Será la segunda vez que los dos mandatarios se encuentren desde que Tabaré Vázquez asumió su segunda presidencia. La primera fue, precisamente, en aquella instancia, en marzo. En esta ocasión el encuentro será en el Palacio de Planalto, edificio de la Presidencia brasileña, sobre el mediodía. En agenda está la continuación de los trabajos en el marco del Grupo de Alto Nivel (GAN) instalado durante el gobierno de José Mujica, pero también la situación regional. Tanto el canciller Rodolfo Nin Novoa como el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, han anunciado que solicitarán “flexibilidad” a sus pares del Mercosur para realizar acuerdos de libre comercio por fuera del bloque, o al menos a “diferentes velocidades” respecto de otros socios con mayor afán proteccionista, como Argentina. Las últimas declaraciones de funcionarios de gobierno brasileños parecen indicar que están en sintonía con la postura uruguaya.

En la agenda bilateral, los temas centrales son integración productiva, infraestructura y libre circulación de personas. La situación de la industria automotriz en la región también formará parte de la conversación, tras el anuncio de la empresa china Chery de que dejará de operar en Uruguay. El vicepresidente uruguayo, Raúl Sendic, expresó ayer a la prensa que se conversará para “buscar un mejor comercio con Brasil”, dado que hay procesos industriales en Uruguay “que dependen de las exportaciones a Brasil”. “La industria Chery, por ejemplo, depende en buena medida de las exportaciones a Brasil. Así que tenemos buenas expectativas sobre la visita del presidente a Dilma Rousseff, a pesar de que va a ser breve”, agregó Sendic. Luego de la reunión bilateral, ambos mandatarios brindarán una conferencia de prensa y almorzarán juntos en Itamaraty, sede de la cancillería de ese país.