Cicatrices

El Día de la Seguridad del Paciente se creó por ley en agosto de 2012 y se fijó el 14 de abril, la fecha de cumpleaños de Rodrigo Aguirre, un joven que murió por mala praxis. Pero la ley no se aprobó en cualquier momento, sino cinco meses después de lo que el entonces senador Luis Gallo definió, en la exposición de motivos del proyecto, como “el peor antecedente que registra nuestra historia contemporánea, como lo fue la muerte intencional dada a pacientes por parte de dos enfermeros”. Recientemente los enfermeros fueron liberados porque la Justicia, que se basó en las historias clínicas de los pacientes, no encontró pruebas para procesarlos; la fiscal Mónica Ferrero ya apeló la resolución.

¿Qué aprendió el MSP de este evento? El ministro Jorge Basso respondió: “Fue un episodio complejo, que muestra la importancia de trabajar en forma preventiva. Los problemas sanitarios no se resuelven exclusivamente aplicando normas o sanciones, se resuelven aplicando una cultura de la seguridad”, un desafío para “evitar riesgos innecesarios y que después ocurran fenómenos que generan cicatrices en la sociedad”.

Por tercera vez se celebró ayer en Uruguay el Día de la Seguridad del Paciente. El Ministerio de Salud Pública (MSP) -que en 2006 creó la Comisión de Seguridad del Paciente y en 2014 la transformó en departamento- presentó las acciones desplegadas en busca de minimizar el daño durante procesos asistenciales.

El ministro Jorge Basso detalló a la prensa que el lavado de manos para minimizar las infecciones intrahospitalarias fue la primera medida lanzada por el MSP para mejorar la seguridad del paciente, y que años después se trabajó en la prevención de errores en el block quirúrgico. Se creó el Listado de Verificación Quirúrgica que el personal de salud debería ratificar antes de proceder a cualquier operación. Sin embargo, no siempre se aplica, o se toma como una tarea meramente administrativa. Así lo expuso Valeria Falco, adjunta de la dirección del hospital pediátrico del Pereira Rossell, que indicó que la aplicación del listado disminuyó entre 2011 y 2013; en 2014 volvió a insistirse, y se aplicó en 61% de los procedimientos. No obstante, se constató que en varios casos el formulario había sido completado luego de realizada la operación, por lo que no cumplió su objetivo de prevenir errores. “Se continúan verificando eventos prevenibles”, lamentó. Marcelo Barbato, director del Departamento de Seguridad del Paciente, anunció que el MSP pedirá a las instituciones el reporte de todas las cirugías y que las listas de verificación estén completas e incorporadas a los registros clínicos.

Todas las instituciones del Sistema Nacional Integrado de Salud deben tener sus Comisiones de Seguridad del Paciente y Prevención del Error en la Asistencia (Cosepa), pero como no alcanza con que existan, sino que tienen que funcionar, cada una deberá presentar un plan de desarrollo y una constancia de las actividades que realiza. Barbato explicó a la diaria que en el mundo se estima que “10% de los pacientes que ingresan a un hospital sufre algún tipo de daño durante la asistencia”, pero lamentó que Uruguay “no ha participado en ninguno de los estudios de incidencia de los eventos adversos”, porque no tiene indicadores de resultados. Eso es lo que se quiere construir: “Minimizar esa posibilidad de daño es un imperativo clínico y ético”, indicó.

Hasta ahora, las instituciones reportan al MSP las infecciones intrahospitalarias y aspectos de fármacovigilancia. El MSP busca incluir en el sistema de vigilancia otros dos eventos relacionados con la actividad de enfermería. Cuando los pacientes sean dados de alta, las instituciones deberán elaborar un informe en el que conste si durante su internación sufrieron la formación de úlceras por presión (éscaras) importantes o si tuvieron caídas de riesgo, las cuales, según Barbato, ocurren sobre todo en el período posoperatorio, en personas muy añosas, o con excitación psicomotriz o problemas neurológicos.

Otras herramientas

Junto con un grupo de expertos, el Departamento de Seguridad del Paciente diseñó en 2014 la “Herramienta digital de autoevaluación institucional en seguridad del paciente”, que deberá ser presentada al MSP antes del 4 de mayo. El objetivo es dirigir el trabajo de las Cosepa. Barbato hizo referencia a la necesidad de crear una “cultura de seguridad”, y señaló que el ocultamiento de problemas por temor a la judicialización del personal de salud es una limitación porque “si no reportamos, no aprendemos”. El MSP apuesta a que cuando alguien identifique un riesgo haya una devolución y se tomen medidas para revertirlo, en lugar de “matar al mensajero”.

La otra iniciativa propuesta por el departamento en 2014 consiste en evitar “los comportamientos disruptivos”. De acuerdo con una encuesta aplicada en 2013 a 4.800 trabajadores de la salud, la gran mayoría respondió haber visto comportamientos inadecuados de parte de sus compañeros: insultos, gritos, agresiones, humillaciones o situaciones reiteradas de ira. Lo que busca el MSP es que “las instituciones generen acuerdos de comportamientos: no se trata de decir cómo hay que comportarse, sino qué no va a aceptar la institución” y que eso sea un compromiso firmado públicamente por autoridades y trabajadores. La clave está en que con este mecanismo se obliga a todos por igual, ocupen o no cargos jerárquicos, y no obliga a los gremios a defender lo indefendible.