La actriz Nelly Goitiño solía repetir que “No hay pan sin canto”. En realidad, ésa era una muletilla que venía a sostener la idea de que los ecos de la cultura debían hacer ondas sobre la laguna de la reflexión política. Quizá por esa misma razón, el presidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Sánchez, presentó ayer en su despacho una serie de iniciativas enmarcadas en los 30 años de democracia y que tendrán su punto más alto con la conmemoración, en noviembre, del 35º aniversario del No de 1980, cuando los uruguayos rechazaron un proyecto de reforma constitucional propuesto por la dictadura para mantenerse en el poder. La clave: “Pensar cómo los uruguayos construyeron silenciosamente su futuro desde el No a la dictadura y cómo construimos desde las libertades que tenemos un futuro mejor”. En el medio, varias exposiciones, intervenciones urbanas, seminarios, ferias, un concurso de cuentos sobre la democracia y hasta la publicación de una Constitución especialmente diseñada para niños irán hilvanando un camino cuyo objetivo, sostuvo Sánchez, es aportar con una mirada crítica a la reflexión sobre la democracia. “Queremos analizar las fortalezas pero no quedarnos en eso, sino también cuestionar esta democracia para preguntarnos cómo la transformamos”, explicó el presidente de la cámara baja a la diaria. Buscarán unir la política con la fiesta, las efemérides con el pensamiento. Algunas convocatorias serán masivas; otras estarán orientadas a la voz de la sociedad civil “para enriquecer la agenda parlamentaria”. En todas, la intención es que la sociedad le ponga el cuerpo a la conmemoración.

Si con las “Ferias de la democracia” el programa buscará “propiciar el intercambio entre pares y el encuentro intergeneracional con vecinos” promoviendo “el ejercicio ciudadano de adolescentes y jóvenes uruguayos” y articulando una serie de “momentos” que van desde la formación de operadores territoriales hasta el trabajo con talleristas y creativos y la elaboración de productos, una serie de “Seminarios por la democracia” apuntará a fomentar los intercambios para allanar la búsqueda de acuerdos para el desarrollo de políticas públicas duraderas en el tiempo. Otro pilar de los eventos conmemorativos de estos 30 años será “Expresiones de la democracia”, una serie de intervenciones pensadas en conjunto con el Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes (IENBA) de la Universidad de la República, que este año también cumple tres décadas de su reapertura. Mediante este acuerdo entre el Parlamento y Bellas Artes, estudiantes, egresados y docentes del IENBA diseñarán una colección de afiches que se distribuirán en centros educativos y oficinas públicas de todo el país. Otro hito lo marcará la realización de un mural frente al Palacio Legislativo, el primero de una serie que el Parlamento buscará concretar a lo largo y ancho de todo el país, con las intendencias del interior. Vinculado a este pilar, el Parlamento también impulsa un plan de reacondicionamiento urbano en el entorno del Palacio. Para ello, afirmó Sánchez a la diaria, si bien se han venido reuniendo con las autoridades de la Intendencia de Montevideo, también se mantendrán reuniones con el nuevo gobierno, una vez que quede instalado.

Un componente importante del cronograma es el cruce de dos generaciones. Sánchez lo explica así: “Hay una generación que vino a hacer política en democracia, que es joven, y que se empezó a involucrar en política peleando contra el neoliberalismo, si se quiere, que no conoció la dictadura militar. Después, hay una generación que conoce lo que es vivir sin democracia, que tiene más arraigada la idea de defensa de la democracia que una vez perdió”. Esta generación, a la que el propio presidente de la cámara pertenece, “viene reclamando una mirada crítica, no sólo mirar las fortalezas sino también los déficits, para interpelarlos”, sostiene. Por eso el leit motiv que acompaña el programa de actividades es “Más democracia”, algo que para Sánchez implica “No sólo votar cada cinco años y elegir un gobierno, sino también aquello que hace a la vida cotidiana de la gente. Acceso a los bienes públicos, más ampliación de derechos sociales, culturales y económicos, agenda de derechos tanto sexuales como reproductivos, y también plantearnos: ¿es fuerte una democracia cuando dentro de una sociedad existen determinados niveles de injusticia, por ejemplo, en el acceso a los ingresos?”. La mirada cuestionadora en dirección al pasado se entrelazará con un ejercicio prospectivo. En esa dirección, se pondrán en marcha “Comisiones de Futuro”, en las que los diferentes actores del sistema político, la academia, los artistas y las organizaciones y los movimientos sociales tendrán un espacio para pensar el Parlamento y los tiempos que vienen.

Ese examen prospectivo atravesará también los seminarios, que tendrán un formato distinto al habitual. “Nosotros decimos: no hagamos una actividad como una clase de historia. El reglamento artiguista fue la democratización de un recurso estratégico como la tierra. Hoy el acceso y la democratización de ese bien siguen siendo estratégicos, pero también existen otros recursos que es necesario debatir cuando se impone una mirada de sostenibilidad de los procesos productivos. Lo que les dejamos a las generaciones que vienen también hace a la democracia”. El debate político se complementará con las expresiones culturales, que le pondrán el broche: “Lo que nosotros decimos es que la idea de la democracia no es sólo la palabra, sino varias expresiones artísticas. Es también una forma de reconocer que la democracia se construye desde varios saberes. Por eso esta búsqueda de varios lenguajes”.