Hace tres noches, desde que empezaron los primeros fríos del otoño, los refugiados de Guantánamo caminan de un lado al otro de la pequeña peatonal que termina en la Embajada de Estados Unidos, para entrar en calor. Llegaron hace poco más de dos semanas, después de que a una parte del grupo se le terminara el crédito de su estadía en el hotel Metro, donde fueron alojados tras una discusión de dos de ellos con el resto de los refugiados alojados en la casa del Parque Rodó, ofrecida inicialmente por el PIT-CNT. Ayer por la tarde, representantes del Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (Sedhu); el representante designado por la cancillería, Christian Mirza; el abogado de los refugiados, Mauricio Pígoli, y los ex detenidos se reunieron para tratar el anexo complementario en el cual el gobierno pretende especificar algunos de los aspectos del acuerdo inicial (que sólo fue firmado por uno de ellos).
Si bien las partes acordaron que las conversaciones se realicen en forma reservada, según pudo saber la diaria los refugiados exigen clarificar algunos de los puntos del acuerdo, específicamente los que hacen a la vivienda y al reencuentro con sus familias. “Seguimos trabajando y reafirmando algunos contenidos”, explicó Mirza a la diaria.
Los refugiados, los abogados y los representantes de la ONG no fijaron una nueva reunión para los próximos días, pero unos y otros seguirán conversando para arribar a un entendimiento “lo antes posible”. Por la tarde, luego de que técnicos alemanes presentaran en la cancillería un programa de capacitación para empresarios uruguayos, el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, volvió a referirse a la situación de los ex detenidos liberados en Montevideo: “Tenemos serias expectativas -dijo- y la mejor intención de darles una solución”.
Sin embargo, ayer, uno de los refugiados admitió a la diaria que la situación “sigue igual”. Los ex detenidos en la base ilegal argumentan que no hubo cambios sustantivos en el convenio presentado por el Sedhu, algo que en cierta medida admitió ayer el canciller cuando sostuvo que el acuerdo inicial tendrá sólo leves modificaciones. Los refugiados piden certezas para hacer su vida en Uruguay junto a sus familias. Llevan 15 días apostados en el jardín de la embajada.