Una nota del portal de práctica estudiantil Sala de redacción (Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República, Udelar) elaborada por Christian Acosta y publicada el domingo afirma que OSE ocultó “sistemáticamente” la presencia de organismos tóxicos en agua potable que distribuyó en Montevideo, a pesar de que las autoridades lo han desmentido. El portal universitario accedió a más de 35 informes internos de control de calidad del agua que hizo OSE en base a muestras tomadas entre agosto y diciembre de 2013 en varias zonas de Montevideo, como el Cerrito de la Victoria, Colón y el Cerro. De acuerdo a la nota, se detectó la presencia de diferentes cianobacterias (Pseudanabaena, Chroococcales, Oscillatoriales, Planktothrix y Raphidiopsis), nemátodos (gusanos) y larvas de quironómidos (insectos). Detalla que las cianobacterias Pseudanabaenas son productoras de microcistina, “una hepatoxina que produce sangrado hepático y daño al hígado”, tal como declaró a Sala de redacción Luis Aubriot, docente de Limnología de la Facultad de Ciencias de la Udelar. La nota, que da detalles de localización, fecha y algunos de los hallazgos más relevantes de varios informes, se apoya también en las declaraciones de un informante de OSE, que explicó que el proceso de recloración, al que a veces se somete al agua potabilizada para eliminar organismos que pudieron haber pasado las etapas anteriores, genera la rotura de las células, liberando las sustancias tóxicas. Acosta contrasta esos hallazgos con declaraciones dadas por el presidente de OSE, Milton Machado, que el 19 de marzo aseguró al diario El País que “nunca han pasado al agua cianobacterias tóxicas”.
la diaria intentó sin éxito comunicarse con las autoridades de OSE. Carmen Sosa, integrante de la Federación de Funcionarios de OSE, dijo a este medio que la nota se distribuyó ayer a la interna de OSE y que para el sindicato “es una novedad” al tiempo que se preguntan “qué tiene de cierto”.
En diálogo con la diaria Aubriot aclaró que la sección de Limnología estudia los ambientes acuáticos -estructura, funcionamiento, problemas de contaminación, eutrofización, cianobacterias- pero no analiza el agua potable. Expresó que fue consultado por Acosta y “viendo la información que él obtuvo con otra [de la planta potabilizadora] de Laguna del Sauce notamos que las cianobacterias estaban pasando en muy bajo porcentaje al agua potable, aproximadamente de cuatro a nueve organismos por cada mililitro, cosa que me llamó la atención. La normativa para agua potable plantea que no debería haber nada, ningún organismo en 25 mililitros”. El docente señaló el “gran esfuerzo” que se hace en Laguna del Sauce, en la que tratan el agua con carbón activado para disminuir las toxinas, pero indicó que si bien los niveles “están dentro de la normativa nacional, brasileña y de Organización Mundial de la Salud, queda siempre un remanente en el agua, quedan organismos” que pueden aparecer luego en el reclorado. Aseguró que el nivel de organismos en la red de distribución de agua potable está “dentro de los rangos aceptables para el consumo humano”, pero que no deberían existir, porque si en los tanques domiciliarios en los que se almacena el agua se filtra la luz solar, las toxinas se pueden reproducir.
Aubriot insistió en que “la gran apuesta es solucionar el problema de contaminación de origen” y no “aumentar las capacidades tecnológicas al infinito”, porque los tratamientos con carbón activado son muy caros y la eficacia “es relativa”. En el caso de la cuenca del río Santa Lucía, el docente hizo énfasis en la fiscalización y la aplicación de las medidas que se propusieron para su protección.