-¿Cómo nació el Pedeciba y cómo llegó a dar este paso?
BG: -Surgió en 1986 a partir de una preocupación de investigadores que estaban en diferentes instituciones, en un período difícil para hacer investigación y con una reducida masa crítica de científicos. En ese contexto, se firmó un convenio entre el Ministerio de Educación y Cultura [MEC] y la Universidad de la República [Udelar] con apoyo del PNUD [Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo] para desarrollar las ciencias básicas, la formación de recursos humanos y también para el reencuentro con la diáspora. Podemos decir, con orgullo, que el programa ha sido exitoso. Hemos crecido en investigadores, fuimos pioneros en generar estudios de posgrado y hoy seguimos formando recursos humanos a nivel de maestrías y doctorados en forma creciente. Además, apoyamos a la educación en ciencias en todos los niveles, con distintas actividades.
-La preocupación por el vínculo entre academia y sociedad estuvo presente desde el origen.
BG: -La aplicación del conocimiento es parte de la vocación del científico. Uno busca que los resultados de su investigación se vean reflejados en la sociedad.
ÁM: -El hecho de ser investigador y formar recursos humanos ya es un gran aporte al país. Cualquier investigación que se haga en alguna de nuestras áreas, ya sea matemática, física, química o informática, está creando una infraestructura de recursos humanos y de capacidades a nivel nacional de frontera. Pensando en eso, Pedeciba hizo muchos avances para proyectarnos al punto en el que estamos ahora. Hemos crecido junto con el país; el mundo ha cambiado en forma vertiginosa y en materia científico-tecnológica ha cambiado como nunca. Hace 30 años el país tampoco estaba preparado; por ejemplo, en el contexto nacional de producción de bienes y servicios. Ni siquiera existía el Mercosur.
BG: -Pedeciba se preocupa mucho por la educación en ciencia y por la aplicación del conocimiento. Queremos un diálogo sobre una base sólida. Y es muy simbólico que nosotros, como investigadores, planteemos la iniciativa de encontrarnos en el medio de un puente imaginario.
-¿Cómo se logra?
AM: -Con múltiples puntos de encuentro. Tenemos una paleta para mostrar lo que hacemos, buscar convenios, que de hecho ya existen, y a partir de casos exitosos mostrar cómo hacerlo.
BG: -No vamos a pedirles a las empresas que nos vengan a buscar, estamos planteando mostrar una paleta de capacidades, lo que hacemos. El diálogo no es la suma de dos monólogos; hay iniciativas que han encontrado problemas. Queremos ver los problemas, pero también mostrar nuestras habilidades.
AM: -Muchas veces no se encara determinada situación porque se cree que no hay una contrapartida técnica capacitada, que no hay nadie en el país con la capacidad técnica para hacerlo. Lo importante es que la sociedad nos visualice como parte de ella. Que nos vean, que sientan que somos parte y que podemos aportar a la solución de problemas.
-¿La innovación basada en el conocimiento es la clave del desarrollo?
AM: -El sector científico tecnológico académico nacional tiene un papel muy importante para jugar, porque conoce técnicamente las distintas áreas del conocimiento en las que se desarrolla. Está actualizado a nivel mundial, sabe dónde se hace la investigación más avanzada y, por lo tanto, está en las mejores condiciones para aportar a aquel que quiera hacer innovación de la mejor forma. La innovación se logra a partir del conocimiento, y hoy el conocimiento científico tecnológico lo genera la academia; Pedeciba es el que aglomera a los investigadores. En innovación puede haber dos cosas muy diferentes: una es reinventar la rueda; si uno no tiene un manejo adecuado del conocimiento -me refiero a excelencia técnica y actualización- corre ese riesgo. La otra es aportar materia gris nacional a la resolución de problemas en forma realmente innovadora. Nosotros apuntamos a eso, y por eso insistimos tanto en que se necesitan cimientos fuertes de ciencia básica para encarar la innovación con mayor perspectiva de éxito.
-¿Por qué innovar en Uruguay?
AM: -En este momento hay un degradé en la economía, que va desde los commodities hasta la innovación pura. Y atención, porque los commodities cada vez llevan más aportes de conocimiento calificado. Desde esta perspectiva, será cada vez más necesario trabajar en innovación para mantener el valor internacional de los commodities en mercados más exigentes, que son los que pagan más. Y si uno piensa en innovación pura, en productos de alta tecnología que generan trabajo calificado e ingresos muy importantes al país en el que se desarrollan, quedarse por fuera implica resignarse a no participar en ese tipo de producción tan redituable económicamente. Acá es importante hacer una aclaración: muchas veces se plantea una especie de antagonismo entre un país de commodities y uno de innovación; esto no es así, hay espacio para todos. Uruguay, por fortuna, tiene una producción de materias primas excelente. Pero no por eso es imposible innovar. No tenemos que pensar que avanzar en un sentido se hace en detrimento del otro. Uruguay es un país que, si apunta con fuerza a esos dos rubros, sin duda que tendrá éxito.
-Es la evolución natural de la economía, visualizar un “todo productivo” que conecta diversos actores.
AM: -Y sí, sobre todo cuando hay ejemplos de países que apostaron a la innovación y al desarrollo económico, con resultados sociales espléndidos.
BG: -Este vuelco a la sociedad que estamos preparados para realizar es una consecuencia de haber alcanzado la masa crítica de investigadores que tenemos. Necesitamos mantener esta masa crítica para nutrir a la sociedad de conocimiento. Pedeciba no sólo se dedica a la investigación pura y dura, también está formado y administrado por los propios investigadores. Es una red de investigadores llevada adelante por ellos mismos. Pedeciba es importante por la formación de recursos humanos de alto nivel, por los investigadores y el ámbito de reunión que generó y por su reconocimiento nacional e internacional.
AM: -Otra fortaleza es ser propositivos y fermentales. Estamos proponiendo permanentemente proyectos nuevos. Por ejemplo, nuevos posgrados como la maestría en bioinformática y una de nanociencias que estamos generando, o actividades educativas como “Científicos en el aula” junto al Plan Ceibal. Pedeciba tiene la posibilidad de actuar como un piloto experimental para generar determinadas iniciativas que después, si funcionan, se pueden llevar a otras instituciones.