El Parlamento Europeo aprobó ayer una declaración en la que exhortó al gobierno venezolano a liberar a los dirigentes opositores que mantiene encarcelados. El presidente de Venezuela reiteró que no va a permitir que ningún gobierno extranjero intervenga en los asuntos internos de su país. “La idea de que un país intervenga en los asuntos internos de otro es irreconciliable con la política de la República Bolivariana de Venezuela. Nos es ajena hasta tal punto que cuando nos metimos en la crisis política de Paraguay con el objetivo de favorecer a nuestros aliados, allá por 2012, terminamos rompiendo relaciones diplomáticas. La intervención extranjera y Venezuela no se llevan bien”, aseguró el presidente Nicolás Maduro. Aquí en Uruguay, mientras tanto, el gobierno está intentando ponerle paños fríos al diferendo diplomático que enfrenta a Caracas con Montevideo a raíz de unas declaraciones de Maduro en las que calificaba al vicepresidente Raúl Sendic como “cobarde” por haber afirmado que no tenía pruebas de que Estados Unidos estuviera vinculado con la crisis política venezolana. En un intento de acercamiento con el gobierno de Maduro, el canciller Rodolfo Nin Novoa aclaró que el gobierno uruguayo “no duda” de que el gobierno encabezado por Barack Obama esté interfiriendo en la crisis venezolana. “La confusión surge porque el asunto no nos interesa en lo más mínimo. Estados Unidos es un país amigo, mientras que Venezuela es un miembro pleno del Mercosur, el bloque regional que pensamos abandonar durante la administración de Tabaré Vázquez, así que su destino nos tiene sin cuidado”. El canciller explicó que “muy diferente” sería la situación si se tratara de una crisis política en Perú o México, ya que “Uruguay es prácticamente un miembro pleno de la Alianza del Pacífico. Solamente falta cumplir algunos trámites formales. Así que la estabilidad democrática de los países que la integran afecta directamente a nuestra estabilidad democrática”.