El endeudamiento financiero de la industria ascendió a 2.175 millones de dólares en 2014, lo que equivale a 37% de su producción, un ratio que se mantiene estable por tercer año consecutivo.

De acuerdo a un informe divulgado por la Dirección de Estudios Económicos de la Cámara de Industrias, el sistema bancario continuó siendo la principal fuente de financiamiento, participando en 95,1% del endeudamiento industrial -aunque la proporción disminuyó respecto de la de años anteriores-, mientras que el restante 4,9% correspondió al mercado de valores.

Es que las tasas de interés en dólares percibidas en ambos mercados convergen desde 2012, por lo que el costo de elegir una u otra es mínimo: la ofrecida por los bancos fue de 4,4%, mientras que la del mercado de valores se ubicó en 4,6%. Utilizaron esta última opción sólo seis empresas: Industria Sulfúrica, Conaprole, Establecimientos Colonia, Fanapel, Central Lanera Uruguaya y Aluminios del Uruguay.

Al considerar únicamente al financiamiento otorgado por los bancos, se observa una tendencia decreciente en la participación desde el primer semestre de 2013, lo que la ubica en niveles “históricamente bajos” según la gremial. En 2014, la industria manufacturera representó 14% del crédito bruto total a residentes del sector privado, en comparación con el 17% que se le otorgó al agro, el 15% al sector comercial y el 13% percibido por los servicios.

El endeudamiento de la industria fue en mayor medida con la banca privada, que acaparó 71% de los créditos, pero cuya participación viene moderándose a la baja. En cuanto a la moneda, 91,3% de los créditos fue nominado en moneda extranjera y el restante 8,7% en la local, que mostró un “considerable” aumento de su participación, situándose “entre los valores más elevados en la comparación histórica”.

En lo que respecta a la tasa de morosidad, en 2014 se alcanzó un nivel de 2,7% -el más alto de los últimos años-. La responsabilidad se le puede atribuir al rubro textil, cuya morosidad pasó de 1,3 millones de dólares a 21,3, en un año en que su producción se vio drásticamente afectada.