La DUS brinda el servicio de certificación a funcionarios, estudiantes, docentes y no docentes de la institución tanto en el domicilio como en el consultorio. El problema principal, señalado por ambas partes, es que la DUS no es eficiente. Según el prorrector de gestión administrativa de la universidad, Gustavo Giachetto, de un total de 15.306 certificaciones que se realizaron en 2013, 8.900 fueron solicitadas a domicilio, pero sólo 857 se efectivizaron. Además, indicó que si el médico no concurre al domicilio a certificar, la persona debe ir personalmente a la DUS para realizar una certificación retrospectiva, lo que implica agregar un día más de licencia médica.

A su vez, señaló que el servicio funciona de lunes a viernes, y que en su mayoría las certificaciones se solicitan los fines de semana y en vísperas de feriados, y 50% de ellas provienen del Hospital de Clínicas. Traducido a números, se gastan cinco millones de pesos al año por ausentismo en el Hospital de Clínicas.

Giachetto piensa que la situación “impacta negativamente en una institución de recursos y sueldos magros”, ya que en el caso del hospital es necesario contratar personal extra, y por ende pagar doble: al que está de licencia y al suplente. El prorrector considera que las causas son varias: hay “problemas estructurales, de funcionamiento, de contralor, de recursos humanos”, y un largo etcétera.

La cuestión es que el conflicto tiene larga data; el 22 de diciembre del año pasado el CDGAP había resuelto apoyar la decisión del rectorado de realizar una tercerización, pero ésta no se llevó a cabo porque tuvo dos votos negativos, uno de los estudiantes y otro de los funcionarios no docentes.

En ese momento sí se concretó la creación de una comisión tripartita (compuesta por representantes del rectorado, del área de salud y de los funcionarios no docentes) para buscar “soluciones permanentes a la situación” y para que “eleve propuestas sobre la temática, en particular la vinculada a la remuneración de los funcionarios profesionales”, para lo que tenían plazo hasta el 16 de marzo.

También estipuló que si hubiera propuestas “alternativas a la decisión [del rectorado de realizar una tercerización], debidamente presupuestadas y con un plazo de implementación razonable, este cuerpo las analizará previamente a adoptarse resolución sobre la licitación pública”. En este último punto se amparó la CDGAP para efectivizar la tercerización de los servicios.

Alguien de adentro

AFFUR, en cambio, entiende que la institución “defiende una concepción de prevención de la salud donde lo que importa es que se haga la certificación para detectar a los malos funcionarios”, lo que consideran correcto, pero estiman que “lo tiene que hacer alguien que conozca las problemáticas de la Universidad”, un médico de la DUS. La agremiación había propuesto que todos los médicos de la DUS (que son ocho) participaran en el sistema de certificación a domicilio y que se les pagara un viático “por el uso y mantenimiento de sus vehículos personales para ir a los domicilios”, a prueba durante cuatro meses.

Garbarini afirmó que “con eso se lograría el incentivo suficiente para que los médicos atiendan a domicilio”, e indicó “tener en cuenta que cobran menos de la mitad” que quienes trabajan para la Administración de los Servicios de Salud del Estado. Según explicó, “no sólo se defienden los puestos de trabajo de los compañeros (porque no corren riesgo de perderlos, ellos van a seguir trabajando porque hay muchas cosas para hacer), ni del salario, ni del lugar, sino por la concepción de la prevención de salud”. “La privada hace un trámite por el que le pagan, va, certifica a la persona que está enferma, pone el sellito y ta. El médico de DUS hace años que trabaja ahí, conoce a los funcionarios y sus contextos y dictamina los problemas de fondo. Eso a la institución no le importa”, sostuvo.

En ese sentido, Garbarini agregó que “lo que la institución no dice es que se trabaja en situaciones de insalubridad horribles, más aun en el Clínicas. Tampoco dicen que por año hay 4.000 horas extras trabajadas que no se pagan. Las condiciones de trabajo generan ese tipo de problemas”, afirmó.