“La violencia de género y generaciones es un crimen”, remata cada uno de los siete spots, con tono melodramático y escenas congeladas, que retratan diversas situaciones de violencia basada en género y generaciones y forman parte de la campaña de prevención realizada con la asesoría del Consejo Nacional Consultivo de Lucha contra la Violencia Doméstica y del Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia, que será difundida por el Impo. Esta campaña fue presentada ayer en el edificio Mercosur, en el marco del seminario “Género, generaciones y el rol de los medios de comunicación”, organizado por el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas, jornada en la que también se presentó el documento “Violencia basada en género y generaciones: una mirada desde la comunicación” y la guía “Pautas para una cobertura periodística con enfoque de género y generaciones”.

La sala de conferencias estaba llena de profesionales de comunicación, educación, trabajo social y algunos policías, que escucharon atentamente a la experta brasileña Regina Festa, periodista feminista que trabajó en numerosos medios de su país y cubrió para América Latina la Conferencia de Beijing, cuya Plataforma de Acción cumple 20 años. La conferencista hizo hincapié en el papel que el periodismo juega en los debates públicos para la consolidación de la democracia y la protección de los derechos humanos, y exhortó a analizar cómo está representada la mujer en la publicidad y en las noticias para poder “quebrar los estereotipos”.

Consideró que la revolución “silenciosa” de las mujeres y la revolución tecnológica deben confluir, porque “han cambiado el modo de vivir en sociedad”. De esta unión pueden surgir estereotipos o bien recuperar la dimensión humana en la cobertura de hechos vinculados con la violencia basada en género y generaciones, para construir “escenarios emancipatorios”: “Al menos una de cada tres mujeres ha sufrido violencia en algún momento de su vida. ¿Qué se espera de un mundo con este nivel de violencia?”, cuestionó. “Existe una emergencia de ver quiénes somos como seres humanos, para enfrentar esta problemática con diálogo, no desde lo punitivo”. Retomando a Hegel, Festa remarcó que estos hechos de violencia hacia las mujeres no deben abordarse desde el crimen como un fin en sí mismo: “Se toma al criminal como alguien que cometió un crimen y se elimina todo lo anterior, se pierde el juicio humano, la pregunta sobre qué pasó con esa persona y cuál es su historia de vida. Si el crimen es sólo un crimen y se construye a la mujer como víctima y al hombre como el criminal, estás olvidando todo lo previo”, dijo, refiriéndose a las causas sociales, políticas, económicas y a las relaciones de poder que constituyen el escenario para estos hechos. “La criminalización también es el ocultamiento de la información, según la percepción jerárquica del poder. Cabe preguntarse cuáles son los espacios mediáticos que reproducen determinados estereotipos”.

“La calidad de una democracia se mide por la posición desigual de hombres y mujeres”, continuó, y llamó a reflexionar sobre qué pasa cuando una sociedad “tolera la subordinación de unas personas a otras”. “No estoy de acuerdo con la cobertura que los medios hacen sobre las mujeres”, añadió Festa. La última campaña electoral en Uruguay sirvió como ejemplo: la comunicadora Cecilia Lucas, quien estuvo a cargo de la coordinación, la redacción y la edición de la guía sobre cobertura periodística del tema, hizo notar que “de 1.869 notas publicadas durante la campaña política, tomadas de diarios, televisión y radio, sólo cinco hablaban de violencia de género (0,2%), mientras que 654 trataban sobre seguridad pública”.