Uruguay aparece en un lugar relativamente positivo en el panorama internacional respecto del nivel de corrupción percibido socialmente, y es el país menos corrupto del Mercosur. La afirmación surge de los primeros avances del proyecto Evolución de indicadores de corrupción en Uruguay en el período 2003-2014, presentados ayer por la Junta de Transparencia y Ética Pública. Santiago Peyrou, coordinador del proyecto, destacó que en el estudio de percepción -por medio de encuestas efectuadas a diputados, empresarios y ciudadanía en general- la corrupción no aparece entre las principales preocupaciones de los uruguayos.
La percepción se condice con la experiencia. Mientras que en el promedio mundial 27% de las personas declararon haber cometido algún soborno en el último año, sólo 3% de los uruguayos declaró haber cometido un acto de pequeña corrupción, y el porcentaje mayor lo representó el pago de sobornos a la Policía (4%).
La opinión pública percibe los principales actos de corrupción en Uruguay en los partidos políticos (48%), la Policía (47%), el funcionariado público y el Poder Judicial (40%), el Parlamento (38%), los servicios médicos y de salud (39%), y el sistema educativo (24%). A escala mundial, el promedio de estos índices ronda el 60%. Entre los países del Mercosur, 80% de la opinión pública considera que los partidos políticos son lo más corrupto en la sociedad, y los sigue la Policía (70%).
Si bien los índices muestran una evolución favorable respecto de su política anticorrupción, aprobada con la Ley 17.060, Peyrou advirtió que entre 1998 y 2013 aumentaron 75% los procesamientos generales por cohecho calificado y 57% por sobornos.