“Confianza y certidumbre”, comenzó diciendo el nacionalista, al explicar los motivos de su llamado a sala. “No son dos términos elegidos al azar, son lo que hace falta cuando se acercan tiempos complicados” continuó, asumiendo que “se viene acumulando una constelación de hechos que van a complicar los próximos años de la economía”. Se refería al descenso de los precios de los commodities, la sequía que está afectando los suelos del territorio, la suba de la tasa de interés, la devaluación y presunta corrupción en Brasil, la crisis política y económica en Venezuela y el “estancamiento” del Mercosur.

“No pretendemos ser profetas de la desgracia” sostuvo el senador de Todos hacia Adelante, “pero tampoco una avestruz que esconde la cabeza en la tierra”. “En apenas dos meses de gobierno hay demasiados mensajes contradictorios […] y lo que queremos saber es si el FA va a cambiar el rumbo con respecto a lo que prometían en tiempos electorales”, planteó mientras Astori no levantaba la cabeza de una hoja en la que tomaba notas, al tiempo que el subsecretario, Pablo Ferreri, a su izquierda, revisaba sus apuntes.

Dirigiéndose al ministro, Lacalle adelantó que “todo” lo que iba a pedir eran “cifras”: objetivos para el período en términos de resultado fiscal y de deuda neta; cómo se espera llegar a éstos; la evolución esperada de los ingresos; el gasto público total para este año y el próximo; si va a haber controles y mejoras del gasto público; y sobre el “financiamiento adicional” que obtuvo el gobierno por el “tarifazo”, en referencia a la “ridícula” rebaja de los combustibles y el aumento de las tarifas de UTE a mediados de enero. “Porque sólo conociéndolas vamos a saber a dónde vamos” se justificó.

Al tomar la palabra, el ministro comenzó con una introducción acerca de la situación económica del país, y a continuación afirmó: “Sigo sosteniendo que la situación fiscal del país es manejable”. Una a una, Astori fue respondiendo las preguntas, aunque advirtió que “muchas de las cifras” demandadas “se están discutiendo en el seno del gobierno”. “Puedo decir con certeza que el Consejo de Ministros resolvió mejorar el resultado fiscal actual, esto quiere decir disminuirlo y mantener los niveles de deuda neta” pero “no adelantar datos sobre los que todavía no hay consenso”, dijo en referencia a la elaboración del presupuesto quinquenal.

Si bien se pretende bajar el gasto público en este período, Astori explicó que “existen limitaciones”, entre ellas, el llamado “gasto endógeno”: “70% del mismo ya está gastado; es gasto que hay que hacer sí o sí” explicó, mientras Lacalle se sonreía. Sin embargo, afirmó que no está en los planes del gobierno aumentar la presión fiscal sobre los uruguayos. “Lo que hay que hacer es mejorar la calidad del gasto”, retrucó, en base a “compromisos de gestión” y “avance del gasto en función de los resultados”. También dijo que “va a haber una reasignación de gastos y ahorros en cada unidad ejecutora” del gobierno.

Los primeros dos años del presupuesto (2016 y 2017), se asignará un gasto “con mayor cautela” y en los siguientes tres se aspirará a “acelerar un poco el paso”.

Por otro lado, para impulsar los gastos en infraestructura “absolutamente necesarios”, procurando no aumentar el déficit, se recurrirá a la cooperación público-privada, a lo que Lacalle cuestionó su viabilidad, diciendo que “los privados no recurrieron a ella en el pasado, salvo en dos ocasiones [la cárcel en Punta de Rieles y la restauración de las rutas 21 y 24]”. Astori respondió que eso fue “porque no ha habido otros llamados”.

Los nombres

El presidente del Banco Central, Mario Bergara, sentado en la mesa auxiliar, y hasta entonces de brazos cruzados, pidió a Astori para contestar sobre el “tarifazo”, siendo que cuando ocurrió en enero era él el ministro de Economía. “El ‘tarifazo’ de enero consistió en bajar los combustibles y subir la UTE por debajo de la inflación. Si a eso le llamamos ‘tarifazo’, no sé cómo le llamaremos a los ‘tarifazos’ que hubo en otras administraciones”, ironizó.

Por su parte, Astori, se centró en la “caída real” que hubo en las tarifas públicas desde 2009 hasta ahora: “de 43% en el caso de Antel, de 11% en UTE, de 4,5% en OSE y de 7% en ANCAP”, dijo, por lo que consideró que “‘tarifazo’ no es la palabra indicada para ilustrar esta caída”.

El ex vicepresidente dijo que “no hubo ningún financiamiento para el gobierno” por la rebaja de los combustibles, y Bergara sostuvo que la diferencia volcada a las arcas generales por el aumento de UTE fueron de 60 millones de dólares, aunque afirmó que fue un proceso “muy transparente cuando se realizó”.

El rol de las empresas públicas

El ministro anunció que en el próximo presupuesto se pretenderá aumentar la proporción de aportes que hacen las empresas públicas a las arcas del Estado. “Tenemos que hacer un esfuerzo grande en las empresas públicas, que han reducido su aporte a tesorería, y hay que revertir esa tendencia mediante mejoras en la gestión”, afirmó, provocando reacciones contrarias en la oposición.

“Yo no creo que Juan Pueblo deba pagar la mala administración de la fiesta”, objetó primero Lacalle Pou. Por su parte, el blanco Álvaro Delgado sostuvo que de la manera propuesta por Astori “la gente termina pagando las decisiones de las empresas públicas”, a lo que respondió el ministro explicando que a su entender “las tarifas públicas son herramientas de la política económica que deben estar en sintonía con los objetivos del país”.

“Yo realmente no entiendo por qué estamos acá”, interrumpió con autorización previa Michelini, “Encontrar la manchita en la túnica -que siempre está- no erosiona la credibilidad del equipo económico, ni siquiera la del partido de gobierno, sino que erosiona la credibilidad del país”, se lamentó eufóricamente, rechazando la citación de Astori al Parlamento.

Luego de la discusión que brotó de la intervención de Michelini, Astori prometió “volver pronto” con “los números” no presentados. El Poder Ejecutivo tiene hasta el 31 de agosto para entregar el proyecto de ley de presupuesto al Parlamento.

“Más vale tarde que nunca”, le respondió Lacalle, quien dijo haberse quedado “conforme de que haya venido”, pero advirtió no haber recibido “las respuestas adecuadas”. “Los vamos a estar esperando”, concluyó.