“Ésta es la oportunidad de hacer un cambio radical; que no haya muerto en vano el señor que lamentablemente los perros mordieron, que sirva para decir un antes y un después”, expresó ayer Horacio Porciúncula, director de Salud Mental de la Administración de los Servicios de Salud del Estado(ASSE).

Abrieron la conferencia de prensa el empresario Alberto Grille y el general retirado Francisco Winns, presidente y secretario, respectivamente, de la Comisión Honoraria de Administración y Ejecución de Obras de las colonias psiquiátricas Bernardo Etchepare y Santín Carlos Rossi, creada en 2006 por Tabaré Vázquez. La semana pasada Grille había anunciado que tanto él como Winns habían renunciado a sus cargos, pero ayer aclaró que la renuncia todavía no había sido aceptada.

Winns especificó que se había citado a la prensa para “mostrar la realidad” actual de las colonias, en contraposición al documental del proyecto Límites, de la fundación Visionair e Indias Film, que en 2008 expuso la situación en esos establecimientos. Grille aclaró que las imágenes del video se habían tomado a fines de 2006 y Winns no ocultó su desaprobación, aunque en dos momentos comparó la realidad que tenían las colonias con las de “un campo de concentración”.

Winns detalló que en estos nueve años las obras nuevas y de reciclaje abarcaron 9.000 metros cuadrados, y que hoy “las dos terceras partes de la población de las colonias vive dignamente”. En relación a las declaraciones del ministro de Salud Pública, Jorge Basso, que el martes expresó que los hospitales psiquiátricos “tienden a desaparecer”, comentó que se trata de una vieja discusión. Dijo que por eso mismo en 2006 el Ministerio de Salud Pública pensó las obras desde el punto de vista de la “recuperación patrimonial”, independientemente de que el destino final del lugar fuera una colonia psiquiátrica o una universidad. Se invirtieron seis millones de dólares en obras que además de lo edilicio -algunos pabellones incluyen loza radiante y sistemas de precalentamiento solar de agua- incluyeron cercos perimetrales, instalación de iluminación, caminería, saneamiento y fibra óptica.

Hacia las alternativas

Porciúncula repasó el cumplimiento de la sentencia judicial -la erradicación de perros, la redistribución de los pacientes de los pabellones 29 y 30, el intento por mejorar la situación del pabellón de seguridad- y anunció que tal como lo dispuso la jueza, se formará una comisión integrada por ASSE, la Comisión de Zoonosis, la Intendencia de San José, la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República y organizaciones protectoras de animales para controlar si hay nuevos perros.

También él se refirió a las declaraciones de Basso. Comentó: “el ministro vuelve a decir: ‘hagamos algo para que esto cambie’” y precisó que “no se trata de cerrar sino de abrir alternativas”. Subrayó que hoy existen cuatro hogares protegidos; “necesitamos 20”, redobló. Dijo que las personas deben recibir un trato personalizado e indicó que “en el mundo se habla del modelo de recuperación, del paciente siendo partícipe de decisiones de su vida”, algo que no puede hacerse en el esquema actual. Porciúncula sostuvo que si bien algunos pacientes, por sus patologías, no podrán egresar de las colonias, otros “están en situación de prealta” y “si logramos darles la instrumentación adecuada para que se puedan manejar autoválidamente, pueden salir de las colonias”.

Dijo que el tema no sólo le corresponde a ASSE sino también al sector mutual, que sigue poniendo el límite de 30 días de internación por problemas de salud mental para que luego los pacientes pasen al sector público; expresó que hoy cada paciente de las colonias le cuesta al Estado 3.000 dólares por mes.

Porciúncula se imagina casas con diez a 15 pacientes “viviendo en comunidad, con un apoyo médico que en algunos casos será diario o bisemanal”. Como alternativas manejó la posibilidad de crear “una gran escuela agraria” en las 372 hectáreas de las colonias o recurrir a un modelo que se desarrolla en otros países, donde hay cooperativas que se hacen cargo del cuidado de algunas personas en esos predios.

Reconoció que “hay que evitar que los pacientes estén como en los pabellones 29 y 30” y confesó que “más allá de la situación agotadora” de los plazos judiciales, esto significa una oportunidad para terminar “con ese 30%, 28% que todavía no tenía las condiciones adecuadas”. “Que estas muertes no resulten en vano, que nos den la fuerza necesaria para generar más cambios”, deseó. Porciúncula negó que estos cambios, que pudieron lograrse en el transcurso de diez días bajo presión judicial, no se hayan hecho antes por “dormirse”. Expresó que se trata de “procesos largos”. No obstante, reconoció que cuando la jueza y la fiscal ordenaron erradicar a los perros del lugar no creyó que pudiera hacerse en tres días. Comentó que eso se logró por la presión social y que el problema de los perros “no lo resolvió la colonia, lo resolvió la gente”, aunque reconoció que “hay una responsabilidad que nosotros no podemos eludir”.