Bernini recordó que uno de los artículos de la norma que creó el Inacoop encomienda la elaboración de un proyecto de ley que “vaya más allá de las formas cooperativas de propiedad o de asociatividad” y plantea “la necesidad de llegar a una ley marco general de la economía social en su más grande concepción”. El ex diputado del PS dijo que en el ámbito del Consejo Consultivo del Inacoop ya se comenzó a debatir sobre “un primer borrador” de esa ley marco y advirtió que no va a ser un proceso “sin contradicciones”. Opinó que para él “el espacio” de la economía social “es bastante más amplio que el cooperativismo, por más que el cooperativismo sea la columna vertebral histórica de la economía social”. “Tenemos que llegar a todos, a un gran paraguas que cobije a todos”, expresó.
Bernini sostuvo que uno de los grandes problemas de la economía social es que actúa en “un sistema capitalista” y por eso, antes de la creación del Fondo para el Desarrollo (Fondes), solamente tenían acceso al capital y a financiamiento “aquellos que tenían capital y que podían demostrar que tenían garantías”. El presidente del Inacoop destacó la creación del Fondes como una forma de apoyar a “emprendimientos colectivos que no tienen capacidad de financiamiento”, y resaltó que con esa herramienta se está “tratando de torcer la lógica del sistema capitalista, generando una alternativa dentro del mercado” con el que hay que “convivir”. “Muchas veces se acude a la cooperativa para recuperar puestos de trabajo que se pierden, y eso está muy bien. Formar cooperativas está bien, pero formar cooperativistas es lo que asegura el futuro”, manifestó, para introducir algunos objetivos del Plan Estratégico que plantea el Inacoop.
Bernini destacó que se está trabajando “en la formación y en la vocación de los trabajadores en valores cooperativos”. Señaló que se forman docentes para que “salgan a dar la lucha ideológica dentro de la libertad de cátedra”, para que se sepa que no sólo se puede tener una relación laboral de dependencia con un patrón, una profesión liberal o ser cuentapropista, sino que también “hay otra forma de generar riqueza, mucho más democrática, solidaria y con una distribución equitativa del valor del trabajo: las cooperativas y la autogestión”. Otro de los desafíos que planteó Bernini es la “sostenibilidad en el tiempo”. Señaló que los emprendimientos cooperativos y autogestionados necesitan contar con especialización y buscar la eficiencia para poder competir en un mercado “copado por el capital”. El Inacoop va a desarrollar una línea de trabajo que ofrezca equipos técnicos para el asesoramiento de los emprendimientos, anunció.
Círculos viciosos
Por su parte, Sánchez dijo que el Estado “necesita tener políticas públicas” para apoyar a estos sectores, porque “son motores y factores de desarrollo local”. Agregó que hay que “ubicar ese fenómeno” dentro de un modelo de desarrollo, “porque la economía social y solidaria no es una economía para pobres ni debe ser una economía que vaya a recuperar lo que el capital abandona”. Para Sánchez, en esta etapa no se debería hablar más de “empresas recuperadas”, sino de la construcción de “nuevas empresas que se ubiquen en un modelo de desarrollo” y en los sectores dinámicos de la economía. “Para eso se necesita apostar a la innovación, a la tecnología, al conocimiento y a la diversificación de productos. De eso deviene la necesidad de que el Estado tenga instrumentos para el financiamiento de la economía solidaria, porque si no, difícilmente los trabajadores organizados puedan construir un emprendimiento nuevo, recuperar o avanzar”, manifestó.
El diputado del MPP dijo que hay que potenciar instrumentos como el Fondes, porque el modelo económico “está centrado en la lógica de la concentración”. Agregó que 5% de las empresas de Uruguay “se quedan” con 85% de “las exportaciones” y que muchas de esas empresas “utilizan el ahorro nacional para hacer inversiones y obtener esos resultados”. “Muy pocas veces un emprendimiento tiene una inversión sólo del dueño: lo que busca es apalancarse en el sistema financiero, y éste tiene una lógica de funcionamiento que lo que hace es que los ganadores de siempre sigan siendo ganadores”, expresó.
Sánchez sostuvo que el Fondes tiene que ser “un instrumento fuerte” cuyo negocio “no sea prestar dinero”. “Eso no quiere decir que el negocio sea perder dinero. El negocio es que existan emprendimientos productivos, porque, además, ésos son los que se quedan en el país. A una empresa autogestionada o una cooperativa no le es ajeno el problema de la vivienda, los de su barrio, ni los problemas del país. A otro tipo de capitales sí les es ajeno, y cuando no hay posibilidades de obtener los beneficios necesarios, se retiran. Ésa es la historia del país: teníamos fábricas fundidas y empresarios enriquecidos que habían vaciado las empresas y mantenían las ganancias en sus cuentas bancarias”, explicó. “El Fondes debe tener un sesgo hacia la economía solidaria, que potencie su desarrollo y genere condiciones para que se pueda ubicar en otro estadio del desarrollo del país”, remarcó.