Hoy a las 9.00 la Universidad de la República (Udelar) realiza el lanzamiento de las jornadas de Planeamiento Estratégico, Información y Evaluación, que propondrán al Consejo Directivo Central (CDC) la creación o reestructura de las dependencias universitarias encargadas de esas áreas. El viernes, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) organizó una prejornada en la que se discutió sobre el modelo de universidad latinoamericana y los “ecos de la reforma europea de Bolonia” en el continente. El rector de la Udelar, Roberto Markarian, presentó las jornadas que comienzan hoy y adelantó que el CDC que considerará las propuestas que surjan se realizará a mediados de mayo y estará “enrabado” con el pedido presupuestal de la institución.

Ante la atenta escucha de Markarian y varios decanos, Alción Cheroni, profesor del Departamento de Inserción Social del Ingeniero de la Facultad de Ingeniería, aseguró que “decir que vivimos en una sociedad del conocimiento no explica nada” desde el punto de vista de las relaciones de producción, porque “vivimos en un sistema capitalista en expansión” que “impregna” todas las relaciones humanas. Cheroni criticó la creación del Sistema Nacional de Competitividad: sostuvo que “la palabra [competitividad] lo dice todo” porque implica “asumir que estamos dentro del sistema capitalista”. El docente criticó que se acuda a educar y producir para que el país sea competitivo, y que para evaluarlo se caiga en “los mismos sistemas de evaluación del capitalismo”.

Regional

Alma Bolón, docente de Literatura Francesa en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y de Lingüística Aplicada en la Facultad de Derecho, acusó al ex prorrector de Enseñanza de la Udelar Luis Calegari y a una de las referentes académicas de la Comisión Sectorial de Enseñanza, Mercedes Collazo, de ser los representantes en Uruguay de un proyecto que buscó que las universidades del continente se adaptaran a las necesidades del capitalismo.

Bolón explicó que en los 80 el sistema capitalista pidió más desregulación para “acrecentar el lucro” y que en 1989 varias de las empresas multinacionales más importantes del mundo elaboraron un documento en el que cuestionaron la forma de enseñar de las universidades, lo que considera un antecedente del Plan Bolonia, que, según dijo, comenzó en 1999 con una declaración elaborada por varios países europeos. Según Bolón, a partir de entonces se emitió una serie de declaraciones “breves e imprecisas” que usan frecuentemente términos como “flexibilidad”, “movilidad”, “competencias”, “aprendizaje a lo largo de toda la vida”.

Para ella, todas esas expresiones son tomadas por el proyecto Tuning, que según dijo, en América Latina es un programa de aplicación del Plan Bolonia, que busca generar carreras y diplomas que favorezcan la movilidad “entre las carreras y hacia el mundo de la empresa”. Bolón criticó que en Uruguay esas resoluciones “se aplicaron sin que la comunidad universitaria se enterara”. La docente fue más lejos y también fustigó a la Ordenanza de Estudios de Grado aprobada hace un par de años por la Udelar, porque plantea la necesidad de que la movilidad y la flexibilidad sean principios que estén presentes en la formación. “Cuando los patrones hablan de flexibilidad es para que los otros cambien y se adapten a ellos”, sostuvo, y agregó que pese a que podría pensarse que la flexibilidad puede ser algo positivo, cuando lee la ordenanza “duda de que se trate de flexibilidad positiva”. Además, cuestionó que la flexibilidad se vincule con la autonomía del estudiante, y señaló que no está segura de que una carrera universitaria sea el ámbito donde eso se materialice porque “se supone que está guiada por otro tipo de supuestos que lo que al estudiante le interese”.

Esta situación, sumada a la creciente exigencia de los diplomas y posgrados, hace que Bolón afirme que los jóvenes se sienten presionados a estudiar por la obtención de un título y no para conocer más. La docente aclaró que no estaba argumentando en contra de que todas las personas puedan obtener un título universitario, sino que critica que el interés por tenerlo surja de una motivación empresarial.

Matices

Judith Sutz, actual coordinadora académica de la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Udelar, estuvo de acuerdo en que “estamos viviendo un proceso preocupante a nivel mundial en la educación universitaria”, que hace que se hable de “capitalismo académico”. Según dijo, en economías “basadas en la ciencia y motorizadas por la innovación” como las de Estados Unidos, Japón y Europa, a la universidad se está aplicando un modelo de negocios. Para Sutz, la Revolución Industrial “cambió para siempre la relación entre conocimiento y producción en forma dramática”, y retomando a Cheroni, sostuvo que actualmente estamos en sociedades capitalistas del conocimiento que traen consigo el problema de la desigualdad, “que también tiene que ver con el conocimiento”.

Pero Sutz advirtió que la economía latinoamericana “no tiene nada que ver” con las economías de esos países y “no tenemos que defendernos de las multinacionales que vienen a comprar el conocimiento”, sino que más bien el problema es que “no nos demandan” pese a que hay capacidades. Al respecto, agregó que “hay que reinventar la manera de pensar las soluciones” de este lado del planeta. Pese a que “hay gente que cree que la universidad no tiene nada que ver con el bien sino sólo con la verdad”, la docente dijo estar convencida de que “el bien tiene que ser una preocupación central de los universitarios”, al igual que la pelea para terminar con la desigualdad del conocimiento. Además, se mostró convencida de que “hay que pelear a muerte por la diversidad cognitiva y no aceptar que una cosa vale más que la otra porque lo dice el mercado”, y aseguró que en este contexto “hay que construir una universidad para el desarrollo”.