir en su defensa es que por lo menos no se mete con niños. Yo te diría que cuando vayas a la iglesia solamente le hagas caso al cura cuando te dice que reces los padrenuestros y los avemarías. Más de eso no hagas. La verdad es que no tengo idea de por qué la iglesia se me llenó de curas degenerados. Si vieras lo que son los sitios porno que visitan te morirías muerta. Así que ya te digo: ojo con los curas.