Pasaron diez años desde que el Flaco Óscar de los Santos ganó las reñidas elecciones que le dieron por primera vez al Frente Amplio (FA) la Intendencia de Maldonado (IM). A diferencia de lo ocurrido en los comicios de mayo de 2010, esta vez no parece estar demasiado claro si la fuerza política de izquierda va a seguir al frente del gobierno departamental. Frenteamplistas y nacionalistas admiten que la elección viene parejísima.

Maldonado es un departamento políticamente atípico. Los sectores mayoritarios del FA no son los mismos que están en la cocina a nivel nacional. El Movimiento de Participación Popular (MPP) tiene una fuerza prácticamente nula y el astorismo y el Partido Socialista tienen un peso muy relativo, mientras que la interna está dominada por Alianza Progresista, cuyo principal referente es De los Santos, y la Liga Federal Frenteamplista, un sector con fuertes raíces en el interior cuyo principal referente es el diputado Darío Pérez. A diferencia de lo ocurrido en 2010, Pérez parece llegar mucho más fortalecido que el otro bloque frenteamplista en la interna, y parece ser el único capaz de disputarle la intendencia al nacionalismo. “Se ha despegado”, admiten dirigentes afines a De los Santos.

El sector del ex intendente apoya la postulación del ex diputado Pablo Yuyo Pérez. La elección del candidato que representara la continuidad con la actual gestión ocurrió en un complicado proceso que, a su vez, derivó en una tercera candidatura por el FA. El tema iba a ser definido en una elección a padrón abierto en octubre de 2013, junto con la candidatura a la diputación de la lista. Pero la aparición de denuncias por compras de votos en esa instancia, que apuntaban al director de Turismo de la comuna, Horacio Díaz, llevaron al Flaco a anular los comicios. Díaz terminó desvinculándose del sector de De los Santos y en agosto de 2014 recibiría el apoyo del por entonces vicepresidente Danilo Astori para su candidatura a diputado y a intendente. El líder de Asamblea Uruguay había respaldado a De los Santos en la elección anterior.

“De los Santos no tiene sucesor. Lo que hay son diferentes propuestas con diferentes perfiles”, asegura Díaz. Dirigentes de la lista 738 (“la del Flaco”, dicen los afiches del Yuyo) opinan diferente: “Si Díaz entendió que debía llevar otra línea que no era la que conducía De los Santos, es un tema de opción dentro del FA”, sostiene Pérez.

Si bien las asperezas se han limado bastante en los últimos tiempos, la relación entre Darío Pérez y De los Santos tampoco ha sido buena. Durante el primer gobierno del Flaco, principalmente, los legisladores de los sectores de Pérez bloquearon algunas iniciativas impulsadas por el gobierno departamental. Las diferencias persisten. “Acá lo que hay es un debate político profundo en Maldonado acerca de proyectos de desarrollo, respecto de los cuales tenemos diferencias dentro del FA”, señala Pérez, para luego explicar: “Hemos desarrollado un proyecto estratégico conducido por De los Santos, que no siempre tuvo ni tiene hoy la aprobación de la fuerza política”. El último capítulo de esta serie de desacuerdos implica la habilitación para la construcción de una nueva terminal de ómnibus al lado de algunos proyectos que la IM viene desarrollando, como el Parque Urbano Educativo y el Centro de Congresos, Convenciones y Predio Ferial. El sector de Pérez no está dispuesto a aprobarlo: “No somos soldados. Tenemos derecho al pataleo. Somos seres pensantes. El ciclo económico que se viene para Uruguay, la región y el mundo es complicado. Brasil y Argentina están bajos. La terminal y lo que la rodea significa un montón muy grande de dinero y queremos ver, al llegar [a la IM], si es viable, porque si no lo es, el que asume [el gobierno departamental] queda preso porque se generó una cosa dos meses antes de las elecciones. Sé que este tema se estudió mucho tiempo, pero las condiciones de nuestros vecinos cambiaron rápidamente y, por tanto, debemos ser cautos”, explica Pérez.

El FA, al menos en lo electoral, se muestra desgastado en el departamento. En las elecciones nacionales de 2004 obtuvo 47,8% de los votos; en 2009, 40,8%; y en 2014, 39,4%. En las elecciones departamentales, sin embargo, subió de 47,3% en 2004 a 47,9% en 2009.

A pesar de tener diferencias, al candidato favorito dentro del FA le gustaría contar con una mayor presencia de De los Santos en la campaña, al punto de que, admite, lo está “extrañando”. Asegura que una mayor presencia del otrora intendente aseguraría la victoria en el reñido escenario electoral. El Flaco se fue en julio con 41% de aprobación de su gestión y 33% de desaprobación, según reveló una encuesta de Equipos Mori. Yuyo, sin embargo, sostiene que De los Santos lo acompaña permanentemente: “Ha estado en las barriadas con nosotros, tiene una audición radial los lunes, miércoles y viernes, y en cada una de las instancias electorales que hemos llevado adelante. El gran problema es que no es candidato”.

La otra ventana

La oferta blanca en esta elección tampoco responde de forma lineal a las correlaciones de fuerzas del nacionalismo a nivel nacional. El principal referente del partido en los últimos años no es otro que el ex intendente Enrique Antía (2000-2005), un hombre que hoy tiene el apoyo de Jorge Larrañaga pero que también fue cercano a Luis Alberto Lacalle. Ninguna de estas figuras son para él líderes partidarios, sino de sectores. Antía es quizá la mayor figura de relieve del debilitado sector liderado por el ex senador Francisco Gallinal, Correntada Wilsonista, al punto de que hoy en día es su única voz entre los 130 legisladores del Parlamento. A pesar de haber sido senador y director de UTE, se trata de un veterano dirigente con un fuerte perfil local, muy arraigado a su departamento, con una agrupación propia de peso llamada Todos por Maldonado. Antía se muestra como el continuador del intendente nacionalista Domingo Burgueño Miguel (1990-1998), seguramente el caudillo más reconocido por los blancos en el departamento, pero además se propone como una opción de experiencia en el nacionalismo, destacando que tuvo la ardua tarea de gobernar nada menos que durante la crisis de 2002.

Distinto es el perfil de Rodrigo Blás (45), un empresario inmobiliario, líder de la agrupación Unión y Cambio, que se disputa con Antía el liderazgo del nacionalismo y se adjudica ser la “opción renovadora”. A pesar de su relativa juventud, Blás no es un outsider y acumula 20 años de experiencia en la Junta Departamental. Una de sus mayores fortalezas para esta instancia es contar con el apoyo de un fuerte aparato militante, según dicen sus seguidores. Blás tiene el apoyo explícito del líder nacionalista Luis Lacalle Pou y de su padre, el ex presidente Luis Alberto Lacalle.

El dirigente deja en claro que lo suyo no va a significar repetir lo hecho por Antía: “Tuvo sus aciertos y sus errores, por algo perdimos la elección”, sostiene. Según dijo, el gobierno del ahora diputado debió tener un mejor “relacionamiento con la gente”, ser “más horizontal” y “de mayor respuesta”. “Quizás hubo un ingrediente de soberbia que no le permitió relacionarse bien con la gente en la gestión. No hubo respuestas correctas a diversos episodios que se plantearon en su tiempo”, sostiene.

Los problemas judiciales no han sido ajenos a su campaña. Blás fue denunciado penalmente por la Dirección General Impositiva (DGI) por defraudación tributaria en su inmobiliaria Blás Propiedades. Según publicó Brecha en octubre, esta empresa comercializaba terrenos en el Valle di Saronno, Maldonado, y realizaba una subescrituración de padrones, con el objetivo de ahorrarse hasta 40% de los impuestos que la propietaria de los terrenos, Javipark SA, debía pagar por concepto de Impuesto a la Renta de la Actividad Empresarial, impuesto a los no residentes e Impuesto al Patrimonio en el Acto de Compraventa. La evasión, según la DGI, habría alcanzado los 6,7 millones de pesos. El fiscal del caso, Juan Gómez, todavía no se ha expresado y, según pudo saber la diaria, la investigación está estancada debido a la medida sindical de los actuarios judiciales de no firmar en los casos en que el Estado es parte interesada.

Blás considera que se trata de una “denuncia política” y sostiene que ha actuado de forma legal: “La DGI tiene toda una historia de denunciar mal y perder juicios, y esto no va a ser la excepción”. Además, advierte que la filtración del tema a la prensa supone una violación del secreto tributario. “Hay una actuación por lo menos extraña de la DGI, y todo esto ha sido un proceso irregular. No hemos sido notificados de nada y nos hemos enterado por la prensa”, asegura, destacando además que el dueño de Javipark también niega el hecho. “Es un tema personal de una empresa en la que termino aparentemente involucrado. Ahora también le mandan la DGI a [Edgardo] Novick. El Estado está trabajando en política, y eso es muy peligroso”.

Antía, en cambio, no tiene un juicio pendiente, pero sí un antecedente que sus detractores suelen sacar a relucir para atacarlo. En 2005 De los Santos declaró: “Yo como intendente cobro líquido 60.000 pesos; le voy a hacer una reforma a mi casa y espero cambiar el Chevette que tengo. Pero hay ex jerarcas que con el sueldo de la intendencia se compraron una mansión de tres plantas, con piscina, y camionetas 4x4”. Estas palabras le molestaron tanto a Antía que terminó haciéndole una denuncia por difamación e injurias. Durante el juicio la defensa de De los Santos solicitó el levantamiento del secreto bancario del ahora candidato nacionalista y de varios miembros de su gobierno. Antía apeló la petición, pero ante la insistencia de la Justicia de levantar el secreto bancario, el ahora candidato optó por retirar la denuncia.

“Hubiera sido un circo político”, dijo Antía, que agrega que Gonzalo Fernández, que encabezó la defensa de De los Santos, “torció una decisión de la fiscal [Olga Carballo] pidiendo que se involucrara a 15 personas y concubinos, lo que iba a ser un manoseo de gente que no estaba dispuesto a soportar”. Según dijo, después de ese episodio convocó a periodistas de los cinco medios más importantes a su casa y les dio copias de sus declaraciones juradas que “el Estado tiene en su poder”. A pesar de que retiró la denuncia, el juicio continuó por cinco años, según Antía, porque la fiscal “le hizo un mandado a Gonzalo Fernández”, por entonces secretario de Presidencia. Finalmente, “el fiscal cambió y terminó archivando el caso, porque no había nada para denunciar”.

Lo demás

Completa la oferta nacionalista el ex alcalde de Punta del Este Martín Laventure, el único de los candidatos blancos que ha tenido un cargo ejecutivo en el departamento en los últimos cinco años. Laventure cuenta con el respaldo del Espacio 40, liderado por el senador Javier García.

La pareja disputa entre el FA y el PN deja en una posición difícil al Partido Colorado (PC), que se dio el lujo de no presentar a su principal figura departamental, la autoridad nacional máxima del partido: el diputado Germán Cardoso, quien optó por priorizar su trabajo como secretario general colorado en lugar de lanzarse a la contienda. Por el PC se presentan como candidatos el edil Eduardo Elinger (Propuesta Batllista), quien compite por segunda vez consecutiva por el sillón comunal, y el dirigente de Vamos Uruguay Jorge Schusman, primerizo en esta contienda.

La postulante por el Partido Independiente es Elizabeth Rettich, y el candidato por Unidad Popular es Carlos Pérez.

La agenda sobre la mesa

Maldonado es el tercer departamento con mayor Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay (6,2%, según el Instituto Nacional de Estadística). También es el tercero en población, y en el rubro turístico su aporte es innegable, ya que cuenta con los dos balnearios más grandes del país: Punta del Este y Piriápolis. Con la construcción como motor, es el departamento en el que se registró, por lejos, un mayor aumento de su población en los últimos años: pasó de 140.192 habitantes en 2004 a 164.300 en 2011.

Pero tanto el turismo como la construcción presentan desafíos. A las medidas restrictivas para el turismo externo que Argentina le impone a su población se suman el proceso devaluatorio en Brasil y el estancamiento de su economía. Este panorama también repercute en la construcción, una actividad de la economía uruguaya que viene cayendo después de haber llegado a su pico en 2012.

En la agenda política se coló el reciente problema del sabor del agua de OSE. La oposición también culpa al gobierno departamental por lo hecho, en la medida en que el titular de la Unidad de Gestión Desconcentrada de OSE es designado por la IM y que la comuna no avanzó en el saneamiento de La Capoeira. Darío Pérez sostiene que el gobierno departamental no tiene responsabilidad en este caso. “El que tiene responsabilidad es el ser humano que está contaminando el mundo entero. Que esto caiga en el medio de la campaña política y se aproveche el lógico malestar de la gente es otra cosa. Hay fenómenos nuevos y esta alga que apareció en Laguna del Sauce sólo había aparecido en Bella Unión, y es habitante de aguas tropicales. Esto no es nada nuevo y era impredecible”.

En tanto, el FA critica que los gobiernos nacionalistas del pasado no convocaron a las juntas locales y, en cambio, gobernaban en las diferentes localidades por medio de secretarios políticos designados directamente por el intendente de turno. De hecho, recuerda Horacio Díaz, el FA fue el primer gobierno en reinstalar la Junta Local de Punta del Este, que no se convocaba desde la época previa a la dictadura. Antía justificó la no convocatoria en que no se habían logrado los acuerdos políticos y apoyos necesarios en la Junta Departamental. “Eso se hace mediante un acuerdo político, pero además no había obligación de nombrarlas”, expresó.

Las propuestas

El interés en paliar la fuerte estacionalidad que tiene la actividad del departamento es una fuerte apuesta de todos los partidos políticos. En general, mientras que las propuestas de los candidatos del FA hacen mayor hincapié en el desarrollo productivo del departamento, los blancos priorizan el tema de la seguridad.

Darío Pérez se focaliza en “cambiar la matriz productiva”, para desligar al departamento de la dependencia de la temporada turística. Por eso plantea la creación de una zona franca que funcione como un polo tecnológico industrial en la zona oeste del departamento. También reclama una mayor eficiencia y rapidez de la IM. “Hay que responder rápidamente al reclamo de los vecinos y a las inversiones”. Además, propone la creación de tres nuevas secretarías en la IM: una de inversiones y desarrollo económico, una de juventud y otra de medioambiente. Según dice, cerrará todos los zoológicos del departamento, a excepción de la reserva de Pan de Azúcar.

Yuyo Pérez también habla de consolidar a Maldonado como ciudad universitaria y de llevar a 10.000 la población de estudiantes (actualmente es de 4.500). Además, explica que es necesario reforzar las actividades de la Dirección de Cultura y ofrecer “productos de carácter cultural” para los estudiantes. También propone que la IM construya un puerto de yates y cruceros en Punta Piedras del Chileno y, a partir de eso, desarrollar la industria náutica. Entre otras de sus propuestas está la creación de un centro de radioterapia regional, dado que los pacientes que padecen cáncer deben trasladarse hacia Montevideo para sus tratamientos.

En tanto, Díaz busca continuar apostando a los presupuestos participativos para “optimizar la inversión pública” y avanzar en la capacidad de recepción de la inversión privada. Además, sostiene que dará oportunidades laborales en los barrios que tienen carencias de servicios públicos, “en el caso de los jóvenes, con la condición de que avancen en sus estudios”.

Rodrigo Blás promete que llevará adelante un programa de seguridad llamado “un ojo en el cielo” y que consiste en instalar videocámaras de vigilancia en todo el departamento, con tres centros de monitoreo. Una de sus prioridades es reinstalar los “valores positivos que una sociedad tiene que tener, algo que en Maldonado está desdibujado, acerca del cumplimiento de las normas de convivencia social”. Para ello creará una “guardia urbana municipal” con fines disuasivos, que controlará el respeto a esas normas. También buscará modernizar la gestión eliminando más de 100 trámites municipales y tasas “que evitan que el contribuyente pueda acceder a la administración”.

Las propuestas de Enrique Antía tienen dos focos principales: seguridad y trabajo. Pretende crear un “centro de monitoreo coordinado con el Ministerio del Interior”, con la instalación de más de 200 cámaras de seguridad en todo el departamento. Para ello, creó una aplicación en internet que permite a los ciudadanos elegir cinco lugares donde poner las cámaras. “Es un insumo, pero la decisión se llevará a cabo junto con el Ministerio del Interior”, explica. En relación con el trabajo, Antía propone “recuperar la obra pública como fuente de trabajo, mediante la inversión pública”. Además, asegura que pondrá en funcionamiento un “plan de regularización de la construcción de las viviendas de Maldonado” y aplicará “exoneraciones impositivas a nuevas inversiones y a la hotelería que se mantenga abierta todo el año”.