Durante su pasaje por la Cumbre de las Américas, el presidente Tabaré Vázquez sostuvo que el énfasis del gobierno en los lineamientos en el próximo Consejo de Salarios se fijará en los salarios más bajos: “Tratemos de comenzar mejorando el salario por los salarios más sumergidos”. Además, afirmó que se contemplará “el momento que estamos viviendo”, en sintonía con las expectativas de los empresarios, quienes reclaman una “moderación” de las pautas, según dijo una fuente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS) a la diaria.

Vázquez entiende que estamos ante una “nueva realidad económica” y adelantó que “quizá haya que tener en cuenta la productividad y la competitividad”.“No vaya a ser que por dar dos o tres o cuatro pasos apresurados adelante terminemos después dando diez pasos atrás”, dijo. Desde el PIT-CNT consideran que la situación económica, si bien es más desfavorable, no es de recesión, y por ende los salarios deberían crecer “al menos 3%, acompañando el crecimiento de la actividad de la economía”. “Por más que nos lo quieran hacer creer, tampoco estamos tan mal”, dijo el director del Cuesta Duarte -central de estudios económicos de la gremial-, Milton Castellano, a la diaria. Lo ejemplificó en términos futbolísticos: “Estábamos ganando 5-0 y ahora estamos 2-0. ¿Está mal? Comparado con el 5-0 estamos un poco peor, pero seguimos ganando”.

Levantar la pirámide

La central de trabajadores considera que las prioridades deben fijarse en los salarios sumergidos, que, a su entender, hay en tres niveles: el más alto, que incluye a aquellos que no llegan a aportar el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) -de entre 17.000 y 18.000 pesos-; luego están los del entorno de 14.000 o 15.000 y por último los más alejados de la “superficie” los que se determinan por el salario mínimo nacional, al día de hoy en 10.000 pesos. “Para esos sectores pensamos que tiene que haber una política salarial diferenciada, con mayor hincapié en la tercera franja, cerca del salario mínimo, y posteriormente en los que aportan IRPF, arriba de 22.000 pesos, que estimamos que deberían crecer acompañando el crecimiento de la economía”, sostuvo Castellano.

Sin embargo, estos niveles no son iguales para los empresarios. Una fuente de la CNCS del Uruguay explicó a la diaria la postura: “Los salarios no sólo son lo que corresponde que tenga el trabajador por la remuneración de su trabajo y su esfuerzo físico-intelectual, sino que también tienen que poder ser pagados por todas las empresas que están en la formalidad”, y en este sentido, “hay que tener en cuenta que un salario líquido de 14.000 pesos tiene un costo para la empresa superior a los 20.000”.

En cuanto al salario mínimo, el PIT-CNT pretende “un aumento que trate de levantar la pirámide”, de “por lo menos 50% en aumento real de aquí a cinco años”, lo que implica llegar a 2020 con un sueldo mínimo de 15.000 pesos, algo que al director nacional de Trabajo, Juan Castillo, no le parece “nada descabellado”. Dijo a la diaria que “desde el ministerio se considera una cuestión compartible”.

Matices productivos

Otro punto que Vázquez adelantó fue el de incorporar indicadores de la productividad y la competitividad en las negociaciones, algo que los trabajadores comparten, pero que los empresarios miran con recelo. Desde la CNCS dijeron a la diaria que no van a hacer declaraciones “hasta que el Poder Ejecutivo ponga a consideración los lineamientos”, pero una fuente adelantó firmemente que “la productividad no se puede discutir en los Consejos de Salarios” porque “existen realidades muy distintas entre las empresas de un mismo sector”. Dijo que es un tema del que “no se puede hablar al boleo” y reclamó la falta de indicadores para medirla.

En la Cámara de Industrias hubo coincidencia en este aspecto con la postura de los empresarios de comercio y servicios. Su asesor económico, Sebastián Pérez, indicó a la diaria que “la productividad a nivel de ramas es muy difícil de medir” por la diferencia que existe dentro de ésta, donde, “por ejemplo, en el sector lácteos, algunas empresas hacen quesos y otras leche en polvo y no tiene nada que ver la productividad de una y otra; y sin embargo, negocian juntas”. Entonces, “buscar un indicador de productividad resulta casi imposible a nivel de ramas, porque no siempre es representativo de lo que sucede en las empresas”.

Castellano, por su parte, matizó esta versión; si bien afirmó que en ramas como el comercio y los servicios implementar ese índice es “bastante impensable”, dijo estar de acuerdo en “buscar indicadores de productividad”. “No vamos a resolver el salario por productividad”, afirmó, y aclaró que “es un componente más, como la inflación y la justicia social”. Sostuvo también que, en todo caso, ante las trabas expresadas por los empresarios, hay una disposición desde la gremial a negociar la productividad por empresas, en vez de por ramas.

Según un documento del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la productividad global esperada para 2015 es actualmente -y después de sucesivas reducciones durante los últimos meses- de 2,69%.

Otras condiciones

Además de la recuperación de los salarios más sumergidos, el PIT-CNT propondrá incluir tres cuestiones más para tener en cuenta en las negociaciones. Para empezar, un “sistema de categorías o división de tareas” que pretenden discutir por ramas. Por otro lado, relacionado con el Sistema Nacional de Cuidados, “convenios y acuerdos que fomenten a los grandes conglomerados empresariales a seguir avanzando en el cuidado de los niños, en beneficios para personas que tengan a cargo discapacitados y asimismo en la incorporación de los discapacitados al mercado de trabajo”.

La central también se propone estudiar las cargas horarias semanales, procurando disminuirlas, lo que Castellano explicó que “no significa estrictamente la reducción de la jornada de trabajo, sino que las jornadas pueden ser iguales pero puede haber una carga horaria menor por semana, por mes, o por etapa del año”. Castillo sostuvo que si bien “todavía no se debatió en Consejo de Ministros, viene a cuento de que ya lo tienen logrado algunas ramas como la construcción, la bebida en algunas líneas de trabajo de envasado y los metalúrgicos en el caso del plástico”. Hay 12 convenios colectivos que avanzaron en este aspecto y se podría replicar en los demás.