Por momentos, algunas declaraciones de candidatos departamentales de Montevideo y Canelones descuidan algo que al Frente Amplio (FA) le costó aprender: que lo importante es que sea la gente quien decida.

Oigo a mucha gente decir “yo voy a”, “yo pienso que”, seguido de propuestas referidas a temas que importan, o que se supone que importan. Y siento que es como que fueran candidatos de un FA pretérito, de uno predictadura, de antes de la campaña electoral de 1989.

En 1988 hubo un momento en el que se produjo un clic en la Comisión Departamental de Programa. Nos dimos cuenta de que lo principal no era (ni es) qué hacer, sino cómo. ¿Qué cambió allí? ¿Qué se introdujo como concepto nuevo y fundamental? Una forma de pensar el gobierno junto con el desarrollo de su más amplia democratización. De ese cambio de mirada surgió el ideal de la descentralización participativa.

Hay dos frases del ideario artiguista que marcaron aquella campaña hacia nuestro primer gobierno departamental: “Que los más infelices sean los más privilegiados” y “Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”. Lograr la diseminación del poder fue el centro de la pelea a partir de ese momento. Fue lo que presidió toda la campaña de Tabaré Vázquez y lo que marcó un antes y un después.

Un ideal que Tabaré abrazó calurosamente apenas fue postulado y que defiende también hoy. En su campaña y en sus primeros discursos como presidente volvió a hacer centro en esos conceptos.

Pero parecería que en el discurso de algunos candidatos no se nota que hayan escuchado-comprendido, ni que hayan analizado lo suficiente la experiencia de estos años, sobre todo en Montevideo. El rol de la descentralización, el de organismos como los centros comunales zonales, los concejos vecinales y los municipios; nada de eso aparece.

Para poner un ejemplo, escucho hablar de proyectos relacionados con el transporte. Pero ¿saben qué? Sería excelente que los candidatos se dijeran y dijeran que es menester escuchar a la gente que tiene directamente que ver con el transporte, ya sea como obreros o como pasajeros. Sólo retomar aquello de devolver la decisión al soberano.

Sé que no es algo de sencilla asimilación. No me pregunten por qué. Tengo mi respuesta pero, como corresponde, no es la única posible. Igual la digo: se trata de dónde y por dónde circula el poder; por eso es complicado.

Transcribo como elemento para ser pensado lo que decía un volante con el que se convocaba a una reunión en 1989:

“Edicto Nº 0 del Gobernador de nuestra Villa San Felipe y Santiago de Montevideo, Dr. Tabaré Vázquez. Noticioso el firmante de que los vecinos de esta Villa actuantes en las artes y las letras, que tanto enriquecen el acervo de nuestro pueblo, hállanse urgidos por el plan de mi futuro gobierno, les convoco por la presente al Cabildo Abierto a realizarse el 29 del corriente a las 20.30 horas en Ana Monterroso de Lavalleja 2014. En atención a la facultad que en mí reside los llamo a participar en Asamblea Soberana para la elaboración y futuro cumplimiento de dicho plan, en el entendido [de] que esta responsabilidad es tanto mía como de los vecinos de la Villa.

Dr. Tabaré Vázquez”.

Ésa es la actitud.