En las últimas semanas, muchas fueron las declaraciones y comunicados que circularon en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE) de la Universidad de la República (Udelar). Todos tratan sobre la situación política que vive el servicio, que en su Consejo no puede votar la designación de los asistentes académicos del decano Álvaro Rico, porque los estudiantes se niegan a acompañar su propuesta. Los asistentes académicos son cargos de confianza política de los decanos y se encargan de tareas de gestión académica, y para ser designados necesitan de los votos de al menos un integrante de cada orden del cogobierno universitario.

Según explicó Rico a la diaria, la negativa de los estudiantes a votar estos cargos al comienzo de su primera gestión llevó a que tuvieran que ser designados bajo la modalidad de “colaboradores del decanato”, situación que fue observada por el Tribunal de Cuentas. Ante esta observación, al ser reelecto a fines de 2014, Rico volvió a intentar nombrar a sus asistentes académicos en el Consejo de Facultad, iniciativa que hasta el momento naufragó. Al cierre de esta edición, dicho organismo volvía a discutir el tema, luego de que el martes la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) repartiera en el Consejo Directivo Central de la Udelar una declaración de respaldo al Centro de Estudiantes de Humanidades y Ciencias de la Educación (CEHCE).

Rico dijo que se vio sorprendido de que el tema llegara al ámbito central de la Udelar cuando todavía no fue saldado en la interna de la FHCE, y además señaló que parte de la declaración tenía afirmaciones “infundadas”. La declaración de la FEUU fue votada por unanimidad en su Consejo Federal del lunes, y partió de la hipótesis de que “en argumentaciones vertidas en sala” del Consejo de Facultad, Rico propuso modificar la forma de designación de los asistentes académicos. Rico dijo a la diaria que nunca hizo una propuesta concreta y que en el consejo se limitó a mencionar que la ordenanza que regula a los asistentes académicos actualmente está a revisión de la Udelar por otro asunto, y que cambiar la forma de designación podría ser “una posibilidad”.

Al respecto, agregó que la intención de la actual forma de designación de estos cargos es la de no generar abusos de poder y obligar a generar acuerdos, pero advirtió que utilizada como lo hacen los estudiantes, “puede convertirse en una herramienta para que las minorías bloqueen la gestión”. Rico agregó que la única propuesta que escuchó del CEHCE para destrabar la situación fue la de “revisar” los planes de estudio de la facultad recientemente aprobados y a los que el gremio se opuso.

Además de rechazar “cualquier modificación que excluya a cualquiera de los órdenes en la designación de asistentes académicos”, la FEUU “rechaza” el accionar de Rico por “difamar” y “cuestionar” a los consejeros del CEHCE.

Guerra de declaraciones

El primer comunicado fue publicado por el decanato de la FHCE el 26 de marzo. Hablaba de una “grave situación institucional” y responsabilizaba a la delegación estudiantil en el Consejo de que todo el trabajo de gestión del decanato estuviera recayendo en dos funcionarios administrativos, lo que “resentiría” los servicios. Por ejemplo, se anunció la limitación de la atención al público y la imposibilidad de tramitar avales para proyectos de investigación.

A los pocos días, el CEHCE emitió una declaración en la que acusa a Rico de “confrontar” al orden estudiantil y de “desoírlo” y “agraviarlo”. Señalan que Rico les ofreció cargos de asistentes académicos para “comprarlos”, algo que es negado por el decano, que asegura que únicamente les dijo que podían “proponer” nombres.

Los profesores de Humanidades nucleados en la Asociación de Docentes de la Udelar, además de respaldar el accionar de Rico y los consejeros docentes, cuestionaron el de los estudiantes, a quienes acusan de “bloquear” decisiones tomadas por los órganos del servicio.