Hace 50 años, Uruguay fue el primer país en reconocer el genocidio armenio mediante la Ley 13.326. Ayer, desde la explanada de la Intendencia hasta la plaza Independencia, cientos de personas marcharon bajo la consigna “Memoria, justicia y reparación”. Al frente iban la tercera y la cuarta generación de armenios que viven en Uruguay. Desde la colectividad juvenil, Cristina Nerguizian expresó a la diaria la importancia de la “reparación” entre de sus exigencias, junto con la “devolución del territorio” por parte de Turquía a Armenia. “Nos parece que apunta a lo ético de nuestro reclamo; a la necesidad de reconstruir lo que ocurrió y cerrar un ciclo, sin que esto implique olvidar”.
“Los testimonios de nuestros abuelos son fuente y prueba del genocidio turco y del negacionismo absurdo que mantiene el gobierno de Recep Tayyip Erdogan hasta hoy, al frente de un país donde no existe libertad de culto”, añadió la joven. Remarcó la “tradición democrática” de Uruguay, país que “nos brindó la educación gratuita”. “Nuestro reclamo no es sólo por el pueblo armenio. El silencio alrededor de este genocidio permitió promover que otros ocurrieran en todo el mundo años después”, sostuvo. Organizaciones sociales, educativas y de distintas colectividades adhirieron a la convocatoria. El acto central será hoy en el Palacio Legislativo.
En Armenia, el lema de la movilización ayer fue “Recuerdo y exijo”; “se fue adaptando a la realidad de las comunidades armenias en cada país”, explicó Nerguizian. Así como “el reconocimiento del genocidio es un primer paso para la búsqueda de justicia”, en Uruguay “hay que terminar con el silencio y buscar la verdad”, concluyó.