El caso de Inaiara Rocha fue archivado en agosto de 2014 por recomendación de la inspectora de Institutos Privados del Consejo de Educación Secundaria (CES), Marta Kandratavicius. A ella le correspondió comprobar si la denuncia que realizó la joven por discriminación tenía visos de realidad. Pero la investigación se limitó a entrevistar a la directora general del colegio, concluyendo, según el escrito al que accedió la diaria, que si bien existen versiones encontradas no hay elementos contundentes.

La inspectora no indagó entre los docentes de la joven ni con sus compañeros de clase, ni recabó la opinión de los padres. Así lo confirmó a la diaria quien fue la adscripta de secundaria hasta diciembre de 2014, Camila López. En una carta en la que relata su paso por el colegio dedica algunos párrafos a este hecho. “En el correr de 2013 se dio una situación con una alumna que me dejó sumamente preocupada, y sobre todo me extrañó, además de la falta de información, la nula repercusión en docentes y estudiantes”. Cuenta que entre las tareas que tenía a cargo estaba la de controlar las inasistencias de los liceales: “Un día Inaiara comenzó a faltar. Los primeros dos días no me pareció nada extraordinario [...] Ya al tercer día consulté a Sandra [Metheu, directora de secundaria], ya que ante cualquier irregularidad es a ella a quien hay que informarle; me dijo que Inaiara estaba enferma”.

Cuenta Camila que finalizado 2013 y mientras ordenaba certificados de justificación de inasistencias, encontró uno de Inaiara que consignaba que habían sido “por gravidez”. “Desde que comenzó a faltar, Inaiara sólo fue mencionada cuando yo pregunté por ella o algún profesor comentaba algo sobre algún trabajo. Sandra se refería a ella como ‘el caso de esta chica’, o expresiones similares.

Camila también cuenta que tras cumplir su horario el 17 de diciembre, de tarde la llamaron de administración para citarla a una reunión en horas de la noche, oportunidad en la que le comunicaron que “por decisión de la comisión directiva, dado que estamos haciendo algunos ajustes, usted cesa en el día de hoy. Ésta es su liquidación. Vaya al Ministerio de Trabajo, confirme que esté todo bien, dígales que el colegio está dispuesto a pagar el dinero correspondiente. Arregle con ellos el pago”. Les dije que no me esperaba esa decisión, a lo cual se me repitió: ‘Estamos haciendo algunos ajustes’”.

La joven cuenta que desde un primer momento hubo cosas que le llamaron la atención, pero que recién con el paso de los meses las empezó a considerar preocupantes: “Me encontraba haciendo tareas administrativas en mi escritorio mientras transcurría el examen, cuando llegó la directora general. Le dije ‘buenos días’. Y ella, gritando, dirigiéndose a Álvaro, el secretario, vociferó ‘¡Álvaro, esta chica es comunista, que ni siquiera se para cuando yo entro”.