El 27 de febrero el Poder Ejecutivo firmó el decreto que regula las técnicas de reproducción humana asistida de alta complejidad; de esa forma completó la reglamentación de la Ley 19.167, aprobada en noviembre de 2013 (las técnicas de baja complejidad se habían regulado en octubre de 2014).

Los tratamientos de alta complejidad contarán con el financiamiento del Fondo Nacional de Recursos (FNR). Se definieron copagos que varían según el nivel de ingresos y el número de intentos. La tabla completa puede consultarse en el sitio web del FNR, pero a modo de ejemplo, la pareja que tenga ingresos inferiores a 30.520 pesos por mes no pagará nada en el primer intento, deberá abonar 10% del tratamiento en el segundo (el ciclo completo de fertilización in vitro tendrá un precio base de 162.200 pesos) y 20% en el tercero. Esos porcentajes van en ascenso según el nivel de ingresos, y quienes superen los 183.121 pesos mensuales pagarán 85% en el primer intento, 90% en el segundo y 95% en el tercero.

Están en condiciones de acceder al tratamiento las mujeres de 18 a 40 años; hasta febrero de 2017 podrán acceder quienes tengan entre 40 y 60 años (como estableció la Ley 19.167). Los procedimientos no se aplicarán en mujeres con bajo peso y obesidad, alteraciones en la salud psicofísica, enfermedades infectocontagiosas, que consuman tabaco, alcohol u otras drogas, ni en quienes no cumplan con los requisitos del tratamiento.

La mujer o la pareja debe iniciar la consulta ginecológica en su institución de salud; el profesional evaluará si requiere tratamiento de baja complejidad (que se hace en esa misma institución) o de alta complejidad. Luego de elegir la clínica, la pareja o la mujer será contactada por ella, deberá volver a la institución de origen y recién entonces el FNR decidirá si autoriza el procedimiento; debe presentar declaración jurada de ingresos tramitada ante la Dirección General Impositiva y hacer el pago que corresponda. Rosana Gambogi, de la Dirección Técnica Médica de la FNR, sostuvo que no están recibiendo solicitudes porque falta ajustar detalles, pero que lo harán a “la brevedad”, y que mientras tanto se puede iniciar el proceso ante las instituciones de salud.

El MSP y el FNR estiman que se requerirán entre 1.000 y 1.800 tratamientos por año. El promedio de 1.200 fertilizaciones in vitro al año requeriría ocho millones de dólares. Los embriones que no se implanten pueden ser criopreservados por dos años. Luego se consulta a la mujer o pareja si quieren transferirlos o donarlos; de lo contrario una Comisión Honoraria de Reproducción Asistida resolverá qué hacer con ellos. Otras técnicas de alta complejidad cubiertas son los tratamientos con ovodonación y semen donado, la biopsia testicular, el tratamiento con embriones donados y el útero subrogado.